La WNBA ha sido testigo de una explosión en la producción de triples-dobles en los últimos años. Luego de que solo se registraron 11 en las primeras 25 temporadas de la liga, se produjeron nueve en el verano de 2022. ¿Qué explica este fenómeno? ¿Con qué frecuencia podrían producirse y qué jugadoras podrían escribir sus nombres en los libros de historia?
WNBA: La irrupción
del triple-doble
Crece el club de triples-dobles
Once jugadoras son responsables de 20 triples-dobles en la historia de la WNBA, con Sheryl Swoopes (que registró el primero), Candace Parker, Courtney Vandersloot, Sabrina Ionescu y Alyssa Thomas repitiendo la hazaña en más de una ocasión. El pasado verano, Thomas acumuló varios triples-dobles dignos de toda una carrera después del receso del Juego de Estrellas, terminando el 2022 con cuatro y logrando dos triples-dobles consecutivos en las Finales de la WNBA. Antes de la explosión ofensiva de Thomas, ninguna jugadora había registrado un triple-doble en esas fases decisivas de la postemporada.
Varias grandes jugadoras históricas de la WNBA quedaron cerca de igualar las hazañas de Thomas y otras colegas. Este es el registro de triples-dobles en la historia de la WNBA (marcado en morado) y algunas que quedaron a poco de lograrlo (azul).
La evolución de la WNBA
De la misma forma que el básquetbol en su conjunto ha evolucionado con el tiempo, así lo ha hecho el estilo de juego de la WNBA. Hoy, más que nunca, se da prioridad al enceste de triples y los espacios (y no sólo entre las escoltas), al igual que la implementación de ofensivas rápidas y fluidas con jugadoras capaces de desempeñar distintas posiciones sobre la cancha. Presentamos un análisis detallado de cómo algunas de estas tendencias se han manifestado en más de 25 años de desarrollo de la WNBA.
La proliferación de ofensivas libres en la WNBA ha exigido que las jugadoras se sientan más cómodas desempeñando múltiples posiciones en la cancha para demostrar diversas habilidades, como el pase para las aleras. Sin mencionar que esto genera más oportunidades de anotar y asistir.
A nivel colegial, donde existe una cantidad significativa de equipos de División I, se producen triples-dobles con mayor frecuencia. Doce jugadoras han registrado más triples-dobles en sus carreras universitarias que cualquier jugadora de la WNBA en su etapa profesional. Este grupo incluye a Ionescu en la Universidad de Oregon (26), Caitlin Clark de Iowa (11), Suzie McConnell en Penn State (7), Nicole Powell en Stanford (6), Thomas en el equipo de la Universidad de Maryland (6) y Griner en Baylor (5). Con un talento tan disperso por el panorama del deporte universitario, es más probable que una sola jugadora haya tenido el balón en sus manos y causado impacto de distintas formas.
“Creo que el deporte está cambiando. Creo que muy pronto veremos esto todas las noches”.
- Candace Parker, delantera de Las Vegas Aces
Cambio de estilo de las jugadoras
La histórica Sheryl Swoopes, una de las cinco jugadoras que ostentan múltiples triples-dobles en la WNBA, fue una de las primeras "sin posición definida" dentro de la liga. Con 6 pies 0 pulgadas (1.83m) de estatura, fue capaz de jugar como escolta, alera o ala-pívot y a veces subía el balón. Más de 20 años después de que Swoopes disputara su primer encuentro en la WNBA, es cada vez más difícil ubicar a sus jugadoras (escoltas, aleras o gigantes) en una categoría particular. Por ello, son capaces de llenar la hoja de estadísticas en distintos renglones, lo que las lleva en ocasiones a ubicarse en territorio de triple-doble.
Ninguna otra jugadora personifica más la tendencia del básquetbol sin posición que las "unicornios" Parker (6 pies 4 pulgadas, o 1.93 m) y Thomas (6 pies 2 pulgadas, o 1.88 m). Técnicamente, ambas juegan en los postes, pero son excelentes facilitadoras. Por su parte, Parker tiene habilidades para rematar y marcar.
Por su parte, Vandersloot e Ionescu son base armadoras capaces de sumar estadísticas de rebotes más propias de las gigantes. Jugadoras de la talla de Chelsea Gray, Moriah Jefferson y Temeka Johnson (las dos últimas con estaturas de 5 pies 6 pulgadas, o 1.70m, y 5 pies 3 pulgadas, o 1.61 m, respectivamente) también tuvieron noches en las que dominaron en el cristal.
“Mientras intentas evolucionar como jugadora, realmente quieres ser capaz de ayudar en múltiples categorías en vez de solo una. Porque si no funciona el Plan A, quieres seguir el Plan B o el C”.
- Sabrina Ionescu, Escolta del New York Liberty
Las nuevas amenazas triples
Ante la forma en la que evoluciona el básquetbol y con jugadoras más polifacéticas, el 2022 podría terminar siendo apenas el inicio de una mayor proliferación del triple-doble en la WNBA. ¿Quiénes serán las próximas en conseguir triples-dobles? A continuación, un breve repaso a algunas jugadoras profesionales actuales junto a varias estrellas en ciernes en las filas universitarias que no podemos perder de vista.
Es innegable el impulso y crecimiento de la popularidad de la WNBA y el básquet femenino en general, al igual que la calidad del producto. Solo hay que ver la ofensiva de alto octanaje de las recientes campeonas Las Vegas Aces, o a jugadoras sin posición como Ionescu y Thomas. Mejor aún, se espera que las jugadoras universitarias que se iniciarán en la WNBA en 2024 y 2025 cambien facetas de este deporte a nivel profesional. Y a medida que la WNBA adopte cada vez más el estilo moderno (y estas jugadoras tan talentosas y polifacéticas asuman protagonismo), esta reciente explosión del triple-doble podría ser solo el comienzo de las tendencias que están a la vuelta de la esquina.