Buster Posey ha sido incluido en par de ocasiones en la lista de incapacitados durante su carrera en Grandes Ligas, y ambas han dejado huella.

En mayo de 2011, Posey sufrió una devastadora lesión en su pierna izquierda en una colisión en la goma con el outfielder de los Marlins de Miami Scott Cousins. Posey regresó para aparecer cuatro veces en el Juego de Estrellas, llevar a los Gigantes de San Francisco a alzarse con títulos en 2012 y 2014 y evitar la lista de lesionados hasta este mes, cuando fue impactado en su casco con una recta de 94 millas por hora del lanzador de Arizona Taijuan Walker, pasando una semana recuperándose de la contusión.

En la mayoría de sus días tras el plato, Posey está sujeto a la misma letanía predecible de peligros. Es un imán para los foul tips en la máscara o sus nudillos, sin mencionar un bate que pueda golpearlo en la cabeza. Y si no está esparcido en el terreno tomando una slider errante, sus rodillas y espalda sienten el dolor de todas esas horas agachado. Ha aprendido de su propia experiencia que la vida peligrosa al estilo Salvador Pérez puede llevarlo a probar los límites de su tolerancia al dolor.

No obstante, Posey tiene aguante. Cuando se le sugiere que cambiarse a una posición distinta podría ayudar a su carrera de forma exponencial, se mantiene firme.

"Si llego al punto en el cual me dicen, 'Oye, sentimos que esto es mejor para el equipo', no voy a ser un hombre egoísta y decir que no", afirma Posey. "Hasta que me digan eso, mi valía está detrás del plato. Por más cliché que suene, se trata de ganar los partidos".

El Gerente General de los Gigantes Bobby Evans confirma que el equipo no tiene planes de cambiar a Posey en el horizonte. Los Gigantes firmaron al veterano agente libre Nick Hundley con la expectativa que Posey pudiese iniciar de 115 a 120 juegos detrás del plato. Sumen las 15 o 20 apariciones de Brandon Belt en primera base y otras como bateador designado, y Posey podría tener una expectativa de aproximadamente 145 cotejos esta temporada.

"Cuando tienes a un hombre que nos ha conducido a ganar tres títulos, mucho de ello se debe a su preparación y su guía de la rotación abridora y el bullpen", dice Evans. "Creo que lo distingue de otras posiciones... y otros hombres. Mi mentalidad es que somos mejor equipo con Buster presente, y mientras podamos mantenerlo allí, lo queremos hacer".

Es dificil imaginar a Posey manteniendo su calendario actual a largo plazo. Su contrato de nueve años y $167 millones expira en 2021, y si los Gigantes ejercen su opción por $22 millones para 2022, Posey tendría 35 años al final del pacto. El también receptor A.J. Pierzynski fue titular en 104 juegos con los Bravos a los 38 años, y Yadier Molina de los Cardenales acaba de acordar una extensión contractual por tres años a la edad de 34. Sin embargo, son notables excepciones que confirman la regla.

La mayoría de los catchers de primer orden deben lidiar con una realidad alterna: Más allá de la carga diaria inherente a su puesto, el paso del tiempo es la mayor amenaza que tienen en contra de mantenerse por mucho tiempo detrás del plato.

Mientras los Gigantes evalúan las consecuencias de la lesión de Madison Bumgarner corriendo bicicleta y con un arranque tan pobre que ha puesto toda la temporada en peligro, el rol de Posey con la organización se hace cada vez más complejo de definir debido a circunstancias cambiantes.

Defensivamente, se encuentra a su mejor nivel. Posey terminó con una carrera de ocho años por parte de Molina, alzándose con su primer Guante de Oro en 2016, y las estadísticas reflejan su excelencia a todo aspecto.

A la vez, los números de poder han declinado para Posey. Desde 2014, su total de jonrones ha decaído, de 22 a 19 y de ahí, a 14, con su correspondiente declive en el porcentaje de slugging, de .490 a .470 y luego .434. Aunque es difícil tomar conclusiones a partir de la presente temporada por la cantidad tan pequeña de juegos transcurridos y la temprana visita de Posey a la lista de incapacitados, apenas ha conectado un cuadrangular e impulsado tres anotaciones en 61 apariciones al plato.

Los estándares de la industria con respecto a la receptoría indican que es poco probable que esta tendencia se revierta mientras Posey, de 30 años, continúa haciéndose mayor. De acuerdo a John Fisher de ESPN Stats & Information, 104 catchers han mostrado un OPS por encima de .800 durante los últimos 10 años. De ese grupo, apenas 16 (o el 15 por ciento) eran mayores de 32 años.

Esa tendencia es aún más importante si consideramos las posiciones a las cuales los catchers tienden a trasladarse. De los 203 antesalistas que han tenido un OPS mayor a .800 durante las últimas 10 campañas, 27 por ciento eran mayores de 32 años. Esta cifra se incrementa al 28 por ciento para los 165 jardineros izquierdos, y 29 por ciento de los 215 tercera bases.

Aparte de todo lo anterior, el valor de una serie de números varía de una posición a la próxima: Un catcher con OPS de .800 es 14 por ciento mejor que el receptor promedio, pero un jardinero izquierdo con OPS de .800 es apenas 8 por ciento mejor que el jardinero izquierdo promedio.

Cuando las gerencias consideran cambiar a los catchers a otros puestos, hay dos interrogantes predominantes: (1) ¿Ayudará un cambio de posición a que el receptor se mantenga saludable y mejore su longevidad como pelotero activo? y (2) Si un catcher es un fuerte productor detrás del plato pero con números promedio en otra posición, ¿tiene acaso sentido el cambio?

Al igual que Posey, el receptor de los Rangers de Texas Jonathan Lucroy tiene 30 años, con cerca de 700 aperturas de por vida detrás del plato y una contusión en su hoja de vida (consecuencia de un foul tip en la máscara en septiembre de 2015). Al contrario de Posey, Lucroy es elegible para ser agente libre en noviembre. Entiende que su valor en el mercado abierto es mayor porque produce en una posición en la cual la ofensiva es dificil de conseguir.

"Primero, soy receptor", dice Lucroy. "Es mi mejor posición, y me enorgullece mucho eso. Lo he dicho en el pasado cuando se me hace la pregunta: pasaría de ser un receptor por encima del promedio a un primera base por debajo del promedio. Sería distinto si bateara 30 jonrones por año, pero no es así".

A través de los años, algunos catchers de categoría se han cambiado de puesto por varias razones. En 1992, los Astros cambiaron a Craig Biggio a la segunda base ya que pesaba 75 kilos y temían no sobreviviese a una colisión violenta en el plato. Biggio, entonces de 26 años, terminó conectando 3.000 imparables y llegó al Salón de la Fama. Joe Torre igualmente experimentó una resurrección de su carrera luego que los Cardenales de San Luis lo pasaran de la receptoría a la inicial a los 28 años de edad. Dos temporadas después, se alzó con un título de bateo (.363) y el premio al Más Valioso de la Liga Nacional.

En 2014, los Mellizos de Minnesota colocaron a Joe Mauer en la inicial debido a crecientes preocupaciones con su salud. Mauer se recuperaba de una contusión, sin mencionar que cargaba problemas con su rodilla, espalda, caderas, hombros y piernas, siendo la mejor opción para los Mellizos tratar de maximizar los cinco años que le quedaban en su extensión contractual por $184 millones.

"La mayoría de los receptores querrían jugar esa posición mientras puedan", dijo Mauer. "Realmente disfruté esa posición y la extraño. Obviamente, lo mío fue más una necesidad. Traté de conseguir la mayor cantidad de médicos que me dijeran que estaba bien, pero no fue así".

Si bien Mauer lo ha hecho mejor quedándose como primera base, sus números no son los mejores en su nueva posición. En 2016, el porcentaje de slugging de .389 de Mauer estuvo en el puesto 22 entre los inicialistas de las Grandes Ligas con al menos 400 apariciones al plato.

Para Posey y otros receptores que eventualmete consideran un cambio, las repercusiones emocionales son difíciles de ignorar. De las ocho posiciones en el terreno distintas a la de pitcher, los catchers y campocortos son los más celosos cuando se trata de conceder su feudo.

Johnny Bench expresó este sentimiento en una entrevista de 1981 con el diario The New York Times, y es aún vigente para este selecto club. Al lamentarse por un codo resentido, uñas de dedos de pie rotas y espasmos persistentes en su espalda, Bench describió el encanto de la posición de catcher.

"No hay nada igual", dijo Bench. "Tienes una sensación de control. Tu tiempo siempre está ocupado. Y cuando las cosas van bien, estás en sincronía con el pitcher, se siente como un conductor de una orquesta sinfónica. Puedes batear de 4-0, pero si conduces un buen partido, haces out a un corredor en intento de robo o bloqueas una anotación, sientes que has colaborado".

En 1982, Bench se cambió de catcher a tercera base esperando agregar un brillo final a una carrera digna del Salón de la Fama. Cometió 19 errores en 103 apariciones como titular en la tercera base y se retiró a la temporada siguiente, con 35 años de edad.

Lucroy, dos veces miembro del roster del Juego de Estrellas, comenzó como catcher a los 12 años en Pequeñas Ligas e inmediatamente se adaptó. En los 18 años desde entonces, ha encontrado que la aceleración, la adrenalina y el sentido de gratificación que obtiene de esta posición superan a sus instintos de conservación.

"Nosotros, los catchers, cuando nos reunimos, entendemos las dificultades del puesto", dice Lucroy. "Otros dicen, 'sopórtenlo'. Pero no entienden lo que se siente el recibir un foul tip en la garganta. Tienes que ser tonto o loco para intentarlo atrapar. No hay forma que una persona en su sano juicio se pondría ahí a soportar semejante cosa todo el tiempo".

"Salgo al terreno a diario, sabiendo que probablemente sufriré de artritis por el resto de mi vida, y eso se sabrá cuando tenga 60 años, aparecerán cosas que serán consecuencia de todo esto. Pero, ¿saben qué? Eso está bien. Estoy dispuesto a hacer ese sacrificio aquí y ahora, porque amo lo que hago".

Posey tiene la misma sensación de logro cuando revisa los reportes de scouting y ayuda a que los lanzadores obtengan un triunfo con baja anotación en contra. En sus esfuerzos para prolongar esta experiencia, está pensando constantemente en formas de mantenerse fresco y superar los problemas que vienen con la edad. Quizás significa pasar un poco menos de tiempo en la jaula de bateo, o pasar algo más en el cuarto del trainer.

"Puedo ver las curvas de edad y tratar de aprender de ello, diciendo 'Muy bien, quizás necesito ajustar algunos entrenamientos o pasar más tiempo en la tina helada'", dice Posey. "Hay cosas que hacer hoy que serán distintas a lo que hacía cuando tenía 23, 24 o 25 años".

Al transcurrir su novena temporada en las Mayores, el compromiso emocional de Posey le dificulta el imaginar ver el partido transcurrir en otro lado que no sea las barras de la máscara.

"No digo esto de forma egoísta, pero creo que hay un buen valor al tener un buen bateador detrás del plato y tener la capacidad de poner un buen bateador en la primera base también", dijo. "Quizás mi carrera se acorte por tres años si sigo así. Pero sé que estoy haciendo el máximo posible".

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Estaba conduciendo el otro día, escuchando MLB Network Radio y esperando el derretimiento de la nieve hacia una primavera temprana, cuando un oyente llamo y preguntó, "¿Acaso Buster Posey ya es uno de los mejores receptores de todos los tiempos?"

El anfitrión del programa respondió con un "Sí... pero" y apuntó a Joe Mauer, quien tenía tres cetros de bateo a los 26 años y promediaba de por vida .323 con un premio JMV y tres Guantes de Oro a los 30 años, como ejemplo de cómo la carrera de un jugador podía caer en barrena a medida que pasaban sus mejores años. Mauer, quien fue movido a la primera base en el 2014 luego de sufrir una conmoción cerebral que terminó su temporada del 2013 en agosto, no ha bateado bien en las pasadas dos temporadas. Las conversaciones sobre las posibilidades de que Mauer, quien en algún momento era visto como candidato seguro a Cooperstown, llegue al Salón de la Fama, se han reducido considerablemente.

Posey está en el pico de sus habilidades ahora mismo. Es claramente el mejor receptor en el deporte, dado el declive de Yadier Molina, y él ya tiene en su poder tres anillos de Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco. En una era en la que los bateadores sacrifican promedio por poder a expensas de poncharse más, Posey es una máquina de batear de la vieja escuela que reparte líneas por todos lados y que consiguió más boletos que ponches en el 2015. He aquí dos gráficas que son testimonio de su destreza en el plato:

El poder de dar jonrones de Posey es hacia su lado de halar, pero Posey ha aprendido a aprovechar las enormes dimensiones del jardín derecho del AT&T Park para conectar más hits y dobles hacia esa área. Échenle un ojo a la gráfica del promedio de bateo. Tiene un pequeño hueco en la parte interior baja; por lo demás, cubre el plato completo tan bien como cualquier otro bateador en el béisbol.

De vuelta a la pregunta original. Posey entra a su temporada de 29 años. ¿Dónde se ubica entre los mejores? Según una estadística, ciertamente Posey va por el camino de un potencial miembro del Salón de la Fama. He aquí los totales de WAR de por vida hasta los 28 años para los receptores que están en el Salón de la Fama y que jugaron luego de la Segunda Guerra Mundial:

Johnny Bench: 54.4

Gary Carter: 41.0

Mike Piazza: 31.0

Buster Posey: 28.8

Yogi Berra: 27.1

Carlton Fisk: 21.9

Roy Campanella: 10.2

Sí, el Salón de la Fama solo ha añadido seis receptores en seis décadas; los votantes son difíciles. Campanella es un caso especial. No llegó a las mayores hasta los 26 años debido a la barrera del color, pero Posey ha superado a Berra y Fisk, al menos en esta estadística. Sin embargo, tengan en mente que estos no son los jugadores mejor valorados en este periodo; Iván Rodríguez se ubica segundo en WAR, mientras Joe Torre y Ted Simmons se ubican cuarto y quinto, respectivamente. Joe Mauer está sexto, con WAR de 34.6 hasta los 28 años, así que a pesar de lo bueno que ha sido Posey, Mauer fue quizás mejor.

Sin embargo, los números de Posey son impresionantes, considerando que los mismos han llegado en básicamente cinco temporadas de partidos: su temporada parcial de novato, su segunda temporada acortada por lesiones, y las siguientes cuatro temporadas completas. Proyectando al futuro, ¿qué tiene que hacer Posey no solo para tener un pico del Salón de la Fama, sino una carrera digna de Cooperstown?

Los votantes han trazado una raya, o algo así. Los primeros seis receptores en WAR desde la Segunda Guerra Mundial son los cinco miembros del Salón de la Fama (menos Campanella) más Rodríguez. La brecha del No. 6 (Berra con WAR de 59.4) al No. 7 (Simmons con 50.1) es considerable.

Eso significa que Posey está corto por un WAR de 30 de los estándares del Salón de la Fama. En las pasadas cuatro temporadas, promedió un WAR de 5.9 por temporada, y en el 2015 tuvo uno de 6.1 in 2015. Una producción razonable podría ser 6.0, 5.5, 4.5 y 4.0 en los siguientes cuatro años. Eso es un WAR de 20 y lo elevaría a 48.8 hasta los 32 años... que es un WAR de 1 más que donde está ubicado Joe Mauer ahora mismo a esa edad. Parece ser que el caso del Salón de la Fama podría descansar en su habilidad de permanecer detrás del plato y poner números sólidos hasta por lo menos sus medianos 30 años.

Por supuesto, Posey tiene sus anillos para lucirlos, y esa es una parte importante de su legado. Desde la Segunda Guerra Mundial, solo Berra, con ocho, y John Roseboro, con tres, han ganado tantas Series Mundiales como receptor titular que Buster Posey (Jorge Posada estuvo detrás del plato para cuatro equipos campeones con los Yankees, pero Joe Girardi era el careta titular durante dos de esas cuatro temporadas).

Algunos han especulado que los Gigantes moverán eventualmente a Posey a la primera base, a fin de evitarle el riesgo de lesionarse como receptor y poder mantener su bate en la alineación. No creo que haya necesidad de hacer esa movida todavía. Primero que todo, Posey es enormemente valioso cuando está detrás del plato, con su producción ofensiva y su tremenda defensa. Ha estado por encima de la media de la liga en sacar corredores en intento de robo en cada temporada de su carrera, se ubica bien en cuanto a bloquear lanzamientos en el terreno, y ha guiado a sus lanzadores a tres campeonatos. ¿Por qué los Gigantes querrían sacar a ese jugador de esa posición? Ciertamente ellos están mejor con Posey detrás del plato y Brandon Belt en primera base que con Posey en primera base y Andrew Susac o alguien más recibiendo.

Los Gigantes también han sido bastante conservadores con la carga de trabajo de Posey. Él abrió como titular en apenas 109 y 103 partidos en la receptoría en las pasadas dos temporadas, mientras mezclaban más de 30 aperturas en la primera y algunas como bateador designado, así que terminó jugando 150 partidos en el 2015. Ese parece un modo inteligente de mantener frescas las piernas de Posey al entrar a sus 30 años. La mudanza a la primera base comenzará las comparaciones con Bench y su declive en sus tempranos 30 años, pero Bench estuvo detrás del plato en una enorme cantidad de partidos temprano en su carrera. Hasta los 28 años, él había abierto como titular en 1,175 partidos detrás del plato, en comparación con los 562 de Posey. Fisk, quien jugó hasta entrados los 40 años, había comenzado en apenas 492 juegos debido a las lesiones. Pienso que la relativa poca cantidad de juegos que ha recibido ayudará a Posey a envejecer mejor.

De todos modos, podemos especular sobre cuando los Gigantes van a hacer esa movida y si Posey va a terminar en Cooperstown. Pero por ahora, los Gigantes tienen la suerte de contar con el mejor receptor del béisbol apuntando a un cuarto título de Serie Mundial, y nosotros tenemos la suerte de poder observar lo haciendo lo suyo.

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El corazón de todos los partidos de las Grandes Ligas son aquellas batallas individuales que tienen lugar a 60 pies y 6 pulgadas de distancia, por lo menos un par de cientos de veces cada noche. Aquí están 10 de los duelos más interesantes que conviene prestarle atención, cuando definitivamente no vas a cambiar de canal.

1. Bryce Harper contra la rotación de los Mets

Harper destruyó a sus oponentes del Este de la Liga Nacional la temporada pasada en su camino a la consecución del premio de Jugador Más Valioso... excepto los Mets, así es. Contra los desventurados Bravos, Marlins y Filis bateó .344 con 21 jonrones en 54 juegos. Contra los Mets bateó .254 con cuatro cuadrangulares en 18 partidos, con uno de los cuadrangulares logrado en la serie de fin de temporada que ya no tenía sentido entre los clubes. El duelo a seguir: Harper lleva de 20-0, con siete ponches, en su carrera contra Matt Harvey. Él fue mejor contra Jacob deGrom (18-7, .389, 1 HR) y Noah Syndergaard (9-3, .333). Harper no luchó exactamente contra bolas rápidas de alto octanaje en 2015 - él bateó .310/.479/.507 contra las rectas de más de 95 mph, pero aplastó la velocidad de 94 mph o menos, conectado para .395/.521/.882. Se espera que los 'tres de Mets' lo desafíen con bolas duras en la zona interior.

2. Mike Trout ante Félix Hernández

Trout ha estado en la liga sólo cuatro temporadas completas pero esos dos ya se han enfrentado 72 veces en las 21 aperturas que ha realizado Hernández contra los Angelinos en esos cuatro años. Hasta el momento todo ha sido para Trout: .354/.389/.646 con cuatro jonrones en 65 turnos al bate. Saca el 7-1 de Trout en 2011 y su promedio sube a .379. Trout conectó dos cuadrangulares a Hernández en 2015, incluyendo uno en una memorable batalla de ocho picheos en su primer partido de la temporada.

3. Buster Posey versus Clayton Kershaw

La versión de la Liga Nacional de Trout vs. Hernández, excepto que en este caso el picher ha sacado la mejor parte. Posey se ha enfrentado a Kershaw 79 veces, pero está bateando apenas .224 /.253/.329 en su contra, con dos cuadrangulares y 16 ponches. Pero Posey tuvo un poco más de éxito en el año 2015, pasando de 16 a 6, incluyendo un jonrón en abril.

4. Yasiel Puig versus Zack Greinke

O, en realidad, Greinke contra todos los Dodgers. Pero esta es la batalla individual más intrigante, tanto como Greinke y Puig no fueron exactamente los mejores amigos de acuerdo al libro de Molly Knight "The Best Team Money Can Buy" (El mejor equipo que el dinero puede comprar). Greinke a golpeó a 14 bateadores las últimas tres temporadas, por lo que los va a separar del plato de vez en cuando.

5. Miguel Cabrera ante Chris Sale

Cabrera se ha convertido en el maestro artesano en el plato, ganando su cuarto título de bateo en cinco temporadas con una marca de .338 en 2015. Su poder ha disminuido las últimas dos temporadas debido a las lesiones, pero tal vez un saludable Cabrera vuelva a ser la amenaza de 40 cuadrangulares. Sale viene de 274 ponches en apenas 208 entradas. Hasta el momento, su historia ha sido un Sale en su mayoría poniéndole mucha atención a Cabrera, quien está bateando .242/.405/.424 en contra de Sale con dos cuadrangulares, pero nueve bases por bolas en 42 apariciones en el plato. Tal vez Sale es consciente de lo que Cabrera ha hecho en contra de otro as de la División Central: Miggy está bateando .571 con cinco jonrones en 34 turnos al bate contra Corey Kluber.

6. Los toleteros de Blue Jays contra los relevistas de Yankees

Debe haber muchos momentos intensos al final del partido cuando los Azulejos enfrenten al trío de relevistas yankees Dellin Betances, Andrew Miller y Aroldis Chapman. Para el registro, he aquí cómo a los grandes bateadores de Toronto les fue en contra de bolas rápidas de 95 mph o más en 2015:

Josh Donaldson: .339/.443/.768
José Bautista: .328/.432/.776
Edwin Encarnación: .232/.300/.377
Troy Tulowitzki: .189/.259/.396
Russell Martin: .222/.321/.444

Buena suerte tratando de tirar una bola rápida para pasar a Donaldson o Bautista si están detrás en el conteo. Ellos calificaron cuarto y segundo lugar en las mayores en wOBA contra picheos de 95 mph o más (Eric Hosmer de Kansas City ocupó el primer lugar y Shin-Soo Choo de los Vigilantes fue tercero).

7. Bateadores de los Cardenales versus Jake Arrieta

Es posible que los cuatro o cinco juegos que comience Arrieta contra los Cardenales podrían ser el factor decisivo en la División Central. Por los Cachorros, tal vez Joe Maddon varíe su rotación para obtener seis aperturas de Arrieta contra San Luis. En ocho aperturas en las últimas dos temporadas, Arrieta tiene 1.86 de efectividad contra los Cardenales y ellos le han bateado .208. Sin embargo, él también ha promediado sólo seis entradas por apertura y no lanzó más de siete entradas en sus cuatro aperturas contra ellos en 2015. Clave en los enfrentamientos: Matt Carpenter tiene de 19-1 en contra de él (aunque con cinco bases por bolas) y Matt Holliday lleva 17-2.

8. Paul Goldschmidt versus Madison Bumgarner

Goldschmidt domina a Tim Lincecum - .536, siete cuadrangulares en 28 turnos al bate- pero también le fue bastante bien contra Bumgarner, el lanzador que ha enfrentado con mayor frecuencia en su carrera. Está bateándole .316/.426/.579 con dos cuadrangulares y tantos boletos como ponches, incluyendo una marca de 13-7 con tres extrabases en 2015.

9. Kris Bryant versus Gerrit Cole

Poder contra poder de dos de las estrellas emergentes del juego. Ellos se enfrentaron 14 veces en la temporada de novato de Bryant y firmaron un empate: Bryant se fue de 11-3 con tres bases por bolas, pero seis de sus ocho outs fueron ponches. La velocidad por encima de 90 mph de Cole no intimida a Bryant, que bateó .317/.404/.585 contra rectas de 95 mph o más y fue especialmente eficaz contra las rectas pegadas. Cole lanza slider, curva y cambio de velocidad junto con su recta de cuatro costuras y la de dos costuras. Espere un montón de sliders contra Bryant, su mayor debilidad estuvo cubriendo la parte exterior del plato. Bateó para .250 con un promedio de 42 por ciento de ponches frente a sliders.

10. David Ortiz versus todos los que enfrente

La carrera de Big Papi expira en el año 2016 por lo que vamos a disfrutar de todos sus turnos al bate. Se enfrentó a Roy Halladay la mayoría de las veces en su carrera y golpeó .273 con seis jonrones, la mayor cantidad contra cualquier lanzador. Cinco lanzadores que ha enfrentado ya están en el Salón de la Fama (Randy Johnson lo dominaba pero el jonroneó una vez a Pedro Martínez, Greg Maddux y John Smoltz). Se fue de 8-4 en contra de Seth McClung -los cuatro hits fueron jonrones. Mike Mussina lo ponchó el mayor número de veces, 27 veces en 83 apariciones en el plato (Ortiz bateó .243 con cuatro cuadrangulares ante él). Ha bateado apenas .154 con un cuadrangular 52 turnos al bate contra Bartolo Colón. Los Medias Rojas y los Mets no juegan entre sí por lo que es probable que esos números se mantengan.

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Una gran cantidad de disculpas se envían a los receptores, y es fácil entender el por qué. Ya sea por los nudillos golpeados o los golpes recibidos en sus rodillas luego de pasar la mitad de su carrera agachados, los rigores físicos del trabajo inspiran simpatía automática. Encontrar jugadores que puedan aguantar eso y que contribuyan a la ofensiva no suena como un trabajo fácil, e históricamente así ha sido. Ya sea que quieran hablar de jugadores poco ofensivos como Bill Bergen en la era de la bola muerta (OPS+ de por vida de 21) o héroes más recientes como José Molina (64) y Jeff Mathis (52), nosotros aceptamos que estos son jugadores cuyas carreras dependen de sus habilidades con el guante y un poco más. Y ahora, gracias a las estadísticas de enmarcado de pitcheos de los receptores, estamos mejor preparados que nunca antes para darle valor a esas contribuciones de forma justa.

Así que, si les digo que estamos viendo más receptores que contribuyen a la ofensiva en años recientes que los que hemos visto en las pasadas dos décadas, es posible que estén algo sorprendidos. Pero si le echamos una mirada al rendimiento del receptor en el plato en comparación al resto del béisbol, ahí es donde nos encontramos hoy en día. Tomado del portal Baseball-Reference.com, la estadística llamada tOPS+ es solo una comparación de cómo alguien o un grupo de algunos lucen en comparación con el promedio de la liga, donde el 100 es el promedio. Así que mirando su actuación colectiva temporada por temporada, en años recientes los receptores han estado cerca del promedio de Grandes Ligas como bateadores que en cualquier otro momento en las pasadas dos décadas:

Entramos a los nombres, y podemos entender por qué tenemos un trio de receptores bateadores hoy en día. La Liga Nacional tiene un trio incomparable compuesto por Buster Posey, Yadier Molina y Jonathan Lucroy, los tres mejores receptores en el deporte hoy en día, y los tres son jugadores sobresalientes a la ofensiva con OPS por encima de .800 en los pasados cuatro años, y todos ellos se encuentran en los primeros lugares en nuestros rankings de posición en BBTN 100. Molina ha sido el mascara regular de los Cardenales por una década, y lo seguirá siendo por lo menos por los siguientes cuatro años que le quedan en su contrato; no voy a tener problemas catalogándolo como un futuro miembro del Salón de la Fama cuando llegue el día en que se revise su carrera... y él no es Posey. Cuatro años como regular, y el receptor de los Gigantes tiene un trofeo de Novato del Año, un JMV, y tres anillos de campeón. ¿De quién hablamos, Johnny Bench? ¿Bill Dickey? De cualquier modo, ese tipo quiere tener de vuelta su prestigio como receptor con calibre de campeón. Así que, se pueden imaginar que Lucroy se siente como una tercera pata en este concurso, un jugador dominante, y candidato a JMV por derecho propio.

Si no fuera por estos tres chicos en la delantera, la lista de los receptores tipo B en la Liga Nacional está repleta de tipos con muchas ganas de jugar. Devin Mesoraco con los Rojos dio un paso adelante por derecho propio el año pasado, con un OPS de .893 y 25 jonrones, y se encamina a su temporada de 27 años. Wilson Ramos es una selección interesante en el puesto No. 10, un chico que ha perdido gran parte de los pasados tres años por lesiones, pero con un OPS de por vida de .749, se encamina a una gran temporada si se mantiene saludable a sus 27 años. Y eso es sin nombrar a Derek Norris con los Padres (apenas 26 años, OPS de por vida de .727), Yasmani Grandal con los Dodgers (con proyecciones de OPS de .760 vía ZiPS), y Travis d'Arnaud de los Mets, de quien se espera que luzca en grande en el 2015 luego de terminar la segunda mitad del 2014 con OPS de .787.

Es posible que la Liga Americana no tenga nada para compararse con el gran trío de la LN, pero sigue teniendo un buen grupo de receptores. Russell Martin se une a los Azulejos como otro de los pocos treintones en la lista de BBTN Top 10, con seguridad de aportar OBP al igual que defensa, y los 87 jonrones conectados por su colega Brian McCann en los pasados cuatro años lo tienen como líder entre todos los receptores. Pero jugadores como Matt Wieters, Yan Gomes, Salvador Pérez y Jason Castro de los Astros están todos en la mejor parte de sus carreras, produciendo tanto en el plato como detrás de él.

Es cierto que la manera menos feliz de pensar en el gráfico anterior es pensar en los receptores como un todo, un grupo que ya está poblado por especialistas, tal vez no tenían la calidad suficiente para estar en el primer lugar. Con la caída general de la ofensiva en MLB, desde el máximo de OPS de .782 en 2000, el más alto de los pasados 20 años al OPS de .700 que fue el promedio de la liga el año pasado, el piso de las actuaciones está más cerca ahora para todo el mundo. Ya que la receptoría es una posición que siempre ha estado entre las peores en bateo, esto podría como que todo el mundo está en camino hacia el sótano ofensivo en el que los receptores siempre han estado. Si ustedes opinan de esa manera, entonces creo que son de los que siempre ven el vaso medio lleno.

En el lado de los vasos medio llenos de la vida, yo diría que debemos mantener en mente las actuaciones en relación a las del resto de la liga mientras reconocemos la actual buena cepa de buenos receptores bateadores que se encuentran en su pico o entrando al mismo. El ejercicio que hice de verificar nombres me dio un total de 14 jugadores que ustedes - o su equipo - estarían bien complacidos de tener a su alrededor, y eso es sin entrar en el trío de receptores de calidad de los Cachorros, o los de los Piratas, o el posible comité de los Atléticos, o el poder de Mike Zunino, y mucho más. Así que, incluso en las Grandes Ligas agrandadas de hoy en día con 30 equipos, obviamente alguien está haciendo algo bien en la parte de desarrollo de jugadores si tenemos tanto talento detrás del plato.

Y con todo ese talento en la receptoría, vale la pena notar la otra cosa que no se ve mucho en estos días: El tipo que está fungiendo de receptor regular es porque puede recibir, más allá del punto en donde se encuentre su bate. Tomen como ejemplo un extraordinario receptor del pasado como Tony Peña: Un gran regular con los Piratas de 1982-86, la velocidad de su bate comenzó a descender rápidamente en sus años 30. Para el momento en que cumplió sus cuatro años como receptor regular de los Medias Rojas (sus temporadas de 33 a 36 años), bateó de forma combinada .234/.290/.313 con un OPS+ de 64. Su bate ya había fallecido de causas naturales, pero como podía recibir, la carrera de Peña duró cuatro años más allá de eso como reservista. En contraste, a pesar de que los Rays amaban y valoraban a José Molina como receptor, no lo intentaron usar como jugador de todos los días. En estos días el único receptor regular "viejo" es Carlos Ruiz de 36 años, y de los Filis, pero él sigue siendo un buen activo detrás del plato -- y todavía puede batear.

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DETROIT -- Inclinado en su silla en el clubhouse de visitantes del Comerica Park el sábado en la mañana, el manager de los Gigantes de San Francisco, Bruce Bochy comenzó a explicar la reciente racha de Buster Posey al charlar sobre su historia como un gran bateador, sobre su swing que siempre ha sido simple y efectivo.

Pero a la mitad de esto, Bochy se desvió y se centró en el cambio tangible que Posey ha hecho. Bochy dijo que tal vez era muy pasivo en sus apariciones en el plato al inicio de la temporada, quizás para meterse en el hoyo durante el conteo de bolas y strikes.

Mientras trataba de demostrar este punto, Posey se presentó en el plato para enfrentarse a David Price, un lanzador que otorga algunas bases por bolas y llena la zona de strike con bolas rápidas, y Posey saltó con el primer lanzamiento para su jonrón 20 del año, la quinta carrera en la victoria sobre San Francisco 4-5 el sábado.

Los Gigantes -- que jugarán con los Tigres de Detroit el "Domingo por la Noche de Béisbol" (8ET a través de ESPN y WatchESP) -- están en un gran momento, acercándose a los Los Angeles Dodgers en la cima de la División Oeste de la Liga Nacional, y el ajuste de Posey es el adecuado como el corazón de esto. Posey se fue de 3-3 el sábado, incluyendo su cuadrangular número 20, y desde que tomó un día descanso el 20 de agosto en Chicago, Posey tiene marca de 33-65, con seis dobletes, un triple y siete jonrones. Está atancando la bola, de acuerdo con los números de Justin Havens y Kevin Kremer de Estadísticas e Información de ESPN.

Posey inició el rally de cuatro carreras de los Gigantes en la primera entrada del juego del sábado con un sencillo frente a Prince con la cuenta 0-2 y más tarde aporreó con un cuadrangular que significó la quinta carrera para San Francisco.

Posey y los Gigantes tuvieron un inicio rápido, escribe Henry Schulman.

Tim Hudson juega con Madison Bumgarner durante muchos días, pero la verdad sea dicha, sólo falta una coincidencia. Burgamer tiene 25 años de edad con una bola rápida y una década lanzando por delante. Lanza tres o cuatro veces al comienzo de su trabajo con Hudson, y está listo para volver y comenzar a estar encendido.

Espera un momento travieso.

Han pasado 55 días del cumpleaños número 39 de Tim Hudson, acumulando más de 3,000 entradas en la temporada regular y postemporada en 16 años en las grandes ligas, y le toma un poco más de tiempo entrar en forma, como una puerta antiquísima que se detiene para abrirse.

Hudson quien abrirá el domingo en la noche en contra de Kyle Lobstein de Detroit, parece que necesita lanzar la bola entre 10 y 15 veces desde los 40 pies para que se le facilite el trabajo.

"Para el quinto lanzamiento, Baum quiere estar a 80 pies", dijo Hudson sonriendo. Y lo he hablado con él. 'Tienes que ir lento e ir subiendo poco a poco".

"No lanzo ni cerca de lo que lo hacía [entre aperturas]. Pasas más tiempo en la sala de calentamiento. Lo que buscas es '¿Qué es lo que necesito hacer para estar listo para el quinto día?' No es mucho como un entrenamiento fuerte o condicionamiento del brazo; se trata más de guardar lanzamientos". Hudosn dijo que entre más grandes seas, "más tienes que estar dispuesto a evolucionar como lanzador y dejar el orgullo de lado y entender que tal vez no soy el lanzador de poder que era cuando tenía 25, 26, 27, 28, 29. Tienes que ser honesto contigo mismo, y lanzar cambios con la cuenta 1-0, o cambios en 2-1 o tal vez una recta cortada. Antes cuando era joven, eras un poco más avezado para hacer eso, porque es la [mala] forma que se hacían las cosas.

"Si quieres ser un éxito para cuando seas más grande, y tus bolas rápidas comienzan a declinar, tiene que hacer cosas para mantenerte arriba en tu juego -- y eso es lanzando". Se burla de sus compañeros jóvenes que lanzan fuerte como si fuera fácil hacerlo a 95 o 965 millas por hora, y si realmente quieren aprender sobre el pitcheo, "tratar de lanzar algunos a 88 millas por hora".

Hudson tiene 214 victorias, y cuando se le preguntó sobre si sus números significan algo para él, mencionó 250 triunfos como algo interesante, algo que sería agradable alcanzar. Pero sólo es una referencia pasajera, un asunto de estadística y él se mueve en otra dirección. "Tendría que lanzar más allá del próximo año, probablemente un par de años más después del próximo", dijo. "Pero nunca he sido un tipo de números. Siento que salgo y me preparo para lanzar cada vez, entonces los números se harán cargos de sí mismos. Lo que no significa que estaré lanzando hasta que llegue a 250".

"No voy a salir y retroceder un lugar en la rotación del equipo, lo que no es muy bueno.

"Sólo quiero mantenerme sano, y seguir entre los primeros de la rotación con un calibre de club campeón. Si puedo hacer eso, seguiré jugando. Si llega un momento en el que no me siento como ese tipo de lanzador, me regresaré a casa. El juego te lo hará saber cuándo necesites irte a casa".

Aquí algunas señales de que está en regresión. La efectividad de 3.80, es décimo cuarto en la Liga Nacional, y está esperando a bateadores con OPS de .681, lo cual es de alrededor de 100 puntos mejor que en 2006, su primer año con los Bravos. Ha otorgado sólo 30 bases por bolas en 172 entradas y dos tercios. Bochy y el coach de pitcheo, Dave Righetti tiene cuidado de no gastarlo mucho; la última vez que lanzó más de 100 tiros en una apertura fue el 29 de julio.

En una era con un mejor análisis estadístico, las victorias y derrotas asignadas a los lanzadores por anotadores oficiales no significan mucho como ocurría antes. Pero Hudson tiene 94 más victorias que derrotas en su carrera, un porcentaje de victoria de .641, que lo coloca entre Randy Johnson, Pete Alexander y Johan Santana.

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