<
>

Una rotación... del destino

Juan Carlos Osorio no va a cambiar. 'Morirá' con la suya. México jugará el Mundial con ese sistema que tanto estupor y desesperación ha provocado: el de las rotaciones. Y a partir de eso, y de la inspiración y genialidad --poca o mucha-- que tengan sus futbolistas, México aspirará a presentar un perfil competitivo en Rusia. Y a decir del entrenador colombiano, no se trata de fe y de esperanza, porque es el un científico de la cancha y opera con métodos probados.

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA -- Juan Carlos Osorio se ríe tenuemente, mientras debe responder preguntas y sostenerse entre los fuertes vientos de una tormenta incluso la noche en que su equipo gana por tres goles a cero. Osorio vive en la crítica, de un pueblo, de un 'círculo rojo' futbolístico donde cunde la desesperación por un México que no termina por aparecer en la cancha y que se justifica en sus rotaciones y experimentos continuos de la cancha. El tiempo corre para el Mundial. El tiempo no le alcanza ni le sobra a la selección mexicana.

Pero la realidad es que Osorio no aparece demasiado presionado. Él ha asumido que encontrará ataques. Puede ser de una crítica bien intencionada o de una mal intencionada. Puede proceder de un sentido xenofóbico o quizá de otros intereses. La realidad, o su realidad, es que él hace, deshace y dirige a la selección mexicana con la misma doctrina y formato que ha tenido a lo largo de toda su carrera. Los directivos mexicanos, aquellos que lo contrataron, sabían de ello de antemano.

Osorio asume las críticas, pero no va a cambiar. Para él, la cancha se asemeja a un tablero de ajedrez donde impone sus propias reglas. El alfil puede jugar como "peón", el caballo puede aparecer en una formación diferente y sólo los "reyes" tienen derecho a inventar los que se les ocurra hacia el frente.

"El futbol es táctica, orden, disciplina, estudio, en la zona baja del campo", explica el colombiano. "Hacia adelante, es permisible la inspiración y el talento". Y así, juego a juego, él parece mucho más concentrado en desarticular las virtudes del contrario que en fortalecer las propias. Osorio conoce todo lo que hay que conocer de Alemania, de Suecia o de Corea del Sur. Sabe --o cree saber-- como puede descomponer al cuatro veces campeón del mundo el 17 de junio en Moscú y espera que, algunas de las bondades de la generación futbolística mexicana --Hirving Lozano, Carlos Vela, Tecatito Corona-- termine dándole un toque de inspiración, de 'iluminación divina' para tratar de cambiar la historia y su propia historia al frente de la selección de México.

No hay garantías con esta selección --¿cuándo han existido garantías con una selección mexicana?, preguntó yo-- México llegará al Mundial con más dudas que respuestas y con la expectación de que una vez ahí, los futbolistas den el tope y el sistema de Osorio --que no va a cambiar-- termine ofreciéndoles divídenos. No es fe, no es esperanza, y tampoco es un milagro, porque las rotaciones, para un 'científico de la cancha' como Osorio, tiene que ver un método probado y comprobado. Lo que México necesita es una 'rotación' del destino.

@Faitelson_ESPN