Cuando dejó a Rayados, todo indicaba que su personalidad se impondría a su juego y que regresaría con poco éxito en el futbol europeo. Jesús Manuel ‘El Tecatito’ Corona rompió esos pronósticos, los transformó y hoy disfruta de la posibilidad de llevar su excelso talento a un nivel mayor del que ha jugado en los últimos 9 años. Esta vez, el ex futbolista de Monterrey es “favorito” en las apuestas para triunfar en un club como el Sevilla, hoy, perseguidor del Real Madrid en la lucha por el título del futbol español…

SAN DIEGO, California.-Siempre se trató de las ventajas de su futbol y siempre se trató de las desventajas de su personalidad, pero Jesús Manuel ‘El Tecatito’ Corona lo ha logrado: una portentosa carrera de casi 10 años en Europa y hoy, con la oportunidad soñada, jugar en el mayor nivel posible de su carrera.

  Esta vez, a diferencia de cuando partió a Europa, las “apuestas” están a su favor.

 

  Jesús Corona deberá ser anunciado en las próximas horas como nuevo futbolista del Sevilla. Alcanza al futbol español con 29 años de edad y llega, también, a un club que está en franca competencia por el título de futbol de España, nada menos y nada más que ante el histórico Real Madrid. Es una maravillosa ocasión para culminar una excelente trayectoria en el futbol de Europa, a donde llegó hace casi una década para jugar en el futbol holandés, con el Twente, antes de tener un papel estelar en uno de los grandes clubes portugueses.

  Pero, a través de la carrera de Corona, hemos vivido siempre bajo la idea, y también la necesidad, de que sus facultades y su futbol deben ser probadas para aproximarse al nivel “Clase A” del futbol de Europa. El Sevilla no está en ese escalafón. Sin embargo, compite en una liga de mayor nivel que la portuguesa. En España, bajo los reflectores que significa perseguir al Real Madrid por una hazaña, el trofeo de campeón, que el club sevillista no logra desde hace casi 80 años, será un reto maravilloso.

  Estamos, además, en un año mundialista, donde Jesús Corona debe llegar pleno en condiciones para ser uno de los futbolistas referentes de la Selección Mexicana. El Sevilla, su futbol y la liga española, pueden ayudarle a terminar de crecer en el mejor momento de su carrera.

La competencia en el Sevilla no será nada sencilla. La ventaja radica en que el entrenador, Julen Lopetegui, lo conoce a la perfección de sus dirigiendo al Porto. Sabe de la versatilidad del ‘Tecatito’ para jugar por la banda izquierda del campo. Ahí, con el marroquí Idrissi, los argentinos Papu Gomez y Erik Lamela y los españoles Jesús Fernández “Suso” y Oscar Rodríguez podrían, el mexicano intentará rubricar su trayectoria en el futbol europeo.

Cuando Jesús Corona dejó al futbol mexicano y a Rayados, las expectativas iniciales no eran demasiado ambiciosas. Ya antes, por ese mismo club, había pasado un futbolista de condiciones similares y del mismo nombre de pila, Jesús Arellano, el famoso “Cabrito” que no pudo llevar sus destrezas al siguiente nivel. La duda principal radicaba en si podría anteponer su personalidad con lo que se necesitaba para triunfar en Europa, que iba desde la cancha y significaba adaptarse a otras costumbres de vida.  Contra todos los pronósticos, ‘El Tecatito’ se sintió cómodo en Porto y logró ganarse una jerarquía en el futbol portugués que por muchas temporadas lo situaron entre los mejores futbolistas de su posición.

  Una vez superado el tema de la adaptación, ‘El Tecatito’ parece listo para dar el siguiente paso. ¿Podrá competir en ese escalafón? Esta vez, las apuestas indican que sí…

  @Faitelson_ESPN

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Hugo: 'Canadá vino a faltarle al respeto a la Selección Mexicana'
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LOS ÁNGELES -- Empuja, arrastra, resopla, presiona, encima. Pero todo es músculo, todo es inercia, todo es fuerza bruta, Hay poco talento (como en el 1-0 de Jorge Sánchez), poca idea, poco seso, poca fórmula estratégica. Por eso, México rescata, entre abucheos, un resultado que aritméticamente enriquece, pero futbolísticamente emplaza a dudas y deudas.

1-1 con Canadá. Un empate, en casa, que apesta a ese inconfundible tufo de fracaso, especialmente porque la Trinca de Ensueño (Tecatito Corona, Raúl Jiménez e Hirving Lozano), sigue siendo un mito, una fantasía calenturienta de algunos despistados.

Un Tricolor de mucha transpiración y de poca inspiración. El pizarrón de Gerardo Martino sigue en blanco. Sólo un momento de su presunta dinámica vertical, en ese 1-0, aprovechando la bobalicona marca de Canadá. De ahí, en fuera, la selección juega a impulsos, como pataleos epilépticos.

México comparte el liderato del Octagonal Final de la Concacaf, con ocho puntos, que había usurpado brevemente Estados Unidos (2-0 a Jamaica), pero eso no sofocó ni los silbidos, ni los abucheos, ni la aparición pulverizada en pequeños grupos de #ElGrito que enerva a FIFA y a Concacaf. Cierto, técnicamente, EE.UU., por goleo, tiene el mando.

¿Canadá? Hizo lo suyo y lo hizo bien. Cierto: le perdonaron un penalti y una tarjeta roja, pero exigió dos veces a que los músculos experimentados de Guillermo Ochoa rescataran al Tri.

Por otro lado, los dos goles del primer tiempo son un diagnóstico impecable de la selección mexicana. La describen de cuerpo entero. Inequívocamente.

México toma ventaja bajo el disfrute de Gerardo Martino. Velocidad, movilidad, claridad y, claro, contundencia. Fue una golondrina sin verano. De no ser por la solvencia en la ejecución, entraría en la clasificación de chiripazo.

El rompimiento desde el fondo de César Montes a la órbita de Jesús Gallardo; la entrega a Chucky Lozano, quien con la figura descompuesta, recompone al arribo ciclónico del tan cuestionado Jorge Sánchez, quien con una pulcritud asombrosa, controla y define de pierna izquierda. 1-0, al ’21.

La respuesta de Canadá ocurre dentro del mismo mapa de intenciones de todo el primer tiempo. Sólo que, esta vez, los mediocampistas se replegaron hasta amontonarse con sus defensas. Alphonso Davies tuvo tiempo para elegir, y encontró la irrupción de Jonathan Osorio en el área, quien no perdona y crucifica a Ochoa.

Sí, una selección mexicana que sólo por unos instantes se sentía cómoda y descarada yendo al frente, pero también con numerosos problemas en el fondo, víctima de una descoordinación en las coberturas y en las anticipaciones, sin que la experiencia de Andrés Guardado y Héctor Herrera ayudaran en la trompicada labor de Edson Álvarez con los jugadores del fondo.

Y claro, el sinsabor que le provoca migrañas a la FMF y a Yon de Luisa. El enclaustrado se fugó de las gargantas y del sentido común de la afición mexicana. #El Grito regurgitó en la tribuna al minuto 56, obligando al árbitro salvadoreño Ismael Cornejo a detener el partido y citar a los jugadores en el centro de la cancha. El silbante invoca el primer paso del protocolo.

Con ese instante, basta para que la FIFA pueda abrir un nuevo expediente. Dependerá de la habilidad de Yon de Luisa ante el comisario del juego.

Con la tribuna nerviosa, con su equipo sin recuperar el orden en el juego, aunque tenga la pelota y el espacio, Gerardo Martino busca esos extraviadísimos mecanismos de velocidad y sorpresa. El Tata comisiona al 71’ a Uriel Antuna por el inconsistente Tecatito Corona, mientras Charly Rodríguez suple a un exhausto Andrés Guardado, incapaz ya de marcar una referencia de apoyo de segunda línea.

Poco ayudan los cambios. La explosividad de Uriel Antuna, ésa ante los púberes del Preolímpico, o los artríticos de los partidos amistosos, en partidos de adultos, desaparece en todos sentidos.

México cerró aún más precipitado, embistiendo por inercia, sólo porque no había más qué hacer con la pelota, que arrastrarla a puro instinto hacia el frente. Confirmado, el equipo juega con más intenciones que sabiduría.

El primer técnico que goza de tres giras por Europa, Gerardo Martino, no logar plasmar una idea identificable para jugar al futbol, si es que la hay con claridad, dentro de la selección mexicana.

Ahora, México recibirá a Honduras, urgida de recuperar escalones en el Octagonal Final, y luego viajar a encerrarse en el Cuscatlán con El Salvador.

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LOS ÁNGELES -- El marcador tiene una historia de ciencia ficción: México 3-2 Corea del Sur. El trámite en la cancha tiene otra historia, una maquillada por la escandalosa pizarra, pero que merece más atención.

El tan manoseado 'Tridente Europeo' quedó en deuda. Y la trinchera sigue siendo la gran duda. El marcador ostentoso confirma que la mayor oscuridad está debajo de la ostentación luminosa del marcador.

Entiéndase, México enfrentó dos diferentes selecciones de Corea del Sur, y ambas representaciones, lejos de la versión original.

Desvelada. Estresada. Desmantelada. Diezmada. Ésa fue la versión de los asiáticos, especialmente por el agobio de casi 24 horas por el brote de COVID-19 en el seno de su delegación, y la desazón por los exámenes exprés.

Cierto, México no tiene la culpa. Y así como en el primer tiempo erraron Tecatito Corona, Hirving Lozano y Raúl Jiménez, y el arquero Gu Sung-yun hizo un par de proezas, para el complemento, el Tri estalló ante un sonámbulo rival, con el mismo Lobo Jiménez, el redimido Uriel Antuna y el inestable Carlos Salcedo.

La atrofia de México es en el fondo. No es nuevo. Ya se ha insistido en ello. Y no hay para más. Rafa Márquez ya está embalsamado de su gloria en el museo. En su área, México vive entre el error y el terror.

Gerardo Martino necesita que los ya longevos Guillermo Ochoa, Alfredo Talavera y Jesús Corona den tragos a la Fuente de la Eterna Juventud, porque ni Hugo González, ni Rodolfo Cota, ni Jonathan Orozco pueden relevarlos.

Y esa trinchera del error y del terror está poblada por zagueros bobalicones, atrabancados, distraídos y lentos. Son de esas maderitas que nunca agarrarán el barniz: ni Chaca Rodríguez, ni Carlos Salcedo. A Héctor Moreno se le apolillaron las reumas, y Jesús Gallardo es el único que está a salvo.

El primer gol coreano es una autopsia implacable. Corea embiste, Edson Álvarez cierra tarde, Carlos Salcedo se regala torpemente, el resto persigue al fugado (Son Heung-min), y Gallardo guarda la sana distancia, por si acaso, del rematador Hwang Ui-yo, cuyo remate pide cobijo en Hugo González, quien se lanza mal, se confunde al atacar la pelota y se traga el 1-0.

Sí, su memoria no lo traiciona. Pasajes semejantes ocurrieron ante Los Países Bajos y Argelia. La trinchera de México, hoy, es una fosa de horrores y de errores. E insisto: no hay para más. Hasta el Pikolín Palacios sería bienvenido.

Cierto, Gerardo Martino ya fue notificado: su apuesta final es en el mundial tripartida de 2026. Sin embargo, los puestos de defensa central en México están copados por extranjeros.

¿Y el tridente letal? No apareció. No por falta de oportunidades, sino por falta de personalidad. En la boca del gol, erraron, los tres. Cierto, las oportunidades se generaron, pero Jiménez, Corona y Lozano aún no encuentran la fineza o la testosterona en los remates, para cobrar en el marcador.

Afortunadamente para el Tri, los sudcoreanos ya anhelaban un poco de reposo, bajaron la guardia, las revoluciones, el “fighting” tan suyo, y Gerardo Martino deja la insinuación de ser un oportuno –habrá que ver si además excelente--, ajedrecista: los cambios reditúan de inmediato.

Corea del Sur usufructuaba la ventaja del 1-0, cuando Orbelín Pineda y Uriel Antuna agregan profundidad, atrevimiento y efectividad. El primero sirve a la llegada de Jiménez, casi en la línea de gol, ante una adormilada y ya agotada defensa asiática, para el 1-1.

De nuevo aparece Orbelín, ése por el que suspira Cruz Azul. Recibe taconazo de Jiménez y filtra a Uriel Antuna (2-1), quien sigue como amuleto de Martino. Salcedo lava en la red, entre el sopor sudcoreano, sus errores, con remate violento a servicio de Moreno (3-1). Sí, esta pareja es peligrosa en ambas áreas, en la que deben y en la que no deben.

¿El 3-2? Abandonado de marca, normal pues, y atornillado Hugo González, normal también, el remate de Kwon Kyung-won enmarca la tardía reacción de la selección asiática.

Sí, un 3-2 que enmascara errores. Pero, al final, para eso terminan siendo estos encuentros: de práctica, de preparación, de adiestramiento.

Al menos, puede retribuírsele a esta Selección Mexicana, un gesto que también, obviamente, es una obligación. Tiene compromiso y amor propio, al menos para lavar sus propios errores.

Se viene Japón el martes. El dilema del Tata Martino es que cada vez reconfirma más aún que sí él quiere jugar al Cubo de Rubik, sólo tiene piezas de matatena.

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LOS ÁNGELES -- La buena noticia para el Porto es la nómina de hospitalizados del Manchester City. La mala noticia para el Porto es que eso no le quita el sueño a Pep Guardiola.

La buena noticia para el mexicano Jesús Manuel Tecatito Corona es que el reducto defensivo de Aymeric Laporte y Benjamín Mendy, con sus ausencias, se fragiliza.

Con cinco bajas sensibles, el Citizen Pep recibe al Porto, equipo con el que el jugador mexicano se metió a la órbita de las jaquecas del técnico catalán, para tratar de organizar el partido de este miércoles, correspondiente a la Champions League.

Los tres portugueses (Cancelo, Rúben Dias, Bernardo Silva), que compartieron cancha y vestuario con Cristiano Ronaldo en la selección portuguesa, dieron negativo y eso restituyó tranquilidad a Guardiola.

Sin embargo, su cuerpo técnico seguramente ha puesto luces de alerta sobre Tecatito Corona, tras las actuaciones notables con el Porto a lo largo de este 2020, y en los amistosos de la selección mexicana ante Los Países Bajos y Argelia.

Cierto, el Porto reacciona como colectivo, pero el mexicano ha aparecido como goleador y como pasador, además de ampliar su rango de acción en trabajos defensivos. Se le considera el extranjero de más impacto de acuerdo a las estadísticas en este 2020, y el defensor del jogo bonito peninsular dentro de la liga portuguesa.

La historia es muy conocida. Tecatito Corona recibió una solicitud para que se enlistara en la lista de desempleados, pero él eligió reinventarse. Su entrenador, Sergio Concençao había desechado a un delantero, y el mexicano le presentó su inesperada y sorpresiva versión de carrilero por derecha. Y a partir de entonces, diría Maluma, felices los cuatro: el jugador, el técnico, el equipo y la afición.

Corona enfrentará a viejos conocidos. Cuando el Leicester le hizo pedazos la cristalería a Guardiola, exigió refuerzos. Unos barriles de petróleo más o menos, no importan. El portugués Rúben Dias se sumó al equipo desde las filas del Benfica.

Y en el relevo, Pep ha encontrado al holandés Nathan Aké, quien tuvo escarceos con Corona en el amistoso en el que México venció a Países Bajos. El cuadro bajo tulipán debió ir a masajes, reumatología y quiroprácticos, después de encarar al mexicano.

Ambos, Dias y Ake, han sido consistentes con sus selecciones nacionales, pero, evidentemente, no alcanzan para aplacarle las taquicardias a Guardiola, quien a pesar de críticas, seguía amparado en su fe hacia Laporte y Mendy.

Sin embargo, los dos, Dias y Aké, sufrieron el fin de semana ante el Arsenal, al grado que el mismo técnico debió salir a su defensa: “Ellos no cometen equivocaciones”, afirmó.

Sin embargo, sin conocer aún el nivel de atrevimiento del Porto en esta primera encerrona, es muy probable que Guardiola decida agregar a Joao Cancelo por izquierda, no sólo para evitar que Tecatito Corona tenga espacio y comodidad en los mano a mano, sino además para organizarle una tormenta por ese costado y reprimirle sus afanes aventureros y obligarlo a más tareas de marcación.

De cualquier manera, para el mexicano será una magnífica oportunidad de respaldar en los territorios sagrados de la Champions League, las travesuras en la Liga de Portugal y en amistosos con la selección mexicana, especialmente ante un fallido, pero consistente favorito, como lo es el equipo del Citizen Pep.

Por lo pronto, Tecatito Corona no corre el riesgo de que pase inadvertido u olvidado, como ocurrió con Raúl Jiménez por parte del holandés Virgil Van Dijk, porque todo el cuadro bajo del Manchester City lo ha sufrido, y de urgirles una referencia inmediata, queda el golazo que le marcó el fin de semana al Sporting de Lisboa.

Habrá que esperar, entonces, para saber si por su gusto o sin él, Pep Guardiola termina brindando con Corona, es decir con Jesús Manuel.

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LOS ÁNGELES -- Alguien hizo esta disección de Jorge Mendes, el representante portugués de futbolistas. “Antes de jugar Monopoly, él compra los dados. Lo demás vendrá solo”. La definición perfuma a casi todos los promotores.

Se cerró el mercado de pases en Europa, y los futbolistas mexicanos cotizables --relativamente--, se ajustan el cinturón de seguridad con desesperación, y acaso sólo uno es arrojado a la voracidad de la incertidumbre. Y esto a pesar del confeti ilusionista de sus representantes.

¿Recuerda Usted hace unas semanas, unos días incluso? Un implacable bombardeo mediático rodeaba a esas joyas huérfanas de corona en su país. Hasta debía contemplarse retocar el Himno Nacional de México. Aquello de “que el Cielo, un soldado en cada hijo te dio”, urgía trastocarlo por “un superdotado futbolista en cada hijo te dio”.

1. EL LOBO Y SU MANADA...
El representante de Raúl Jiménez se encargó de tirar buscapiés. Su hoja de vida estaba –según los chismorreos–, en las mesitas de noche del Real Madrid, el Atlético de Madrid, el Manchester United, la Juventus y el AC Milan. Wall Street parecía un monasterio a la Hora del Angelus, comparado, según se difundía, con la histérica batalla entre esos clubes europeos, por fichar al mexicano.

Al final Raúl Jimenez se queda con la jauría. Mediante un jugoso incremento, el Lobo Mayor no abandona a sus gentiles. Y no es que más valga Wolverhampton por conocido que Real Madrid por conocer. Pasa que había tal cacería en el orbe por él.

A Raúl lo traiciona su código postal, su pasaporte. Aún el futbolista mexicano no cotiza en esferas de élite. Las cartas de recomendación que dejaron Hugo Sánchez y Rafa Márquez, son, para los clubes europeos, golondrinas sin verano.

Pero, Raúl Jiménez está en la liga más competitiva del mundo. Triunfar como lo ha hecho en la Premier, es un sólido salvoconducto para algún otro paisano que en verdad quiera querer atreverse. Porque querer, quieren todos. Pero querer insanamente, son muy pocos

2.- ACLARA, PERO OSCURECE...
A Héctor Herrera también las hadas le tejieron fantasías. Se habló de Italia, de Alemania. Al final, se queda en el Atlético de Madrid. Tal vez hubiera querido dar el salto que este lunes dio Thomas Partey. Arsenal desembolsó 50 millones de ansiedades por él. Sin embargo, el mexicano debe ser el primero en desearle suerte en redes sociales.

La única manera de que Herrera no despache como titular es que el Cholo entregue su fe reacomodando a Koke. Ninguno de los dos es Partey, pero cada uno, en frentes distintos, puede ser la última tuerca que ajuste el motor.

Porque, aunque el Atleti reclutó a Lucas Torreira, no va a inventarle un puesto a este uruguayo que encaja perfectamente en la delicatesen guerrera del Cholo Simeone, quien generalmente se expresa bien de Héctor Herrera, aunque la titularidad es una conversación de intimidad.

A la distancia, parecería que Herrera deleita con futbol a su entrenador, pero, reflejo del futbolista mexicano, no es de esos jugadores que seducen al Cholo, esos que en la marca tozuda, inclemente, despiadada, son capaces de auscultarle el físico a su adversario, desviarle dos costillas, salir con balón dominado, y hacer creer que el rufián es el adversario.

Ese es tema aparte. El jugador mexicano ni quiere, ni puede, ni sabe, aprender a ir por un balón cuando es necesario, con dureza y rudeza, como para cambiarle las caries de muelas a su víctima. En ese sentido, a nivel europeo, el futbolista azteca es, en toda la extensión de la palabra, bobalicón.

Herrera es tan buena persona, que Simeone podría pedirle que apadrine a uno de sus hijos, pero jamás le entregaría el estandarte en una encerrona de perros rabiosos en una emboscada de la Champions. Lo podría vestir de frac, pero nunca de kamikaze.

No importa. Herrera se queda en el Atleti. Ha superado algunas pruebas de fuego, y el equipo ahora se ha fortalecido con esa savia uruguaya de Luis Suárez y el mismo Torreira, lo cual no garantiza un futbol espléndido, pero sí reyertas memorables.

3.- SE LE APARECE CHUCKY A CHUCKY
Y en Nápoles, cuando Hirving Lozano fue echado del entrenamiento, como escolapio insolente que no sólo no hacía la tarea, sino que escribía cartas de amor a su propio ego a la hora de clases, entró en conflicto con el comisario escolar. Y Gennaro Gattuso se desayuna crudos a esos imberbes.

De inmediato, el escueto universo del Chucky se saturó de la pirotecnia de las especulaciones. Hasta de China lo querían. El malcriado quería emigrar a donde fuera. El promotor infló globos y los soltó en la feria de los rumores. Gattuso seguramente se carcajeó.

Al final, pese a los esfuerzos ingentes de su promotor, Chucky Lozano recibió un zape en la mollera de su propia familia, que había encontrado en Nápoles el paraíso antípoda de la rústica Pachuca. Lozano salió de su propio caparazón y aceptó el reto. Engatusó a Gattuso con su genuina arma, el futbol.

Ha entendido el gran salto. No es lo mismo recrearse en la kermese de la liga holandesa, que plantarse en un futbol serio, despiadado, en el que la línea de rendimiento está muy por encima de la comodina exigencia de los Países Bajos. Gana el Napoli, gana Lozano y ganará la selección mexicana.

4.- DE SU PROPIO BARRO...
En Portugal se consumó una historia similar. Jesús Manuel Corona recibió una orden de desalojo. Debía desocupar su casillero. Ya no era requerido como atacante por derecha. Pero Tecatito, en un bellísimo acto de rebeldía, en un desafío contra su propio verdugo, decidió reinventarse, remasterizarse.

Y se apoderó de la única escotilla desatendida del submarino del Porto. La metamorfosis rebasó seguramente todas las contemplaciones. Corona se convirtió en la mejor segunda fuerza de ataque de su equipo. Emergía donde nadie lo esperaba, y con ese futbol descarado, insultante, retozón, de barrio genuino, terminó generando goles y consumándolos.

El Porto y el futbol de Portugal lo condecoraron. Una magnífica historia de un hombre que recoge sus propias cenizas, su propio arcilla, y hace su propia y mejorada versión. El Tecatito Corona resucitó con su propio barro, y creó un futbolista diferente al que era, para ser el que debía, el que urgía, en los nuevos tiempos de su equipo.

También se hilaron fábulas. Había un apéndice en el contrato con el Porto. Y su representante dio un curso intenso e intensivo de ciencia ficción. Ese universo de espejismos hablaba del Tecatito en España, en Francia, en Italia, en Alemania, en Inglaterra. Versiones que después de flotar como frágiles pompas de jabón, aterrizaron en el piso, con la humedad de las patrañas.

Pero, finalmente Jesús Manuel Corona se queda en el Porto, con todos los vientos a su favor, mientras en la Selección Mexicana esperan que esta vez, y de una vez por todas, en torneos oficiales, no incurra en circunstancias extrañas que lo marginen.

5.- SOS EN EL BETIS
Obviamente, en torno a Andrés Guardado ya no hay necesidad de elucubrar ilusiones. Se queda en el Betis, y pretende de ahí brincar al Mundial de Catar, para retirarse en la MLS o en el Atlas, pero le preocupa que a su hijo adoptivo lo han echado de la corte.

Diego Lainez es la gran incógnita. Lo sacaron del aparador con todo y su cara de niño despistado, le pusieron etiqueta de transferible, y este lunes se quedó en el incómodo hacinamiento del limbo. Manuel Pellegrini no lo tiene en sus planes, pero nadie lo reclutó.

Al hacerse oficial que era arrojado a la góndola de saldos, se habló de cuatro equipos interesados: Éibar, Levante, Huesca y Cádiz. Ninguno pudo pagar por él ni pagarle a él. Betis invirtió una millonada y él cobra otra millonada. Cualquier comprador se asusta con mercancía en desuso aunque haya sido de poco uso.

Lainez se queda con el Betis, pero no se queda en el Betis. Una situación que a nadie beneficia. El diamante en bruto del América aún tiene mucho rescoldo que la cancha le irá cincelando. Atenaza el reto, según afirma el mismo Lainez, pero deberá ser su mejor versión, esa que nadie ha visto en Betis, para conciliar con las pretensiones de Pellegrini, de otra manera, en enero, tendrá que otear entre la MLS y el América. Y eso no hará sonreír a nadie, ni siquiera a Miguel Herrera.

La historia ya se la contamos alguna vez. El Piojo quería ser tutor de Lainez un año más en El Nido. La familia buscó un atajo y se brincó las trancas. Emilio Azcárraga Jean recibió al padre del jugador, quien aseguraba que la oferta multimillonaria era de la Roma de Italia. Ante semejante horizonte, el dueño accedió. No era cierto, y recaló en el Betis.

Pero, la lección ahí queda. Los promotores de jugadores son especialistas en crear maquetas de surrealismo respecto a sus jugadores, pero, al final, el realismo del futbolista mexicano queda consumado en los indesvirtuables hechos: todos se quedaron donde estaban, aunque uno, Lainez, en ese incómodo hacinamiento del limbo.

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Juan Carlos Osorio no va a cambiar. 'Morirá' con la suya. México jugará el Mundial con ese sistema que tanto estupor y desesperación ha provocado: el de las rotaciones. Y a partir de eso, y de la inspiración y genialidad --poca o mucha-- que tengan sus futbolistas, México aspirará a presentar un perfil competitivo en Rusia. Y a decir del entrenador colombiano, no se trata de fe y de esperanza, porque es el un científico de la cancha y opera con métodos probados.

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA -- Juan Carlos Osorio se ríe tenuemente, mientras debe responder preguntas y sostenerse entre los fuertes vientos de una tormenta incluso la noche en que su equipo gana por tres goles a cero. Osorio vive en la crítica, de un pueblo, de un 'círculo rojo' futbolístico donde cunde la desesperación por un México que no termina por aparecer en la cancha y que se justifica en sus rotaciones y experimentos continuos de la cancha. El tiempo corre para el Mundial. El tiempo no le alcanza ni le sobra a la selección mexicana.

Pero la realidad es que Osorio no aparece demasiado presionado. Él ha asumido que encontrará ataques. Puede ser de una crítica bien intencionada o de una mal intencionada. Puede proceder de un sentido xenofóbico o quizá de otros intereses. La realidad, o su realidad, es que él hace, deshace y dirige a la selección mexicana con la misma doctrina y formato que ha tenido a lo largo de toda su carrera. Los directivos mexicanos, aquellos que lo contrataron, sabían de ello de antemano.

Osorio asume las críticas, pero no va a cambiar. Para él, la cancha se asemeja a un tablero de ajedrez donde impone sus propias reglas. El alfil puede jugar como "peón", el caballo puede aparecer en una formación diferente y sólo los "reyes" tienen derecho a inventar los que se les ocurra hacia el frente.

"El futbol es táctica, orden, disciplina, estudio, en la zona baja del campo", explica el colombiano. "Hacia adelante, es permisible la inspiración y el talento". Y así, juego a juego, él parece mucho más concentrado en desarticular las virtudes del contrario que en fortalecer las propias. Osorio conoce todo lo que hay que conocer de Alemania, de Suecia o de Corea del Sur. Sabe --o cree saber-- como puede descomponer al cuatro veces campeón del mundo el 17 de junio en Moscú y espera que, algunas de las bondades de la generación futbolística mexicana --Hirving Lozano, Carlos Vela, Tecatito Corona-- termine dándole un toque de inspiración, de 'iluminación divina' para tratar de cambiar la historia y su propia historia al frente de la selección de México.

No hay garantías con esta selección --¿cuándo han existido garantías con una selección mexicana?, preguntó yo-- México llegará al Mundial con más dudas que respuestas y con la expectación de que una vez ahí, los futbolistas den el tope y el sistema de Osorio --que no va a cambiar-- termine ofreciéndoles divídenos. No es fe, no es esperanza, y tampoco es un milagro, porque las rotaciones, para un 'científico de la cancha' como Osorio, tiene que ver un método probado y comprobado. Lo que México necesita es una 'rotación' del destino.

@Faitelson_ESPN

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Tengo 27

FECHA
21/03
2018
por David Faitelson

Y supongo que las “cuentas” de Osorio andan por ahí. Hay, para mí, cuatro dudas esenciales al momento de hacer, hoy, una lista de 23 futbolistas mexicanos para el Mundial. Yo encuentro espacio para Rafael Márquez, para Omar Govea, para Rodolfo Pizarro y para Jürguen Damm. Lo que no encuentro es “fuerza” para sacrificar a alguno de los 23…

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA.- Tampoco hay que hacerse demasiados líos en la cabeza para escoger a los 23 mejores jugadores mexicanos para un Mundial. Si este fuese el futbol alemán, español, francés o brasileño, sí que sobraría la controversia.

Yo no tengo 23, tengo 27 y puede que Juan Carlos Osorio esté por las mismas cifras. Supongo que estos juegos antes Islandia y Croacia le servirán para despejar dudas y para plantearse un hipotético escenario mundialista de necesidades y respuesta en la cancha de juego.

Estos son mis 27:

Porteros

1.- Ochoa

2.- Corona

3.- Talavera

Defensas

4.- Héctor Moreno

5.- Miguel Layún

6.- Carlos Salcedo

7.- Edson Álvarez

8.- Néstor Araujo

9.- Diego Reyes

10.- Hugo Ayala

11.- Oswaldo Alanís

12.- Jesús Gallardo

Medios

13.- Andrés Guardado

14.- Héctor Herrera

15.- Jonathan Dos Santos

16.- Marco Fabián de la Mora

17.- Giovanni Dos Santos

18.- Omar Govea

19.- Rodolfo Pizarro

Delanteros

20.- Javier Hernández

21.- Jesús Corona

22.- Raúl Jimenez

23.- Hirving Lozano

24.- Javier Aquino

25.- Carlos Vela

26.- Oribe Peralta

27.- Jurguen Damm

CUATRO DUDAS…

Hay dos jugadores jóvenes que me parece también estarían en la disyuntiva del entrenador nacional: Omar Govea, que juega en Bélgica y Rodolfo Pizarro, el futbolista de las Chivas. Dos elementos hacia el futuro mismo de la selección mexicana. ¿Llevarlos al Mundial para que tomen experiencia y para que sigan desarrollando su carrera? Y la cuestión más difícil de responder: ¿A quien se sacrifica? ¿A Giovanni Dos Santos? ¿A Marco Fabián de la Mora?

El tercer elemento es un jugador al que le ha faltado dar un paso de calidad. Jurguen Damm ha mejorado como futbolista en Tigres bajo las ordenes de Ricardo Ferrerti y algunos creen que sigue siendo material de exportación. Pero hay algo que no termina de convencer en su carrera y que no le ha permitido avanzar a los niveles para las que sus habilidades están presupuestadas.

Coloco, por aparte, a Rafael Márquez. Su posible convocatoria va envuelta en un tema de historia y leyenda misma del futbol mexicano. Un futbolista de época, quizá el segundo mejor ++solo detrás de Hugo Sánchez++ que ha tenido el futbol de México. Pero hay varias preguntas a su alrededor: ¿Realmente tiene el nivel deportivo para ir a un Mundial? ¿Los problemas extra cancha le han perjudicado en los últimos tiempos? ¿Lo llevarían al Mundial como un homenaje? ¿Su aportación es más poderosa en el aspecto mental o como un auxiliar del entrenador?

Tengo 27. Osorio debe andar por ahí. Márquez, Pizarro, Govea o Damm. La pregunta más enmarañada no es: ¿Por qué llevarlos? La pregunta más compleja es: ¿A quien sacrificar?

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Tampoco es algo tan oculto: el futbol por las bandas. La velocidad, el desequilibrio, el ingenio, la profundidad y todo lo que existe en los botines y en la mente de futbolistas que responden al nombre del "Chucky", "Tecatito", Vela, Aquino y Jürgen Damm. Si México explota al máximo esta virtud de su generación futbolística, puede llegar a competir en un nivel importante. No sé si para ganarle a los alemanes, no sé si tener los seis puntos ante Suecia y Corea del Sur, pero sí para competir y preocupar a cualquiera...

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA.- Llamémosle -por hacerlo de una manera- "el gran secreto de Juan Caros Osorio". México tiene, en la cancha, un "arma", hasta cierto punto "poderosa", que puede ayudarle y que debe explotar al máximo para cuando el balón empiece a rodar sobre el césped del Estadio Luzhniki. A partir de ello, puede tener cierta esperanza, alguna ilusión, y uno que otro sueño.

Sin olvidarnos de los defectos, es tiempo de buscar las virtudes que la Selección Mexicana podría ofrecer a partir del 17 de junio en las canchas rusas.

La inconsistencia en las alineaciones, los experimentos en algunas posiciones, el desorden defensivo, el poco ritmo y protagonismo que tienen los futbolistas europeos en sus clubes y hasta la fragilidad para encontrar un estilo definido de juego. Los defectos, las debilidades están a "flor de piel" en un proceso que no ha encontrado todavía su mejor momento y que ha vivido de fragmentos inconclusos, de algunos parajes o minutos de buen de futbol y de esperanza.

Pero algo bueno tiene que tener esta selección. Y quizá una de sus mayores fortalezas ocurra en una zona decisiva del campo, donde la velocidad, la profundidad y la creación (la capacidad de inventar o transformar el juego) te puede alcanzar para acercarte a un nivel competitivo. Lo mejor de México está por las bandas y en la medida que explote las condiciones de futbolistas como Hirving Lozano, "Tecatito" Corona, Carlos Vela, Javier Aquino y hasta Jürgen Damm podría provocar "dolores de cabeza", así el rival se llame Alemania, Suecia, Corea el Sur o Brasil -pensando en que logre sortear con éxito un grupo que luce por demás complicado-.

México tiene que explotar lo mejor que tiene. Lozano ha tenido un extraordinario "aterrizaje" en el futbol europeo, en la Liga holandesa. Es muy joven y seguramente tendrá mucha presión encima. El "Tecatito" debe entender que ha llegado el momento de dar el "siguiente paso" y que no puede quedarse atorado para siempre en el nivel -bueno, pero no el mejor- de la liga portuguesa. El Mundial es una gran oportunidad para él. No puede desaprovecharla. Carlos Vela dice que personalmente está muy a gusto con su decisión de dejar la alta presión del futbol español para jugar en los Estados Unidos. Tiene futbol, siempre lo ha tenido. Nunca, sin embargo, ha "explotado" de la manera en que todos saben que él puede hacerlo. ¿Ocurrirá, finalmente, en Rusia? Javier Aquino ha mantenido un nivel muy regular en el futbol mexicano. Ricardo Ferretti lo ha hecho un mejor futbolista, a pesar de que abandonó muy pronto su sueño de jugar en las mejores ligas del mundo. El Mundial debe ser un punto de motivación para su carrera. Y Jürgen Damm tiene la velocidad que nadie tiene en el futbol mexicano. Se ha detenido en su proceso, cuando, en un momento dado, parecía material de exportación. Él sabe que Rusia es la llave para abrir alguna puerta europea.

México va jugar por las bandas. Mostrará que es una de las grandes bondades que le brindó esta generación futbolística y que, a partir de ahí, puede encontrar un escenario competitivo por más duro y complejo que sea el rival.

Hay que trabajar en los defectos, pero no hay dejar de ponderar las virtudes, esta selección tiene la suya, debe aprovecharlo al máximo.

@Faitelson_ESPN

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Sangre Azteca en la UCL

FECHA
26/08
2016
por ESPN Stats & Information

 

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