1. LOS NEW YORK YANKEES no están eliminados de la carrera a los playoffs. Aunque son quintos, y últimos, en la peleada división Este de la Liga Americana, su balance de 57-52 los mantiene en competencia por uno de los tres comodines que otorga la liga para octubre. Para que tengas una idea clara, ahora mismo están a dos juegos y medio del tercer cupo que tiene en su poder los Toronto Blue Jays (60-50). Sin embargo, el trastabillante desempeño de una franquicia obligada a ganar ha provocado que los fanáticos del equipo profesional más popular del deporte estadounidense pierdan la paciencia con su gerente general, Brian Cashman. El martes pasado, ante los Tampa Bay Rays, explotó en las gradas del Yankee Stadium el coro ¡Fire Cashman! La onda expansiva también se escuchó el viernes en el partido contra los Houston Astros.
2. LA INSÍPIDA PRESENCIA en la fecha límite de cambios, donde Cashman no mejoró una alineación que permanece penúltima (.230 AVE) en todas las Mayores, parece que colmó la copa de los aficionados que se hastiaron del conservadurismo de un hombre vinculado a la organización desde 1986 y que ha sido gerente general por 25 años, de los cuales ha llevado al equipo a 21 postemporadas, incluyendo cuatro títulos de Serie Mundial y seis campeonatos en el joven circuito. Todo en la vida funciona a través de ciclos. Empiezan y terminan. Un cuarto de siglo luce como mucho tiempo. A Cashman todavía le quedan tres años del contrato de cuatro que firmó con la institución en 2022, pero los cánticos en su contra representan un claro mensaje para el dueño Hal Steinbreener. Podría ser el principio del fin de su estancia en la gran manzana. No quiero apostar, pero como están las cosas, si los Yankees no se ajustan los pantalones y clasifican a octubre, es muy probable que Cashman tenga los días contados.