MONTERREY, México -- La Universidad de Alabama, con 16 campeonatos nacionales en su haber, es un punto de partida lógico cuando se habla de supremacía en el fútbol americano universitario. Pero hay un equipo mucho más al sur --poseedor de 21 títulos nacionales, 17 de ellos en los últimos 30 años-- que no debería quedar fuera de la conversación.
El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey --o Tec de Monterrey, como se le conoce coloquialmente-- es una institución educativa privada en el corazón de una red nacional de escuelas secundarias y universidades. Su campus principal ostenta algunas de las instalaciones académicas líderes de México.
Y en una ciudad que es un semillero del fútbol americano, un ambicioso entrenador con conexiones y aspiraciones en la NFL convirtió al Tec en una usina nacional.
A una distancia de aproximadamente 140 millas de Laredo, Texas, la ubicación de Monterrey y su sólida clase media hace tiempo que convirtieron a la ciudad en un potente núcleo de los que se denominan deportes estadounidenses. En 1996, fue sede de los primeros juegos de la temporada regular de la MLB que se jugaron fuera de Estados Unidos y Canadá. Ese mismo año, una multitud agotó las localidades del Estadio Universitario para ver a los Kansas City Chiefs triunfar sobre los Dallas Cowboys en un juego de pretemporada de la NFL.
Actualmente, el fútbol americano está entre los deportes más populares de México, siendo superado solamente por el balompié en partes del país. Y, si bien el juego de la NFL del lunes a la noche entre los Houston Texans y los Oakland Raiders se disputará en la Ciudad de México, el éxito más grande a nivel universitario se podrá encontrar a unas 600 millas al norte, en el Tec de Monterrey.
Justo al otro lado de la calle que es el límite este del campus, se encuentra el Estadio Tecnológico, una construcción de seis décadas de antigüedad y 36,000 butacas que sirve como casa del equipo de fútbol americano del Tec, los Borregos Salvajes. En el campus, hay constantes recordatorios de las proezas del equipo. Los logos de la mascota están presentes en la mercadería, equipos, promociones internas y, desde luego, en carteles de los próximos partidos y reuniones de fanáticos. Los campos de práctica y el estadio están adornados con los colores y el logo del equipo y con consignas motivadoras tanto en español como en inglés.
Las instalaciones --y el mismo programa-- han tomado como modelo a los estándares de la NCAA y NFL, una iniciativa que fue impulsada por el anterior entrenador Francisco "Frank" González, un mexicano nativo que creció en Estados Unidos y llegó por primera vez al Tec de Monterrey en 1975, después de ganar una beca mientras jugaba al fútbol americano de escuela secundaria en Texas.
"Me inspiró John F. Kennedy y su intención de hacer algo grandioso para el pueblo estadounidense" dijo González, que se convirtió en entrenador jefe del Tec de Monterrey en 1986. "Él se propuso llevar un hombre a la luna y mi versión de ese reto fue hacer que uno de mis jugadores llegara a la NFL".
Los clubes de González ganaron 16 campeonatos nacionales durante los 26 años en que los dirigió. Sus tácticas de reclutamiento eran tan eficaces que la universidad desarrolló programas satélite de fútbol americano en más de una docena de campus en todo México para ubicar a todos los jugadores que querían jugar para el Tec de Monterrey.
"Hay muchas cosas del programa que todavía llevan su marca", dijo Carlos Altamirano, actual entrenador en jefe y quien fuera reclutado por González para ser mariscal de campo del Tec a fines de la década de 1990.
IDEAS QUE VIENEN DEL NORTE
Una de las ventajas del Tec de Monterrey es su red de escuelas preparatorias. La Prepa Tec recluta y genera becas para los jugadores que tienen potencial para pasar al siguiente nivel del programa. La relativa proximidad de Prepa Tec con la frontera de Estados Unidos hace posible programar juegos anuales contra los mejores equipos a nivel high school en Texas.
"Un año, jugamos contra Woodlands, y luego del juego, el entrenador de ellos se acercó para preguntarme si quería estudiar y competir para ellos", dijo Adrián Lamothe, un ex pateador de Prepa Tec que en el 2013 pasó a la Universidad de Alabama convirtiéndose en el primer jugador nacido en México en pertenecer al programa universitario de Alabama.
Y no fue solo el equipo de preparatoria el que ganó experiencia y exposición al aventurarse al norte. González a menudo viajó para observar los programas de las principales universidades --y eventualmente de los equipos de la NFL-- en los Estados Unidos.
"Frank cambió los sistemas de búsqueda de talentos, entrenamiento y preparación física de México con lo que aprendió en la NFL," dijo Tony Salazar, un amigo y colega de González que ahora dirige a los rivales del otro lado de la ciudad, los Auténticos Tigres de la UANL.
Una de las primeras cosas que comprendió González fue cuánto margen de mejora había en el Tec de Monterrey.
"Noté que mis jugadores estaban jugando casi al mismo nivel de preparatoria", señaló.
A lo largo de fines de la década de 1980 y principios de la década de 1990, el Tec visitaría campus universitarios de todo Estados Unidos, comenzando por la cercana Texas y llegando hasta los del noreste. González traía todos los conocimientos de vuelta al sur de la frontera y adoctrinaba a sus entrenadores y equipos hasta que se convencía de que estaban listos para pasar al nivel siguiente.
Después de varios años de visitas mayormente exitosas, González se encontró con un obstáculo en Penn State en 1998, donde el cuerpo de entrenadores de Joe Paterno solo le ofreció videocintas de unos pocos juegos que no revelaban mucho. Sin desanimarse, González llamó a Juan Castillo, un ex compañero de equipo en el Tec de Monterrey que se había convertido en entrenador de línea ofensiva de Andy Reid con los Philadelphia Eagles.
"Él me recordaba", dijo González. "Le conté lo que había ocurrido en Penn State, y Juan me preguntó si estaría interesado en visitar a los Eagles y aprender algo".
Así se gestó una pasantía con los Eagles, lo que le brindó a González la oportunidad de evaluar de cerca a los talentos de la NFL y compararlos con los suyos.
"Vi a sus jugadores y le dije a Juan que tenía un par de jugadores que no estaban muy lejos de este nivel" dijo.
Castillo le recomendó que se pusiera en contacto con los detectores de talentos de la NFL Europa, la actualmente desaparecida liga de desarrollo. Un experto que tomó nota de los talentos de Monterrey fue Jim Tomsula, un detector de talentos de la NFL Europa de esa época que luego se convirtió en entrenador jefe de los San Francisco 49ers. Tomsula contrató al primer grupo de jugadores del Tec de Monterrey que ingresó a la dotación de la NFL en Europa: Rolando Cantú, Eduardo Castañeda y Ramiro Pruneda.
Fue a través de la conexión con la NFL Europa que González consiguió poner a su hombre en la luna, aunque fuera por corto tiempo. Ese hombre sería Cantú, un liniero ofensivo que jugó para el Berlin Thunder antes de ser contratado para el equipo de prácticas de los Arizona Cardinals en 2004. Cantú hizo historia como el primer jugador de una universidad mexicana que participó en un juego de la temporada regular de la NFL, cuando jugó en la jornada final de la temporada de 2005 de los Cardinals. Cantú, cuya carrera se vio truncada por una lesión de rodilla en 2006, ahora trabaja en las oficinas de Arizona.
Aunque otros productos del Tec de Monterrey lograron llegar a campamentos de entrenamiento y equipos de práctica, Cantú es todavía el único que participó en un juego profesional de la NFL. El ex pateador del Tec, Diego González, quien recibió una beca de la Universidad de Colorado y fue titular de los Buffaloes en 2016, podría haber sido el siguiente candidato. Pero sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que le cortó su temporada, en el tercer juego de la campaña.
"Los buscadores de talentos están comenzando a observar a jugadores mexicanos", dijo Salazar. "Nuestros muchachos se están poniendo más grandes, rápidos y fuertes. Solo necesitan continuar para tener un escenario donde puedan lucirse".
Diego González tuvo que ser suplente durante un año después de ser transferido de Monterrey a Colorado en 2013. Eso resalta otra de las barreras que separa a México de los mejores equipos universitarios de EE.UU. y niveles siguientes: la intrincada red de reglas de elegibilidad.
"Existe una grave falta de información" afirmó Lamothe. "Los padres, los entrenadores, los mismos jugadores; ninguno de ellos sabe lo que es necesario para ser elegible para la NCAA. Es muy riguroso".
UNA LIGA PROPIA
El Tec de Monterrey ha hecho mucho más que dominar el fútbol americano de México sobre el emparrillado: ha cambiado completamente el panorama del deporte fuera de él. En 2008, había rumores de que la mayoría de las universidades públicas, desanimadas por la imposibilidad de reclutar talentos compitiendo con las universidades privadas como el Tec de Monterrey, querían desafiliarse de ONEFA, primera liga universitaria del país y la institución mexicana más semejante a la NCAA.
Después de la temporada de 2008 --una que aportó otro título para los Borregos-- los campus principal y satélites del Tec de Monterrey les ganaron la delantera a las universidades públicas al desafiliarse de ONEFA y formar una nueva liga para universidades privadas, CONADEIP, que debutó en 2010. La división sigue en la actualidad, aunque los rivales locales a menudo organizan juegos entre conferencias para mantener viva la vieja llama.
"Estamos tratando de unificar. Eso es algo que yo he deseado y pedido desde entonces [entrenando en ONEFA]," dijo Altamirano. El blindaje del Tec de Monterrey no ha sido tan impenetrable desde que Frank González se retiró después de que el equipo obtuviera el campeonato de 2012. Los Borregos perdieron el campeonato siguiente, en 2013, y no llegaron a la final en 2014, pero se recuperaron para ganar el título de la CONADEIP el año pasado.
Sin embargo, en esta temporada, el Tec de Monterrey se ha enfrentado a vicisitudes tanto dentro como fuera del campo de juego. Cuando Altamirano asumió a mediados de temporada, se convirtió en el tercer entrenador jefe de la era post-González. Los Borregos ganaron sus dos juegos finales para terminar la temporada regular con 6-4, terceros en su división.
Comenzarán las eliminatorias el sábado.
"Sabemos que los fanáticos no están acostumbrados [una temporada por debajo del par], pero tenemos que dar crédito a los rivales, también" dijo Altamirano. "Hay algunos equipos muy buenos en esta liga".
Y, posiblemente, ese es el mayor reto para el futuro. El esquema de Monterrey está siendo replicado con éxito en todo el país. Eso significa que los próximos jugadores que logren pasar de México a la NCAA o NFL, podrían provenir de otro programa.
"Es claro que los equipos de los Estados Unidos van a estar buscando en otros lugares", advierte Salazar.
A pesar de potenciales cambios en la historia que podrían marcar el fin de su prolongada supremacía, El Tec de Monterrey será siempre recordado como la cuna del fútbol americano universitario de exportación en México, y el impacto de esta institución en el deporte es probablemente una de las razones por las que la NFL está volviendo al país más de una década después de su última visita.