Tres años después, el Clásico Mundial de Béisbol hace su renacer este fin de semana en Norteamérica y el Caribe con sus sedes de Ciudad México, Toronto y San Juan.
Muchos fanáticos no están del todo satisfechos por ciertas ausencias importantes en sus equipos nacionales, alguna que otra regla absurda y la falta de un sistema transparente de clasificación y adjudicación del reglamento.
Estoy seguro que, al igual que sucedió entre 2006 y 2009, las experiencias de este año nos llevarán a más cambios para el próximo torneo. Cuando cierre el evento ofreceré mis propias críticas y sugerencias. Pero el Clásico hay que disfrutarlo ahora, porque el próximo tardará cuatro años en llegar, programado para el 2013.
El reinicio del certamen en el hemisferio occidental me lleva a relatarles un poco sobre el día más memorable para mí de la cobertura del primer Clásico en San Juan, Puerto Rico. Para los que estaban allí aquel 10 de marzo del 2006, no hubo lanzamiento más intenso en todo el campeonato que aquel tiro número 65 de Shairon Martis.
El abridor de Holanda, quien no participa este año en el Clásico, se medía ante Panamá -- incluido Carlos Lee -- en un duelo de dos equipos eliminados que sería seguido por el partido más esperado de la primera etapa: la primera confrontación de Cuba con jugadores profesionales de Puerto Rico en décadas, un juego que había sido vendido por completo. (Puerto Rico dominó a Cuba por 12-2 esa noche, aunque los cubanos eliminarían eventualmente a los boricuas antes de abandonar San Juan.)
Lee
En cambio, cuando el joven curazoleño de 18 años de edad se aprestaba a tirar aquel histórico lanzamiento había pocas personas en las gradas. Todos estábamos atentos para atestiguar lo que de inicio se pensaba era impensable que sucediera en este tipo de torneo. ¡El pitcher estaba a punto de lanzar un juego sin hits!
Todos estábamos atentos para atestiguar lo que de inicio se pensaba era impensable que sucediera en este tipo de torneo.
Martis, el entonces y todavía prospecto de los Gigantes de San Francisco, no había ponchado a un solo bateador. Era la séptima entrada y su equipo estaba arriba 10-0, marcador que obligaba a terminar el partido si Holanda lograba sacar los tres outs sin permitir carreras.
Un out, el corredor Adolfo Rivera en primera y Martis con 64 lanzamientos realizados, uno menos que el límite permitido para un abridor en aquella primera etapa del Clásico. Martis hace el windup, rodado de César Quintero, out en segunda, tiro a primera, y ahí lo tienen, Shairon Martis, con 18 años, lanzó el primer y único no-hitter del Clásico Mundial de Béisbol.
Momentos como ese son muestra de que a veces los mejores recuerdos que se generan en el béisbol son los menos esperados y que no es absolutamente necesario el contar una legión de estrellas para disfrutarlos.
¡No te los pierdas este año! Aunque ya Martis se lo perdió.
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