El College Football Playoff tiene días programados en enero para las Semifinales y el Juego por el Campeonato Nacional
En caso que surja una situación en la que alguno de los cuatro equipos mejor clasificados no pueda competir en el College Football Playoff debido al COVID-19, el CFP ha establecido fechas de emergencia en enero para ambos juegos Semifinales y el Juego por el Campeonato Nacional, señaló a ESPN el director ejecutivo del CFP, Bill Hancock, este miércoles.
No ha habido señales de los equipos o del CFP que será necesario un cambio, pero si ambos juegos Semifinales tienen que ser pospuestos, el CFP tiene como objetivo el 11 de enero para el Rose Bowl Game presentado por Capital One y el 12 de enero para el Allstate Sugar Bowl. La fecha de emergencia para el Juego por el Campeonato Nacional del College Football Playoff presentado por AT&T es el 18 de enero --una semana después de su fecha actual del 11 de enero-- en el Hard Rock Stadium en Miami Gardens, Florida.
Si ambos equipos de una Semifinal están disponibles, el juego se jugará como está programado incluso si el otro duelo tiene que ser pospuesto. Si se retrasa una Semifinal, el plan es reprogramarla para el 11 de enero.
El N° 1 Alabama Crimson Tide y el N° 4 Notre Dame Fighting Irish están programados para jugar el viernes a las 4:00 p.m. hora del este en el Rose Bowl, seguido por los N° 2 Clemson Tigers vs. N° 3 Ohio State Buckeyes a las 8:00 p.m. hora del este en el Sugar Bowl.
"Todos planean jugar los partidos como está programado", declaró Hancock. "Los equipos, el personal de las escuelas y el personal de los tazones han estado trabajando realmente duro para brindarles una oportunidad a los jugadores. Los procedimientos del COVID-19 están implementados en hoteles y estadios. Nos hemos preparado a fondo y estamos listos. Pero siempre hay que estar preparado, incluso para circunstancias que no creemos que sucedan".
Hancock dijo que las fechas de emergencia fueron determinadas considerando que el Rose Bowl incluye al sembrado más alto, Alabama.
Si se reprograman los partidos, las ubicaciones seguirían siendo las mismas, explicó Hancock. El Rose Bowl este año se jugará en el AT&T Stadium en Arlington, Texas, y el Sugar Bowl permanece en el Mercedes-Benz Superdome en New Orleans.
"Desde luego, seguiremos vigilando las cosas y nos adaptaremos si es necesario", sentenció Hancock. "La temporada de tazones ha tenido un comienzo emocionante y planeamos que continúe".