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Desde el patíbulo, Chivas recuperó la memoria

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Vucetich destacó la unión grupal de Chivas para arrebatarle a León su invicto como local (1:12)

El técnico del Rebaño Sagrado aseguró que la victoria representa una inyección anímica para el grupo y además mitiga la presión mediática. (1:12)

LOS ÁNGELES -- León 1-3 Chivas. Mateo 11:5. “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados”.

Vendrán analistas desde el púlpito pomposo de la petulancia: “Los acertados cambios de Vucetich”; o “el ingenioso parado táctico del Guadalajara”; o “el León no vio venir la segunda línea de ataque de Chivas”; o “el arbitraje de Fernando Guerrero fue complaciente con el Rebaño”. Y etcétera, etcétera…

Todo lo anterior tendrá un poco de veracidad, pero a Chivas lo rescatan, principalmente, el cinismo y la desvergüenza de sus jugadores.

Asfixiados, arrepentidos, hostigados, exhibidos, condenados, con las anginas atenazadas por el pánico y el linchamiento mediático, tras el tristísimo inicio de torneo, súbitamente, estos facinerosos en calzoncillos, recordaron que reciben miles de dólares por semana, porque supuestamente saben, quieren, pueden y deben jugar al futbol.

Cantada vale doble, dicen. Y advertido estaba el entorno, sobre cómo el jugador de futbol, cuando sus fracasos reiterados le atenazan el cogote, recupera la memoria, la dignidad, el espíritu, al menos, por 90 minutos. Ese cinismo y esa desvergüenza suelen rescatarlo del colapso final.

Cierto, Vucetich hizo una limpia en su zaga, ingresando (finalmente) a Mayorga, y agregando al aparatoso Briseño (con todo y su descaro de autogol), pero, curiosamente, Hiram Mier dejó ya sus poses de ninfa fresa en tianguis, y metió la pierna con fuerza, sin temor a arruinarse el pedicuro.

Cierto, al León lo sorprenden en los goles los arribos del ataque secundario de Chivas, porque, finalmente, Vucetich le quita el freno de mano –mental y tácticamente-- a sus jugadores.

Las tres anotaciones rojiblancas involucran la penetración de sus laterales: Mayorga con servicio y gol, y el tanto del Chapito Sánchez. Que les soltaran la rienda, sin embargo, no significa que vaya a ser una constante.

Como alguna vez dijo el mismo Vucetich, en su primera rueda de prensa durante su brevísimo paso por la selección mexicana: “Recuerda que sólo Judas tuvo miedo”, en alusión a la frase de doble sentido: “no temas como Judas temió”. Entonces, recuerda Vuce, que sólo Judas tuvo miedo.

Cierto, el arbitraje de Fernando Guerrero fue tolerante con Chivas. Le perdonó la expulsión a Jesús Molina por una jugada similar a la que sí le cuesta una roja a William Tesillo (‘72), justamente en los momentos en que con el 1-2 en el marcador, mejor presionaba el León. Le perdona la vida a Mier, pero, compensa fingiendo no ver un penalti de Andrés Mosquera por un jalón en el área.

Y en beneficio de Chivas, en una noche de arqueros, Raúl Gudiño saca la mejor parte con un par de lances en plena conflagración ante el acecho del León, que muestra una absoluta falta de contundencia, al grado de que su anotación es un impecable cabezazo traicionero de Briseño, quien de manera lastimera y patética lloriqueaba que lo habían empujado.

Por eso, con el aval de todos esos escenarios relatados, los más poderosos ingredientes de la victoria de Chivas siguen siendo los mismos: el cinismo y la desvergüenza de sus jugadores, quienes deciden lavarse el ignominioso rostro con al menos 90 minutos de devoción.

Lo peligroso, para estos oportunistas de la histeria, es que por delante vienen tres equipos que comparten con ellos la travesía de la desgracia y la desesperación: Necaxa, Pachuca y Pumas. Es decir, conforme a lo mostrado ante el León, el Guadalajara deberá salir como favorito.

A propósito... ¿Ya se acabaron las indisciplinas en Chivas?

Porque la madrugada del 31 de enero, cuando los bares estaban cerrados por botón rojo en Guadalajara, en un antro llamado Luccas, un ex jugador rojiblanco giró invitaciones para celebrar el triunfo de Juárez sobre el Rebaño. Antes de que llegaran los citados, llegó personal del Ayuntamiento al local, que recibió el pitazo, y el anfitrión juarense salió con el rostro cubierto.

Uno de los invitados rojiblancos disfruta del vodka con tamarindo, pero le avisaron que se cancelaba la reunión. Además, ya aplica nueva estrategia: los celulares de todos, incluyendo meseros, seguridad, y señoritas de la comitiva, es decir, todos, absolutamente todos, deben ser entregados al entrar.