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La nula autocrítica del futbol mexicano...

No existe, por ninguna parte. Ni del entrenador ni de la mayor parte de los futbolistas, mucho menos de los que administran a la selección y al futbol mexicano. Todos los pequeños indicios de la ultima época se escondieron, se taparon, se tiraron bajo la alfombra. Este retroceso de la selección mexicana no ocurrió a partir del jueves en Sochi y no sólo el señor Osorio es el culpable de la aparente realidad que enfrenta el futbol mexicano. Hay otros culpables, otras decisiones que han afectado y entorpecido el camino...

MOSCÚ, Rusia - Día tomentoso frente al Kremlin. No hemos visto el sol en toda la jornada y sí unas espesas y negras nubes que se transformaban en una pesada lluvia con vientos que generaban marejadas sobre el cauce del Río Moscva. La selección mexicana llegó por la tarde a la capital de Rusia y lo hizo, otra vez, cargada de excusas.

Un poco de autocrítica no le haría ningún daño al futbol mexicano, pero si Juan Carlos Osorio insiste en que no hubo una gran distancia entre el futbol que desarrolló México y el que mostró Alemania, entonces, el asunto, inevitablemente, adquiere una gran controversia sobre hacia donde se dirige el proyecto actual de la selección mexicana de futbol.

Lo primero que tendría que dejar en claro es que lo que vimos el jueves en Sochi no puede ser la realidad del futbol mexicano. Hace casi 20 años, una selección dirigida por Manolo Lapuente jugaba al tú por tú ante Alemania en Montpellier antes de quedar eliminada de la Copa del Mundo de 1998. Algunos años más tarde, otra selección mexicana, esta vez dirigida por Ricardo La Volpe, perdía otra vez ante los alemanes pero jugando un futbol muy competitivo en el partido por el tercer lugar de la Copa Confederaciones del 2005. El juego ante Argentina del Mundial del 2006, el triunfo ante Francia, cuatro años después, en Sudáfrica, y hasta la actuación ante Brasil y Croacia en la ronda de grupos del Mundial del 2014. México ha jugado mucho mejor de lo que finalmente mostró en esta Copa de las Confederaciones. Nuestra realidad, hoy, tendría que ser distinta.

La pregunta es algo compleja de responder: ¿De quien es la culpa en este retroceso que ha sufrido el futbol mexicano? ¿Del entrenador? ¿De los futbolistas? ¿De los dirigentes? ¿De quién? ¿De quién es la culpa?

La mayor parte de los expertos han dirigido los reflectores hacía Juan Carlos Osorio, pero él no puede ni debe ser el único "señalado" en este proceso degenerativo que ha sufrido el futbol de México. Sin duda, están también, los futbolistas -que son los que meten y fallan los goles, los que corren o no lo hacen- y una gran responsabilidad corre a cargo de los que administran nuestro futbol, que con sus decisiones influyen directamente en el desarrollo del juego y de los jugadores. Hay varias culpas que compartir en este malograda situación que, sin duda, no ocurrió el jueves, semanas o meses atrás, sino que ha sido parte de un sumario de situaciones que se ha ido acumulando con el tiempo.

El casi fracaso mexicano por la clasificación al Mundial del 2014 jamás pasó a un examen minucioso de los motivos y los responsables. Nada, se logró el boleto al Mundial y más tarde, se logró también una actuación "decente" en Brasil y todo lo que se había "podrido", se tiró "bajo la alfombra", se escondió y no se llevó a un estudio apropiado. Los dueños del negocio que significa la selección mexicana dijeron que "había sido sólo un accidente" y que no volvería a suceder. Y el balón siguió rodando al servicio de los voraces intereses que tiene el futbol mexicano.

La culpa no es toda de Osorio. Hay otros involucrados, hay otras decisiones, hay demasiados factores que han colaborado directamente en el innegable repliegue del futbol mexicano. Un poco de autocrítica, de todos los involucrados, ayudaría en algo.

@Faitelson_ESPN