Una de las lesiones más sufridas y temidas por los deportistas en general son los desgarros musculares. Estos ocurren cuando las fibras musculares que conforman el músculo se rasgan, sin llegar a una rotura total. Generalmente, el desgarro va acompañado de un hematoma, el cual se produce al romperse los vasos sanguíneos que lo recubren, con lo que puede hacerse visible exteriormente.
Entre las lesiones más comunes que suele sufrir los runners, están los desgarros en los gemelos e isquiotibiales. Estos dos grupos musculares se encuentran alojados en la parte posterior de las piernas y son muy exigidos, especialmente a la hora de hacer cambios de ritmos bruscos.
Las causas principales de los desgarros son el sobre entrenamiento, la falta de calentamiento previo adecuado, el estrés, y la mala alimentación. Su tratamiento requiere en todos los casos reposo, y según lo indique el médico que lo trate, puede aplicarse frío durante los primeros días y posteriormente calor. También, se debe tratar de restablecer la funcionalidad del músculo mediante masajes y técnicas varias por parte del fisioterapeuta.
Dependiendo del grado del desgarro, su cicatrización puede demorar entre dos semanas y dos meses, por lo que es muy importante tratar de prevenir este tipo de lesiones. Para hacerlo, una buena opción es fortalecer la zona de los isquiotibiales y gemelos, que como dijimos anteriormente, son los músculos más afectados por los desgarros al correr. Además, procura elongar muy suavemente estos grupos musculares luego de cada entrenamiento, y de esta forma también estarás ayudando a evitar este problema que te puede dejar sin correr varios días, semanas, o inclusive meses.
¿Sufriste en algún momento un desgarro muscular?