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Chivas... RIP

LOS ÁNGELES -- Una de las últimas imágenes del funeral de Chivas ante Veracruz (0-1), escaneó de manera perfecta al Guadalajara.

Con el perfil enfilado hacia la puerta de salida, Jorge Vergara, de pie, es captado por unos segundos. Se detiene. El rostro es una máscara de decepción. Pero se le ilumina cuando el reloj se colapsaba. Tiro libre para Chivas.

Sí: la esperanza es una arpía de puro sadismo cuando ya estás en la plancha de autopsia y no te han avisado.

Eso fue el Rebaño en este torneo. Un rostro preocupado, frustrado, pero ilusionado. Un equipo que sabía que podía, Y que sabía que debía. Pero que sólo empezó a querer hasta que recibió el bautizo de fuego ante el América.

Ahora es difícil precisar si ante las Águilas comenzó para el Guadalajara la epifanía de sus propias posibilidades, o el principio de su extremaunción.

Lo cierto es que Chivas, viviendo, tras ese postergado y tardío acto de arrepentimiento, en el frágil dintel de la ilusión, terminó su viaje ficticio a la Liguilla este sábado por la noche.

Y lo peor, ante el Veracruz. Y en términos de barriada "lo más pior", en su estadio, donde la victoria es casi una leyenda urbana. Y "lo mucho más pior", sin tener aún tomado del pescuezo el boleto a la Final de la Concachampions.

¿Se equivocó Matías Almeyda? Hoy, sometido a juicio, el Pelado, tendrá que ser sojuzgado bajo el escrutinio de tres cabezas. Una: que tiene voz, Paco Gabriel de Anda. Otra que tiene voto: Jorge Vergara. Y la otra que tiene, pues cabeza nomás, como El Pelagatos 2.0 de Vergara (AKA José Luis Higuera), según Ricardo Peláez.

Y claro, la hidra de millones de cabezas: la afición. Aquí, permítaseme un acápite: ¿Por qué los seguidores de Chivas que han sido intolerantes, despiadados, brutales, con otros técnicos de mejores números que Almeyda, hoy son hasta abogados parlanchines del argentino?

Más allá de que ya fue lamentable que Benjamín Galindo fuera crucificado inmisericorde e injustamente por el error mental y técnico que causa la derrota ante Veracruz, volvió a ser deplorable, y ahí no hay defensa, que el delantero más caro que ha llegado al futbol mexicano, el Bruce Willis Tenocha (AKA Alan Pulido), tuviera de nueva una noche de arrogancia.

Ese hombre, capaz de someter secuestradores, y aspirante a copiloto de Vin Diesel en Fast and Furious, con esos aires de sentirse el ombligo del universo, no pudo enjaretar la pelotita en el ombligo de Melitón.

Ciertamente Chivas tuvo otra jornada paladeable. Eso exculpa a Matías Almeyda sin duda: la calidad y vistosidad de juego. Dominó a Veracruz de manera absoluta y Melitón eligió ser sublime esta vez, porque el ridículo le espera a la vuelta del calendario.

Y además esa parvada de mozalbetes, con cara de rufianes de kindergarten, que disfrutan en la cancha a pesar del sufrimiento a cuestas de apagar la última antorcha de la ruta agreste a la Liguilla. Y eso también exculpa a Matías Almeyda.

Para los amantes de las estadísticas: en la era de Jorge Vergara, ningún técnico había dado la oportunidad a tan genuinas promesas del Rebaño, pese incluso a que el cunero rojiblanco ha sido saqueado los últimos años con los exilios de Efraín Flores y José Luis Real, y con el caos temporal con la llegada de Albert Benaiges, y hasta la actual "reconstrucción" de los amigos de El Pelado.

Ante Veracruz, más allá de la hegemonía absoluta en balón y cancha, a Chivas le faltó la cicatriz en el marcador: el gol, ese salomónico juez.

Mientras Red Bulls, al igual que Toronto, reposa en la MLS, y entrena cómodamente en el glaciar neoyorquino, Chivas decide salir a la cancha sin Rodolfo Pizarro. Eso implicaba más sudor, para que el músculo subvencionara el talento.

No hubiera parecido necesario Pizarro, si el delantero más costoso en la historia del futbol mexicano hubiera hecho uno de esos goles, que alguien, uno solo, ya sabía que iba a fallarlos siempre: Tuca Ferretti.

Pero Pulido, y la transmisión lo demuestra, acicaló más su copete hitleriano, este sábado por la noche, que lo que sobó la pelotita.

Aaaaaahhhh, pero si tuviera con el pie esa misma puntería que tiene con el gel, Pulido se habría quedado en Europa... O Chivas estaría en la Liguilla.

Hay una respuesta que pertenece a la afición: ¿indemniza, los anhelos rojiblancos, ganar, si ocurre, la Concachampions, ante otro fracaso al quedarse sin Liguilla al menos?

Recordemos que la afición de Chivas se burló de la americanista porque en el Año del Inde-Centenario azulcrema, sólo pudieron ofrendar ser los mejores de Concacaf. Amargo es el merengue de la despiadada revancha.

En el círculo íntimo de Matías Almeyda se insiste que si no va a la Copa Mundial de Clubes, empaca maletas. Paco Gabriel de Anda ya tiene al sucesor: Víctor Manuel Vucetich, aunque la afición se seduce con Rafael Puente.

Como sea, es deseable que Chivas gane al menos el torneo de vecindario que es la Concachampions, porque, lejos de cualquier filiación rojiblanca en este espacio, como lo saben los tres o cuatro asiduos, insisto en que el Guadalajara es el único bastión --y casi desfalleciente--, de reivindicación del tan vapuleado futbolista mexicano.