Hay una gran diferencia entre que un piloto cometa un error y que ese mismo trate de hacer una maniobra, pero falle en la apuesta.
Eso es lo que puede definir los incidentes de carrera en los que se vieron involucrados Sergio “Checo” Pérez, Lando Norris y Charles Leclerc en el Gran Premio de Austria y que, a la postre, marcó su desempeño.
Cuando un piloto comete un error es porque se pasa en una frenada, se despista solo o se mete en la línea de otro auto y provoca un accidente. Manejo peligroso, alta velocidad en pits, doble cambio de trayectoria, cambio de línea en frenada. Esos y otros casos son errores penalizables y al cometerlos, puedes echarle a perder la carrera a otro competidor.
Ahora, apostar por una maniobra de rebase siempre es un riesgo, pero es el trabajo de los pilotos y en esa búsqueda pueden despistarse o quedar fuera porque frenan más tarde, toman una línea sucia de la pista y porque el otro auto no se va a dejar. Si no lo logran, fallaron, pero no necesariamente es un error, sobre todo si no impides que el otro siga su carrera o no dañas su monoplaza. Es un intento fallido, una maniobra de carrera y de eso se trata, de correr.
Señores de la FIA, en Austria, quienes se equivocaron fueron ustedes. Dejen correr a los pilotos. Intentar un rebase y al no lograrlo salirte de la pista, no necesariamente significa que el otro auto tuvo la culpa.
Al menos en Austria no fue así.
“Checo” Pérez no quería tener frente a él a Lando Norris, quien le taponeaba la posibilidad del 1-2 con su apabullante compañero Max Verstappen. Atacó desde la primera curva cuando se relanzó la carrera. El inglés de McLaren hizo su trabajo y condujo por la línea ideal como si el Red Bull no existiera.
A detalle, esto fue lo que pasó:
Es la vuelta 4, vamos a la rearrancada del Gran Premio de Austria luego de dos giros y medio en amarilla. Sergio Pérez ataca desde la Curva 1 a Lando Norris por la segunda posición. El McLaren se hace “ancho” y el mexicano pone las cuatro ruedas fuera del trazado, pero no ceja en su intento. Lo empareja de nuevo a la salida de la Curva 2 y para la 3, entra ligeramente adelante el Red Bull... luego viene el desastre.
Pérez se va a la grava. Norris de nuevo no le dio un centímetro y siguió su trayectoria como si fuera solo. El jalisciense vuelve a la pista en décima posición.
A simple vista, parece un incidente de carrera. Una apuesta de “Checo” Pérez por deshacerse de Norris que no funcionó. Gajes de las carreras, un riesgo que no cuajó, decir que fue un error es demasiado, porque si hubiera conseguido el rebase, ahora los juicios serían diferentes: de genio, valiente y grandes manos.
¿Que si hubiera sido mejor esperar para hacerlo en un lugar menos complicado de la pista? No lo sabemos. “Checo” vio el momento y atacó en la situación en que más posiciones cambian, una rearrancada. Si el piloto ve un hueco lo debe atacar, punto. Quedarse 10 vueltas detrás de Norris con Hamilton pegado a su alerón no habría sido buena idea y la historia reciente le da la razón a la decisión de Pérez.
Pero, luego nueve vueltas, hasta la 13, los oficiales de carrera, esos árbitros que deciden si hay sanción anuncian que investigarán la maniobra. Siete giros más tarde, en el 20, anuncian el castigo de cinco segundos para Norris por “sacar de la pista” a Sergio Pérez.
Allí empezó la locura del grupo de marshals encabezado por Michael Masi y que formaron en Austria: Gerd Ennser, Paolo Longoni, Derek Warwicky Walter Jobst.
Si tardaron casi 20 minutos en deliberar esa acción de carrera es porque claramente no había consenso en la decisión y porque a alguien allí le parecía lo que fue: rigorista y descabellada. Si hubiera sido tan flagrante, no era necesario demorar tanto.
Luego, en el Gran Premio de Austria de la Fórmula 1 parecía que se festejaba el Día Mundial del Comisario y que para festejarlo, los stewards habían decidido “regalar” sanciones y puntos en la licencia por doquier.
La lluvia de penalizaciones alcanzó ahora a “Checo” como infractor y por partida doble. Fue en la vuelta 41, misma Curva 3, Leclerc intenta pasar al mexicano de forma casi idéntica que el Red Bull lo trató frente al McLaren de Norris. El resultado fue el mismo: Charles a la grava y sólo dos vueltas después, ahora con la aplicación del mismo criterio, el castigo a “Checo” cae rápidamente: cinco segundos para el de Guadalajara.
Pero no sería todo. Leclerc lo volvió a intentar, ahora en la vuelta 47, pero en la Curva 6. Demasiado optimismo del monegasco y de nuevo mordió polvo. Cinco giros después, anuncian los comisarios que hay cinco segundos más de castigo a Pérez.
Leclerc se lanzó por fuera en dos lugares donde estaba muy comprometido el espacio contra un auto con llantas muy usadas, con aire sucio enfrente. Incluso, “Checo” da un volantazo en el segundo intento, porque casi pierde el auto.
Un despropósito total de los jueces de la carrera castigar esas tres años. Un precedente terrible si de aquí en adelante lo aplican igual.
Las opiniones
A “Checo” Pérez le pareció que Norris lo sacó de la pista, que le frustró su carrera y, a reserva de ver las repeticiones, dijo que ofreció una disculpa a Leclerc por arruinar su día. Tal vez cuando las vea no piense igual.
A Norris le pareció que Pérez fue muy intrépido y se “salió solo”.
¿Qué significa esto para 'Checo' Pérez?
El trabajo de los comisarios no quita el hecho de que la carrera de “Checo” Pérez fue un “desastre”, para utilizar el mismo adjetivo que el mexicano al calificar su desempeño, pero esto tiene que ver con el grado de exigencia que el mexicano se pone a sí mismo y que lógicamente también le aplican los analistas. Si estás en el equipo dominante con el auto más fuerte, tienes que ser juzgado con más rigor.
Más una carrera mala, luego de que sigues en tercero en el campeonato, tu equipo lo es en Constructores y sumaste ocho puntos no es pretexto para escuchar voces de alarma en el tema de su renovación con Red Bull.
Hace unos días, Christian Horner dijo que en el receso de verano se sentarán a negociar el contrato de “Checo” para el futuro inmediato. La carrera de Austria no va a cambiar el buen concepto que el director del equipo, además de Helmut Marko, tiene de “Checo”.
Un mal día, nada más. Han sido muchos más los buenos.