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La Ofensiva en Serie de Raúl Allegre a la conclusión de la Semana 9

La ciudad de Seattle es espectacular, junto a la bahía llamada “Puget Sound” rodeada de pinos y con el volcán Rainier a la vista. El estado de Washington también es precioso con montañas y paisajes indescriptibles. Y como si fuera poco, ahí se juegan partidos de lunes por la noche en los que cosas inesperadas suelen suceder.

En 2012, tuvimos la jugada que se denominó "Fail Mary". A los pases de desesperación al final de los partidos les dicen "Hail Mary" (Ave María), de ahí la designación. Seattle pudo ganar un partido contra Green Bay que parecía perdido. Había sido intercepción de los Empacadores, pero los árbitros suplentes declararon le dieron el TD al equipo local. En 2015, tuvimos la jugada en que K.J. Wright "bateó" el ovoide en la zona de anotación después de un balón suelto en un pase que Calvin Johnson llevaba hacia las diagonales. Los árbitros no se percataron de la situación y fue touchback para Seattle en lugar de primera y 10 en la yarda 1 para Detroit.

Anoche, tuvimos el fiasco al final del primer tiempo.

Recapitulando, Buffalo pudo hilvanar una última serie ofensiva al final del segundo cuarto y tuvo la oportunidad de intentar un gol de campo de 53 yardas faltando tres segundos. Durante el intento, Richard Sherman se adelanta, claramente en fuera de lugar, toca el balón y le pega en la rodilla a Dan Carpernter, pateador de Buffalo. Los árbitros marcaron solamente el castigo de fuera de lugar y no el castigo personal a Sherman por pegarle a Carpenter.

Walt Anderson, el árbitro principal, decretó que Carpenter tendría que salir por una jugada ya que entraron las asistencias a atenderlo. También le asignó un cuarto tiempo fuera a Buffalo lo que puso 3 segundos en el reloj del partido. Inteligentemente, Rex Ryan mandó una jugada para clavar el balón y con un segundo en el reloj, Carpenter intentó, y convirtió, un gol de campo de 49 yardas. El problema fue que se les acabó el tiempo en el reloj de la jugada. Esto no fue por negligencia de los Bills. Fue porque un oficial no permitió que se centrara el balón. De hecho, obstruyó el proceso hasta que quedaban cuatro segundos en el reloj de la jugada lo que incurrió el castigo para Buffalo de retraso de juego. Carpenter falló el siguiente intento de 54 yardas.

Hubo varios errores garrafales de los árbitros en esta secuencia. El primero fue no sonar el silbato tan pronto Sherman estuvo en fuera de lugar. El segundo fue no marcar castigo personal por el golpe a Carpenter. El tercero fue no volver a empezar el reloj de la jugada cuando los árbitros tardaron en introducir al campo de juego el balón "K" que se usa en las jugadas de patada. Walt Anderson debió haber reiniciado el reloj de la jugada con 25 segundos cuando era claro que Buffalo no podría intentar el gol de campo a tiempo.

Hay quienes argumentan, el mismo Sherman lo hizo, que al no sonar el silbato la jugada no está muerta y que al tocar el balón, lo cual Sherman hizo, antes de la patada, lo exonera de castigo. Ese argumento sería como brincar en fuera de lugar y pegarle al QB antes de que suene el silbato, algo que ha ocurrido en muchas ocasiones. Fue un golpe claro e ilegal sobre el pateador. De haberse marcado, no habría tenido que ser substituido por ser falta de la defensiva.

Después del partido, Dean Blandino, vicepresidente de Arbitraje de la NFL y el supervisor de todos los árbitros, mandó este Twit:

Tres puntos en ese momento le habrían dado la oportunidad a Buffalo de intentar un gol de campo al final del partido para ir a tiempo extra.

Buffalo en realidad dominó el encuentro. Viendo las estadísticas, tuvieron 40 jugadas ofensivas más que Seattle, poco más de 20 minutos en tiempo de posesión, y 147 yardas ofensivas más. Se podría debatir que Buffalo buscó la manera de perder, pero en este caso no estaría de acuerdo. Buffalo tuvo sólo una serie ofensiva que se desperdició por un error cometido por ellos. Fue la intercepción de Richard Sherman en la primera serie ofensiva del tercer cuarto.

Hubo otras en las que tuvieron que despejar, pero dos, la descrita al final del segundo cuarto, y la última serie ofensiva del partido, en la que los errores arbitrales impactaron el resultado final. En la primera les costó un gol de campo bien logrado, y en la segunda se vieron forzados a jugársela en cuarta oportunidad.

No sabemos todavía cuáles serán las repercusiones para Walt Anderson y su grupo de árbitros. Los árbitros son humanos y como todos nosotros, cometen errores, pero en este caso la situación es diferente. Entiendo un error en una interferencia no marcada, en un castigo de sujetando, o en una revisión poco clara. El lunes por la noche los errores fueron por tardar en reaccionar y sonar el silbato en el fuera de lugar, por mal juicio ante un golpe claro al pateador, y el peor de todos, por una omisión al no volver a iniciar el reloj de la jugada como lo marcan las reglas. Estos errores tienen consecuencias y pueden costar el trabajo de mucha gente.

Hablando de las pelotas "K" para los goles de campo y despejes, ¿Por qué las sigue usando la NFL? ¿Han marcado alguna diferencia desde que se introdujeron en 1999? Supuestamente las usan para que los pateadores no tengan ventajas. El domingo vimos un gol de campo de 58 yardas de Matt Prater para empatar el partido entre Detroit y Minnesota. Es obvio que el uso de estos ovoides no afecta en lo absoluto el desempeño de los pateadores de gol de campo y de despeje.

Me pregunto si se está perdiendo el misticismo de Lambeau Field. Empezando con el último partido de la temporada 2015, en el que peleaban el título de división ante Minnesota, los Empacadores han perdido tres de sus últimos seis partidos en casa. Quizás se podrían justificar las derrotas ante un excelente equipo de Vikings y otra ante Dallas y su poderoso ataque terrestre este año pero, ¿contra Indianapolis?

La ofensiva, más bien el juego de pase --porque pocas veces recurren a los acarreos debido a lesiones y a su filosofía de ataque-- fue inefectiva ante una secundaria de Indianapolis que hace tres semanas hizo ver bien a Brock Osweiler. La defensiva secundaria de los Potros neutralizó a los receptores de Green Bay de tal manera que tanto Mike McCarthy como Aaron Rodgers hicieron declaraciones fuertes. Las de McCarthy fueron respecto a la habilidad de desmarcarse de los receptores, y las de Rodgers, refiriéndose a la actitud y entrega de los jugadores. Esta última es alarmante. Falta mucho camino por recorrer, pero no es el momento de decir "R-E-L-A-X".

Green Bay no es el único en picada dentro de esta división. Minnesota lleva tres derrotas consecutivas. Después de empezar 5-0, el comentario general era sobre la genialidad que había sido el canje por Sam Bradford. Después de la golpiza que ha recibido, aun cuando estaban ganando, queda por evaluar si valió la pena o no ceder una primera selección en 2017, y una cuarta condicional. El objetivo de la directiva y entrenador era, y es, ganar el Super Bowl este año. Todos los planes se han desmoronado debido al pobre desempeño de una línea ofensiva que perdió a sus tackles titulares, y la semana pasada a Alex Boone. No pueden correr y no puede proteger a Bradford. Además de eso no hay ningún problema...

En la derrota del domingo también hay que asignarle algo de culpa a una defensiva que permitió que Detroit estuviera en posición de patear un gol de campo de 58 yardas en 23 segundos, y a dos de sus baluartes. Xavier Rhodes y Harrison Smith, que fallaron tacleadas en el TD de la victoria de Detroit en tiempo extra.

¿Qué tan mal debe estar practicando Jared Goff para que no le den la oportunidad de jugar en Los Ángeles? Jeff Fisher dice que Case Keenum no ha sido el responsable de las últimas cuatro derrotas (5 TDs con 8 intercepciones). Quizás no, si le damos un muy generoso beneficio de la duda, pero tampoco ha contribuido mucho a la ofensiva de los Carneros.

Este equipo se perfila para un 7-9, o quizás un optimista 8-8, la especialidad de Fisher desde que llegó a esta franquicia. Fisher defendió su decisión de esperar a Goff argumentando que Carson Wentz no estaría jugando de no haberse lesionado Terry Bridgewater lo que propició el canje por Bradford; y que Dak Prescott no estaría jugando de no ser por la lesión de Tony Romo. Posiblemente, pero la realidad es que están jugando y lo están haciendo muy bien. Fisher dice que quiere mantener su proceso y desarrollar a Goff. Probablemente no quiera admitir que Goff está lejos de ser el jugador por el cual hipotecaron el futuro inmediato del equipo.

Finalmente, ¿qué está pasando con la división de los moretones? Es la única en la que ningún equipo tiene marca ganadora. El líder es Baltimore gracias a su triunfo el domingo frente a Pittsburgh. Los Acereros no son factor sin Ben Roethlisberger en buenas condiciones. Pierden la mitad de sus partidos cuando está ausente y tienen marca de 2-6 en los primeros partidos que juega después de haber estado fuera por lesión. Tan mal como se vio Big Ben frente a Baltimore, la opción de alinear a Landry Jones hubiera sido todavía peor.

Para Green Bay, Minnesota y Pittsburgh, tres favoritos para avanzar a los playoffs que van cuesta abajo en su rodada, la esperanza es saber que todavía falta mucho camino por recorrer. Pero es hora de que se pongan las pilas y empiecen a reaccionar.