Las importaciones del beisbol invernal venezolano están cambiando drásticamente.

Sea por la crisis social y política o por cualquier otro motivo, cerca de la mitad de los jugadores extranjeros contratados hasta ahora en la LVBP proceden de América Latina.

No se trata de una muestra pequeña. Casi 90 nombres de refuerzos forasteros han trascendido de manera oficial o extraoficial en el país suramericano, cuyo torneo abrirá fuegos la semana entrante, el 6 de octubre.

De los 89 peloteros anunciados por las divisas o por los medios de comunicación, 35 son nacidos en la región. Eso representa 40 por ciento.

¿Cuán diferente es eso, respecto a la tendencia histórica?

De acuerdo con la cuenta que lleva el sitio PuraPelota.com, unos 4.170 jugadores nacidos fuera de Venezuela han actuado en la LVBP. De ellos, 687 son no estadounidenses. Contando incluso a los canadienses, japoneses o europeos, se trata de apenas 17 por ciento.

El incremento es notable.

La cifra ha crecido a más del doble de la cantidad documentada entre 1946 y 2016. Abarca a dos brasileros, seis colombianos, 18 cubanos, dos nicaragüenses, un panameño y seis dominicanos.

ÁGUILAS DE ZULIA

Más de la mitad de los 11 extranjeros anunciados por los occidentales proceden del Caribe, sin contar al lanzador californiano Carlos Hernández, un veterano de la LVBP de obvia ascendencia latinoamericana.

Allí están el dominicano Julio De Paula, el nicaragüense Carlos Teller y los colombianos Tayron Guerrero, Reynaldo Rodriguez, Giovanny Urshela y Ernesto Frieri.

Otros importados: Mike Tauchman, Boone Whiting, Jason Leblebijian, Keith Couch y Carlos Hernández.

BRAVOS DE MARGARITA

Cuatro de los primeros diez extranjeros contratados por los orientales proceden de la región, incluyendo a dos peloteros que tratan de encaminar su carrera profesional, tras salir de Cuba.

Se trata de los antillanos Pavel Quesada y Edwin Vasell, además de los dominicanos Manny Corpas y José Arredondo.

Otros importados: Casey Lawrence, Cade Gotta, Rudy Flores, Matt Tracy, Nick Greenwood y Cody Decker.

CARDENALES DE LARA

A pesar de la deserción del brasilero Thyago Vieira, a quien los Marineros de Seattle de finalmente decidieron enviar a la Arizona Fall League, más de la mitad de los forasteros asegurados por los pájaros rojos son latinoamericanos.

Entre ellos se cuentan los cubanos Rangel Ravelo, Jorge Martínez y Yoanner Negrín, el colombiano Dayán Díaz y los amazónicos Tiago Da Silva y Paulo Orlando.

Otros importados: John Kuchno, Mike DeMark, Hoby Milner, Darren Ford y Cedric Hunter.

CARIBES DE ANZOÁTEGUI

La tribu es una excepción, porque es la divisa con menos refuerzos caribeños esta temporada en la LVBP, al menos en el inicio del campeonato.

Únicamente cuentan con el cubano José Julio Ruiz y el dominicano Dennis Phips.

Otros importados: Niko Goodrum, Cody Hall, Daryl Thompson, Matt Tomshaw, Evan Reed, David Kubiak, Kyler Newby, Patrick Johnson y Shane Youman.

LEONES DEL CARACAS

Los melenudos esperan que su conexión con Cuba les dé un lugar entre los seis equipos clasificados para los playoffs, previstos para disputarse en enero.

Yandy Díaz es una cara nueva. Pero los aficionados conocen muy bien a Felix Pérez y Henry Urrutia, dos favoritos del público, bates temibles hasta ahora a su paso por la LVBP.

Otros importados: Nyjer Morgan, Deunte Heath, Aharon Eggleston, Joe Gardner, Paul Voelker, Mark Montgomery, Seth Frankoff y Ruben Alániz.

NAVEGANTES DE MAGALLANES

Casi 50 por ciento de los importados turcos proceden de los países vecinos, incluyendo a dos protagonistas indiscutibles de la pelota venezolana en los últimos años: los cubanos Hassán Pena, ganador por tres veces seguidas del premio al Cerrador del Año, y el grandeliga Adonis García, que promete subirse a la nave en noviembre.

Sus compatriotas Dayron Varona y Gerardo Concepcion les acompañarán esta vez, junto al panameño Ariel Jurado.

Otros importados: Tommy Pham, Toru Murata, Dustin Antolin, Chris Leroux, Mitch Lively y Matt Zielinski.

TIBURONES DE LA GUAIRA

El único equipo que no ha querido anunciar oficialmente a sus importados tiene tratos, sin embargo, con varios peloteros caribeños. De hecho, la mitad de sus refuerzos conocidos hasta ahora son de la región.

Resaltan el colombiano Jorge Alfaro, los cubanos Pedro Echemendia, Ronnier Mustelier y los dominicanos Sammy Gervacio y Alexis Candelario, aunque este último fue tomado en el draft de su país natal y está en duda.

Otros importados: Greg Ross, Thomas Collier, Ryan Kussmaul, Brian Burgamy y Jake Hale.

TIGRES DE ARAGUA

Los primeros forasteros concretados por los campeones defensores fueron caras conocidas, procedentes de América Latina.

Los cubanos Armando Rivero y Dariel Álvarez, de hecho, contribuyeron a conquistar la corona en la campaña 2015-2016 y estarán acompañados por su compatriota Raudel Lazo y el nicaragüense Kevin Gadea.

Otros importados: Lindsay Caughel, Austin Adams, Scott Shuman, Tim Dillard, Matt Sergey, Marcus Walden, Austin Bibens-Dirkx y extraoficialmente David Adams, Forrest Snow y Kyle Hunter.

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Orlando Arcia es un predestinado. Así lo piensan los Cerveceros de Milwaukee, la organización que decidió hace algunos días entregarle las paradas cortas, a pesar de su corta edad.

Arcia acaba de cumplir 22 años de nacido y está a búsqueda del secreto para descifrar el pitcheo de las Grandes Ligas. En sus primeros 60 turnos al bate bateó para .167, con .470 de OPS, aunque en las menores y en la pelota invernal ha demostrado que puede ser un bateador de peligro.

Las publicaciones especializadas le otorgan el estatus de prospecto número uno de Venezuela en 2016. No puede perder, aseguran.

Pero el camino de los grandes prospectos a veces es difícil. Su inicio arriba lo demuestra. Y hasta tiene una historia familiar que refuerza esa idea.

Al shortstop de los lupulosos le toca mirarse en el espejo de aquellos otros venezolanos que fueron considerados como los mejores talentos de sus promociones, a lo largo de la década actual.

No todos han triunfado, como se esperaba. ¿Qué le aguarda al más joven de los Arcia?

2010, ALCIDES ESCOBAR

Tiene un Guante de Oro y fue el shortstop abridor del Juego de Estrellas de 2015 por Liga Americana.

No puede discutirse el papel protógonico que el campocorto varguense ha jugado en Kansas City, su segunda organización, a la que le enviaron los Cerveceros en diciembre de 2010.

Todavía tiene deudas pendientes. Mientras crecía en las menores llegó a ser una promesa del bateo y hasta un título consiguió en la pelota invernal, con casi .400 de average.

Fue, en un momento, un habilidoso robador de bases, pero ha mermado en sus cosechas y su promedio de embasado de .289 aún resulta francamente bajo.

Dicho eso, es uno los paracortos más reputadas de su generación, fue el Jugador Más Valioso de la última Serie de Campeonato en la Liga Americana y resultó una pieza clave en la conquista de la última Serie Mundial.

2011 y 2012, JESÚS MONTERO

Pocos venezolanos han crecido con mayores expectativas y pocos han hecho esperar más a sus parciales.

Montero llegó a las Grandes Ligas en 2011, entre batazos de largo metraje. Poco duró el ensueño con los Yankees de Nueva York. Fue cambiado a los Marineros unos meses después y cayó en un marasmo desde entonces.

Su primer torneo con los occidentales no fue un total desastre. Hay muchas cosas rescatables en un muchacho que a los 22 años de edad da 15 jonrones, empuja 62 carreras y cierra con .260 de average, jugando la mitad del tiempo en el Safeco Field.

Entonces comenzó el espiral descendente. Abrió 2013 con un severo slump. Fue enviado a Triple A. Recibió un llamado de atención por tener sobrepeso. Dejó de ser receptor y tuvo que aprender una nueva posición, la inicial. Apenas tomó 17 turnos arriba en 2014. Fue centro de un escándalo en Triple A y le suspendieron sin paga. Bateó para .235 sin boletos en 2015 y fue dejado ir en 2016.

El joven que tanto prometía no ha podido conseguir un OPS cercano a aquel .685 de 2012, que ya era escaso. Aunque aún espera saldar la deuda, ahora en las granjas de los Azulejos de Toronto.

2013, OSWALDO ARCIA

Hubo un tiempo en que la familia aplaudía a Oswaldo y le recomendaba a su hermano Orlando que siguiera el ejemplo del mayor.

El jardinero y designado sacó 14 cuadrangulares en 2013 y agregó 20 en 2014. Tenía 23 años de edad, patrullaba el outfield de los Mellizos de Minnesota Twins y, aunque le sobraban ponches y le faltaban bases por bolas, mostró sin ambages el poder legítimo que le convirtió en prospecto.

El promedio no levantó. La paciencia de la gerencia se agotó y, según analistas de la prensa regional, eso desorientó al patrullero, desatando una crisis de confianza.

Sea cierto o no, el hermano mayor terminó sin lugar en el lineup y, finalmente, pasó a los Rays de Tampa Bay, donde sufrió el mismo destino, al ser sacado del roster y puesto en asignación.

2014, ROUGNED ODOR

No se suponía que Odor comenzara tan pronto su recorrido en las mayores, pero la lesión de Jurickson Profar cambió los planes de los Texas Rangers de Texas y quizás haya cambiado también la vida del zuliano.

El entonces veinteañero defendió con éxito la intermedia de los Vigilantes y formó una adecuada llave de dobleplays con su compatriota Elvis Andrus. A los 21, sacó 16 pelotas del parque y consiguió un OPS de .781, a pesar de un pavoroso slump entre abril y mayo.

Pero lo de 2016 ha sido clamoroso. Su tercera justa en la MLB ha sido la de la consagración, con una línea de .274/.296/.489. Mejor todavía, alcanzó el récord de 22 vuelacercas que impuso Bobby Doerr en 1940 para intermedistas con 22 años de nacido.

El futuro pertenece al zuliano. Los texanos quieren firmarlo a largo plazo y sus agentes prefieren esperar.

2015, JOSÉ PERAZA

Peraza parecía indetenible tiempo atrás, con dos torneos seguidos sobre 60 bases robadas y averages consistentemente por arriba de los .300 puntos.

La inestabilidad asaltó al barinés últimamente, a pesar de sus notables cosechas.

Los Bravos de Atlanta decidieron convertirlo de torpedero en camarero, pensando en Andrelton Simmons como el campocorto de largo plazo. Luego lo enviaron a los Dodgers de Los Angeles, que finalmente lo embarcaron con destino a los Rojos de Cincinnati.

En el ínterin, debutó en la gran carpa y fue señalado como el inminente segunda base de los escarlatas, hasta que el veterano Brandon Phillips vetó un cambio casi consumado y Peraza quedó en el aire.

Todavía le ven como el camarero del futuro en el Great American Ballpark y ha recibido el chance de mostrarse como utility, incluyendo varios encuentros en el outfield. Pero su nueva organización prefiere que actúe a diario en las menores, antes que tenerle en la banca en la MLB. Habrá que esperar.

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