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Cartelera MX: De la Scherezada Azul, al América en pánico

LOS ÁNGELES -- Tragedias y comedias. Jornada 16. Un sábado de fantasías. Oscuras unas, luminosas otras. El futbol en claroscuro.

Si el viernes, aludiendo a Juan Gabriel, el desesperado Veracruz demostró al pasmarote de Monterrey que le falta lo que él tiene de más --un par de saquitos de testosterona--, el sábado se llenó de esos episodios que demuestran que incluso en el tercermundismo, el futbol recompensa con agonías y éxtasis.

Ah, sí, y ese mismo viernes, en la cancha Fidel Kuri Grajales, violando su condena, desafiando a la Liga, burlándose de la FMF, demostrando que a Decio de María también le hace falta lo que él tiene más.

Un peregrinar que arranca con una más de las floridas torpezas arbitrales del epítome de las torpezas, César Ramos, al no suspender el juego cuando los chiapanecos invaden la cancha, en un 2-2 que incluye la merecida sentencia de descenso a las actitudes de hampones de los dueños de Jaguares. Y su valet en el vestuario, el Bueno para nada.

Y después, este mismo sábado fue desplegando, con la algidez de lo inesperado, un menú para gourmets de paladar bizarramente exigente.

A la UNAM terminó por caérsele la máscara y a Paco Palencia la credibilidad, cuando, más sorpresiva que sospechosamente, el Morelia encontró en Ruizdiaz al redentor perfecto con tres tiros en un 4-0 a una versión gato bodeguero de los algunos vez altivos Pumas. Hasta Hello Kitty siembra más terror que los micifuces.

Enseguida Tigres dio un dedazo de atole amargo, consolador, a una afición abnegada conformista y masoquista, que tras la humillación ante Pachuca, con el 3-0 a los descastados Xolos, les frotó las heridas con el bálsamo fraudulento del "aún podemos clasificar". El síndrome esclavizante del abusador doméstico le sienta bien a sus seguidores.

Había más en la cartelera sabatina. Chivas y León demostrarían que, si quieren, especialmente los deshonestos vestidos de verde, los futbolistas pueden prescindir de sus entrenadores y ser dignos asalariados.

Al Guadalajara le regalan, vamos, le ofrendan un penalti, que escrito en braille cualquier invidente habría desechado. Y si antes el juego había sido emotivo, a partir de ese minuto 80 (1-0) el futbol en su versión más preciosistamente primitiva, en su manifestación más burdamente embelesadora, deleitó hasta el desenlace del 1-1.

Ah, pero había más. Porque en el futbol mexicano hay historias que nunca terminan de contarse. Scherezada y Las Mil y Una Noches en la versión trágicamente ridícula de Cruz Azul. Las reglas del futbol agregan otra connotación a su anecdotario. En el Real Madrid hablan del minuto "noventayramos", en La Noria, del minuto "noventaycruz".

La Máquina, que hace 20 años dejó de serlo, llegó al 92', con un 2-1 de autoengaño en el marcador. Tiro de esquina. El milagro llegó en un envase inesperado. Perfume en frasco pequeño.

El tipo más chaparro y más viejo de la cancha (44 años), cruzó los 90 metros de una área a otra. Y ese malditamente bendito Conejo Pérez retozón, que hace 10 años prometió retirarse, saltó en el área, más que todos, más que nadie, y remató como poseído por CR7. 2-2, al '93. El único sobreviviente del Cruz Azul campeón, les da un empujoncito al despeñadero del descenso. Astilla del mismo palo.

Cruz Azul es la historia de un Lázaro desahuciado, que nunca termina por morir, pero tampoco por ponerse de pie. El amén, no llega nunca. Cruz Azul es el autobiógrafo de su propia Scherezada.

¿Suficiente? No. América no podía escapar a la épica sabatina. Que se pudran la Liga, la Premier, y el Calcio. En México, a veces, los sábados comienzan con parrilladas y terminan con recalentados. En el tercermundismo del futbol -según FIFA-hay días, poco, de estrenos.

El Atlas, este de TV Azteca, le tiene tomada la medida al América de Televisa. Y el Profe Cruz le despojó de la academia a su profe LaVolpe. Los Zorros le tunden a LaZorra (LaVolpe en italiano).

Un primer tiempo de dominio atlista enmarcado en el 2-0, hasta que en el segundo lapso los rojinegros, apegados a sus colores, se pusieron en huelga neuronal y hormonal, y las Águilas se fueron al asalto. Lainez aparece de nuevo como cafeína de Coapa, y entre aproximaciones, sustos, y acrobacias del arquero, nau-Fraga, la flota americanista.

Ese 2-1 final, deja al América con el Jesús de los Martínez en la boca, porque deberán enfrentar a la mejor coalición enemiga de su patrón, al Pachuca. Será el Apocalipsis para uno de los dos. Las Águilas clasifican si empatan o pierden por un gol de diferencia.

Sin embargo, el América sólo ha perdido un juego de sus últimas seis visitas a Pachuca. ¿Serán los Tuzos capaces de posibilitar los imposible como en la Final ante Tigres?

Fue pues un sábado muy al estilo de la Liga MX, en las que un Conejo se viste de superhéroe, una Cruz es más roja que Azul, y el América alarga el suspenso, mientras Chivas y su relación con el arbitraje ya se convierte en misterio.