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La búsqueda ha terminado...

El Atlanta United anuncia que Gerardo Martino no renovará su contrato y con ello da a entender que el argentino atenderá la oferta que le ha realizado la Federación Mexicana de Futbol. A pesar de sus detractores -que se cuentan ya en mayoría- el argentino cuenta con una de las hojas curriculares más impresionantes a la que haya accedido una selección mexicana. Martino es un entrenador de experiencia, salpicado por la grandeza de haber dirigido al Barcelona, a la selección de Argentina y haber conducido a la selección de Paraguay hasta los cuartos de final del Mundial del 2010. Un técnico al que le gusta el futbol ofensivo, bien elaborado, con presión, intensidad, velocidad y que además pondera al futbolista joven. Les guste o no, “El Tata” es el elegido…

SAN DIEGO, CA.- No busquemos más. Es Gerardo “El Tata” Martino y le guste a o no a muchos, sea el indicado o no para otros, es uno de los entrenadores con la mayor hoja curricular que haya arribado a la banca de una selección mexicana de futbol.

Un entrenador que pasó por la dirección de una selección considerada entre las potencias mundiales de este juego llamada Argentina y un entrenador que alcanzó la banca de uno de los clubes más famosos de todas las épocas, el Barcelona. Sus detractores saldrán enseguida a refutar que fracasó en ambos casos. Sí, puede ser, pero también hay que tener algún merito o cualidad para alcanzar a dirigir en esos niveles. Martino es un hombre experimentado, de la escuela de Marcelo Bielsa, rígido en algunos planteamientos, pero siempre con una mentalidad dispuesta tomar los riesgos necesarios en la cancha de juego. Le gusta que sus equipos presionen poderosamente para recuperar el balón, prefiere el buen futbol a través de la elaboración, el buen toque y pondera la utilización y el desarrollo de futbolistas jóvenes. Se rescatan sus afortunados días -de mayor felicidad, según él mismo lo dice- en la selección de Paraguay que llevó al Mundial del 2010 y que alcanzó instancias de octavos de final en el evento. “Es un tipo que se mete la mente del futbolista y le hace creer en su potencial. Te lleva a sacar tus mejores condiciones en el campo”, me dice el paraguayo José Saturnino Cardozo, el actual entrenador de las Chivas.

La mayor reputación de Martino la forjó en el futbol paraguayo con el Libertad y el Cerro Porteño. También tuvo un éxito importante en el equipo de su ciudad natal, el Newells Old Boys de Rosario. Llegó al Barcelona en junio del ano 2013, justo en los días en que Tito Vilanova (QEPD) dejaba al equipo por sus problemas de salud. Dirigió un año sin conseguir títulos antes de ceder la estafeta a Luis Enrique. Tomó el mando de Argentina después del subcampeonato de Alejandro Sabella en el 2014 y alcanzó dos finales de Copa América. En ambas perdió ante Chile. Renunció en el 2016.

La Federación Mexicana ha conseguido al entrenador con la mayor hoja curricular quizá desde los días -muy efímeros- de Cesar Luis Menotti y la poca agraciada época de Sven-Göran Eriksson. Un entrenador que ha dirigido al Barcelona y a Argentina es algo con lo que difícilmente pueden competir los entrenadores mexicanos. Aunque Matías Almeyda y Miguel Herrera tenían ventaja por su conocimiento del futbol, del futbolista y el entorno mexicano, su experiencia es limitada con respecto a Martino.

Animadversión, seguramente, encontrará. Simple y sencillamente, porque es un entrenador extranjero y ello no satisface a la mayor parte de los entrenadores mexicanos alimentados casi siempre por un ímpetu nacionalista y casero.

Martino ha sido el elegido no sólo para llevar a México al Mundial de Qatar, sino para tratar de lograr el paso al que todavía no ha accedido la selección mexicana: competir en el siguiente nivel y tratar de acercarse a las grandes potencias del juego. Por lo pronto, para bien o para mal, la búsqueda ha terminado.

@Faitelson_ESPN