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¿Cualquiera o "un cualquiera"?

David Faitelson ESPN

El adjetivo cambia totalmente de interpretación en la Liguilla que propone el futbol mexicano para descubrir a su próximo y nuevo campeón. Y es que el equilibrio atestiguado en el torneo, interpretado esta vez, sin duda alguna por la pobreza y mediocridad del juego, abre dramáticamente el abanico de las posibilidades. Cualquiera puede ser campeón y hasta “un cualquiera” puede ser campeón. América merece cierto crédito por su torneo, pero es evidente que no es garantía de nada. Tigres y Rayados tienen grandes planteles y, sin embargo, vivieron alejados del que debería ser su verdadero nivel de juego. León y Santos aspiran siempre a lo máximo y su paso, al ritmo de este futbol mexicano, tampoco ilusiona demasiado…Y luego está Pumas, que se metió con números muy pobres, pero que cerró de forma espectacular y parece querer más. Y, al final, aparecen Puebla y Atlas, no contemplados para ser campeones y dispuestos a capitalizar la mezquindad del torneo… El problema no es que “cualquiera” sea campeón. El problema es que “un cualquiera” puede ser campeón en este certamen que propone el futbol mexicano…

SAN DIEGO, California.- Esta vez, téngalo por seguro, “cualquiera” puede ser campeón o, mejor dicho, “un “cualquiera” será el campeón.

Tan extraño ha sido el torneo mexicano, incluyendo una fase regular poco regular y una reclasificación emotiva, pero imposible de medir en calidad futbolística, que cualquier cosa puede suceder en la Liguilla. Me gusta el América para Campeón… ¿Usted descarta a Tigres, a Rayados, a León o a Santos? ¿Se atrevería a negarle toda posibilidad al Atlas, a los Pumas o al Puebla? Yo, no.

Ese equilibrio, defendido por sus animadores como algo que el propio futbol mexicano presume a las mejores ligas del mundo, o esa paridad, argumentada por sus detractores como una prueba irrefutable de su mediocridad. Sea como sea, esta fase del futbol mexicano, como ya lo atestiguamos el fin de semana en la reclasificación, garantiza, al menos, una mezcla de emociones y de morbo que atrae a los aficionados a las tribunas y a la sala del televisor. Es decir, el futbol mexicano cumple con su propósito primario: convertir el juego en un lucrativo negocio. Lo demás, incluyendo el nivel del juego, puede esperar o poco importa.

El América dominó de punta a punta un torneo que arrojó números muy pobres. Cuando fue probado en otro nivel, el equipo de Santiago Solari mostró algunas de sus falencias. Entra como favorito a la Liguilla, entendiendo que el América suele todavía aumentar sus niveles de productividad y eficacia en esta fase del torneo, pero no ofrece ninguna garantía de éxito. Vamos, no es un equipo por el que ciegamente apostaríamos para levantar el trofeo. El campeonato del que fue “amo y señor” tiene sus dudas y ahí radican las dudas sobre el América.

Atrás del América, vienen equipos que tampoco abrazaron una faceta regular de competencia, pero que tienen planteles ricos y poderosos: los dos clubes de Monterrey, Rayados y Tigres, que siempre son candidatos a ganarlo todo; y dos equipos de “clase media alta”, en la sociedad del futbol de México, como el León y Santos que también aspiran a lo máximo.

Podríamos o deberíamos descartar a dos equipos como Atlas y Puebla, que, generalmente, no aspiran al titulo de la Liga, o al propio Pumas, que tuvo un torneo de números pobres y un cierre espectacular, incluyendo la demostración del domingo en Toluca en la ronda del repechaje, pero no hay forma de decirles un “no” rotundo. Incluso ellos, como se presentan en esta campaña y eneste momento del futbol mexicano, pueden meterse a una final y ganarla.

El mismo adjetivo cambia totalmente la interpretación sobre el tema, porque es diferente que “cualquiera” pueda ser campeón a “un cualquiera” terminando como campeón del futbol mexicano.

@Faitelson_ESPN