Convertir a Prescott en el jugador mejor pagado en la historia de la NFL era la única opción para los Cowboys si quieren ser contendientes a futuro
DALLAS -- Dak Prescott estrenó de manera discreta contra los Cleveland Browns su extensión contractual que lo convierte en el jugador más caro en la historia de la NFL, en promedio anual, 60 millones de dólares y en dinero garantizado, 231 millones de dólares.
Tuvo una muy buena primera mitad en la victoria contra los Browns y una segunda bastante cuestionable en la que incluso sus receptores le salvaron al menos dos intercepciones cuando el partido aún estaba competitivo.
Quizá en esa segunda parte le llegó la resaca emocional de una mañana pletórica de emociones que empezó una hora antes de salir del hotel al estadio, cuando su agente le llamó para avisarle que ya estaba acordado su nuevo contrato, que lo une a los Dallas Cowboys hasta el fin de la temporada 2028 y que incluye cláusulas de no canje ni etiqueta franquicia, como ya tenía en el más reciente.
Dak ha cumplido desde que en el 2016 llegó en la cuarta ronda del Draft y por casualidades del destino estaba en el lugar correcto para abrir absolutamente todos los juegos que ha disputado en la NFL.
Ha respondido en temporada regular desde su primer año cuando ganó poco más de 600 mil dólares, hasta las cuatro más recientes en que gana 40 millones de dólares anuales, incluyendo este 2024.
Muchos critican y lo culpan de falta de victorias en temporada regular o consideran que su éxito en la NFL es muy bueno contra equipos débiles.
Su récord contra equipos que no fueron a playoffs es de 55-14 con 74 puntos de quarterback rating, comparado con su marca de 18-27 y rating de 61 puntos en temporada regular contra equipos que llegaron a la postemporada, donde además tiene sólo dos victorias a cambio de cinco derrotas en ocho años.
El gran optimismo es que cada año parece mejorar a pesar de toda la presión que siempre hay sobre él, como el quarterback del Equipo de América.
Por ejemplo, el año pasado Prescott se recuperó durante el 2023 de su peor temporada en entregas de balón, para convertirse en líder en pases de touchdown y terminar segundo en índice de eficiencia de quarterback en la NFL con su segunda campaña al hilo con al menos 35 anotaciones.
Para ponerlo en un marco contextual, lanzar para al menos 35 pases de touchdown con 10 o menos intercepciones sólo lo han logrado cuatro otros quarterbacks, de acuerdo a las estadísticas de ESPN Research: Aaron Rodgers, Tom Brady, Payton Manning y Matt Ryan.
Los Cowboys no tenían otra opción --si quieren competir al menos en temporada regular en corto y mediano plazo-- sino darle ese contrato a Prescott, quien abrió en tres años consecutivos con al menos 12 triunfos en temporada regular.
No hay quarterbacks desempleados o que serán agentes libres a partir de la próxima temporada que den mejor oportunidad de ganar a Dallas que Prescott. Mucho menos pensar en el Draft como solución inmediata.
En la banca de los Cowboys tampoco. No fue casualidad tanto juego que recibió Trey Lance durante la pretemporada. Sí con el equipo suplente, pero también enfrentando a rivales con suplentes.
Ahora el gran reto para los Cowboys es rodearlo del talento suficiente para que puedan dar el paso siguiente en sus esperanzas de volver al Súper Bowl: el de tratar de acomodar el salario en el tope de la liga de la manera correcta porque se vienen tiempos interesantes para renovar a varios otros de sus mejores jugadores.
Eso incluye al ala defensiva/linebacker Micah Parsons, quien demostró el domingo contra los Browns que llegó corregido y mejorado en una defensa que lució mucho mejor que cualquier expectativa.
“Te guste o no, Dak es el indicado“, dijo el ex entrenador campeón de los Cowboys, Jimmy Johnson, ayer como analista de televisión. “Será el indicado. Ha sido grandioso durante la temporada regular“.
“Todo el mundo dice: ‘Bueno, tiene que ganar partidos de playoffs’. Bueno, dale una oportunidad de ganar partidos de playoffs. Rodéalo de un mejor equipo de apoyo. El problema no es Dak“, concluyó Johnson.