La temporada 2020 de la Fórmula 1 todavía no arranca y ya tenemos cambios de gran impacto para el 2021: Sebastian Vettel se va de Ferrari, Carlos Sáinz lo sustituye en el Cavallino y Ricciardo cubre el espacio del español en McLaren.
Obviamente, esto abre un lugar en Renault y no sabemos qué será del alemán.
Si de por sí, la F1 no es un mundo de apariencias donde a media temporada ya se empiezan a mover los asientos de la siguiente campaña, en 2020, el “juego de las sillas” se puso más bizarro por las circunstancias provocadas por la pandemia del Coronavirus.
Bizarro, porque desde el primer Gran Premio en julio, que se supone que será una sesión doble en Austria, Sáinz correrá en McLaren con la mente en rojo y Ferrari, ¿cómo afrontará pelear posición con Charles Leclerc donde esté en riesgo tener un contacto y dejarlo fuera, que pierda puntos?
¿Imaginemos a Ricciardo arruinando una carrera a McLaren por un incidente de carrera? O lo que es peor, una falta de competitividad para no meterse en problemas con sus nuevos patrones.
Bueno, eso es caer en el terreno de los supuestos y de la especulación sobre el profesionalismo de dos pilotos serios, quienes siempre han tratado de ganar y no dejan de pelear, a menos de que lleguen órdenes de equipo, las cuales existen en todos lados.
En materia de situaciones totalmente posibles, creo que Sáinz deberá asumir que es el piloto número dos de Ferrari. El español no llega a Maranello para incomodar al "elegido" Leclerc. Ahí siempre se ha tratado de marcar roles en el tándem de pilotos. Recordemos a Michael Schumacher y Rubens Barrichello o a Felipe Massa.
Tendrá la encomienda de ser rápido, de ser ganador, pero, ante todo, de ser disciplinado y “gregario”, porque el papel protagónico en Ferrari ya tuvo un casting y Leclerc lo ganó.
Detalle aparte será la locura ferrarista que se despertará en España. Se los garantizo.
¿Y Vettel?
Sebastian Vettel no quiso aceptar una reducción sustancial de sueldo, la cual era ciertamente una invitación a irse o a ser supeditado en la escala de valores de Ferrari. Es un tetracampeón del mundo y ahora muchos dicen que "está acabado". Ciertamente, su mente no ha conectado con la pista al 100, se le nota desmotivado y fuera de lugar.
Ahora, un puyazo como dejar Ferrari, pero todavía correr para ellos un año completo puede despertar a la fiera germana. No descartaría a un Vettel encelado. ¡¿Qué tal que ganara el título en 2020 con Ferrari y luego los dejara?! ¡Qué momento sería ese, ¿no?
McLaren, un 'equipo de risa'
Las papayas de Woking también tienen ya a sus pilotos para 2021, nada más y nada menos que Lando Norris y Daniel Ricciardo. Eso garantiza dos cosas para McLaren: competitividad y muchas bromas.
Norris y Ricciardo son muy rápidos, aguerridos y carismáticos, pero en el paddock son muy conocidos por ser los pilotos más bromistas y risueños de la parrilla.
Juntos o serán “dinamita” y nadie estará a salvo en McLaren de traer una “cola” pegada con cinta adhesiva o un papel que diga "Pégame" o gracejadas similares, pero también puede ser que se repelen, porque dicen que polos iguales no se juntan, como en los imanes.
Me inclino a pensar que este par de comediantes de "stand up" harán del ambiente en McLaren una fiesta, pero en la pista, ¿quién llevará mano o será más fuerte? ¿Eso tensará todo y en lugar de risas y chistes habrá miradas sobre el hombro?
No lo sé, pero promete ser una temporada 2021 de "pastelazos".
En suma, la Fórmula 1 es un microcosmos donde si se puede dar un cambio, se da, se sabe y hay que aprender a vivir con ello.