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La Ofensiva en Serie de Raúl Allegre a la conclusión de la Semana 15

Faltan dos semanas para el final de la temporada 2016-17 de la NFL y quedan ocho boletos disponibles para el torneo final. A diferencia de otros años, cuando en la Semana 13 o 14 había equipos ya habían amarrado títulos de división o por lo menos un pase, este año varias decisiones podrían decidirse en el último partido. Sólo New England y Seattle han ganado sus divisiones. Dallas y Raiders ya tienen su pase, pero buscan también sus respectivos títulos y por lo menos una semana de descanso.

En un lapso de 24 horas, tres equipos pasaron de estar en la pretemporada a esperar ayuda de otros para poder calificar. Antes de la Semana 15, Tampa Bay era el segundo comodín de la Nacional. Le cedió el puesto a Washington cuando perdió contra Dallas y Washington a Green Bay al caer ante Carolina. Denver corre el riesgo de ser el siguiente campeón de Super Bowl que quede fuera de la pretemporada desde Baltimore en 2013, año en que sólo un semifinalista, los Pats, pudieron volver a calificar. Si quedan fuera los Broncos, tendríamos otra vez a tres semifinalistas eliminados un año después.

Ha sido un año frustrante para Carolina. Son muchos factores los que se han conjugado para propiciar la debacle de este equipo que ganó 17 juegos en 2015. La principal es el desempeño de Cam Newton, quien antes del "Monday Night Football", no había completado ni siquiera el 50 por ciento de sus pases en cuatro partidos consecutivos. Contra Washington logró el 57 por ciento, pero tuvo dos pases de TD y 300 yardas.

Es el momento de aceptar que Cam nunca va a ser un pasador de alta eficiencia. El valor que le da a su equipo es con la profundidad de sus pases y con la dimensión extra de corredor, a pesar que contra Washington no haya tenido ningún acarreo, resultado de varias lesiones que lo aquejan.

Otro factor que influyó en el derrumbe de las Panteras fue la defensiva de pase. La decisión de rescindir la etiqueta de franquicia a Josh Norman causó revuelo y afectó negativamente a la potente defensiva de Ron Rivera. Fue uno de tres titulares la mayoría de la temporada que no regresaron en 2016. Los otros dos fueron Charles Tillman, quien no jugó en el Super Bowl, y Roman Harper. David Gettleman, el gerente general, optó por no hipotecar el futuro de su equipo y apostó en tres esquineros novatos seleccionados en la segunda, tercer y cuarta rondas. James Bradbury (segunda) y Daryl Worley (tercera) han sido titulares desde la Semana 8 y poco a poco han ido mejorando.

Los fans olvidan que le tomó TRES años a Josh Norman convertirse en un esquinero estelar y consistente. Este par va por buen camino. El lunes contribuyeron para que Kirk Cousins, el mejor QB de la NFL en las últimas seis semanas, no tuviera pase de TD. En 2014, las Panteras cerraron la temporada con cuatro victorias. Ese final de temporada cimbró los cimientos de la campaña que tuvieron en 2015. No descarto dos victorias de Carolina en las próximas dos semanas.

Hablando de Cousins, su pobre desempeño en un partido crucial, bajo las candilejas de un lunes por la noche, le podría costar muchos dólare$$$ y ni digamos alicaídos peso$$$. Washington gana con ofensiva. No pueden depender de una defensiva que tiene a sólo dos jugadores capaces de cambiar el rumbo de un partido: Ryan Kerrigan y Josh Norman. Los siete frontales son flojos y con la excepción de Norman, la defensiva de pase no tiene idea de cómo defender ofensivas de pase relativamente simples como la de Carolina. Con el peso del partido en sus hombros, Cousins se quedó corto. En marzo le ofrecieron un contrato de 16 millones de dólares. Quería 20. Será interesante ver si lo vuelven a designar como jugador franquicia a un costo de 24 millones en 2017, o llegan a un acuerdo por un contrato a largo plazo con una cifra más modesta. De no calificar, y ahora se ve difícil porque necesitan ayuda, perdería la posición favorable que parecía hubiera tenido en las negociaciones. Su mejor opción es permanecer en Washington, en un esquema que conoce y con un buen elenco a su alrededor.

Pocos son los QBs que tienen éxito en un equipo y lo repiten en otro como agentes libres. Algunos ejemplos son Rich Gannon, Mark Brunnell, Trent Green, Brett Favre, Kurt Warner y Peyton Manning. Favre, Warner y Manning eran estrellas reconocidas cuando llegaron a sus equipos nuevos. Recientemente hemos tenido los ejemplos de Matt Flynn y este año de Brock Osweiler.

Voy a defender a Osweiler. Firmó un contrato por un total de 72 millones de dólares, de los cuales 37 millones fueron garantizados. Después de dos años, dejarlo ir tendría un impacto de sólo 6 millones en la nómina, de acuerdo a OverTheCap.com. Este año su impacto es de sólo 12 millones de dólares y el siguiente sería de 19 millones. Así que todos los que se encandilan con la cifra de 72 millones, R-E-L-A-X, como diría Aaron Rodgers.

Brock llegó del esquema de Gary Kubiak al de Bill O'Brien, que es el mismo que usan los Pats. Es un sistema sumamente complicado. En la CDMX, en una plática previa al partido contra Raiders, Brock comentaba que había muchas áreas grises en la ofensiva que todavía no dominaba y que no sentía que estaba compaginado ("in sync") con sus receptores. En ese esquema eso toma tiempo. Tom Savage, quien está en su tercer año con O'Brien, lo domina a la perfección. En este momento lo mejor para el equipo, y para Brock aunque sea un trago amargo, era que lo mandaran a la banca. La verdadera prueba la tendrá en 2017, cuando ya haya asimilado el sistema y haya tenido tiempo de trabajar con sus compañeros. Queda por ver si Savage puede sacar adelante a una ofensiva que no ha complementado a una excelente defensa.

Hablando de defensivas, la que ha jugado mejor recientemente es, sin lugar a dudas, la de los Gigantes. Jerry Reese, el gerente general, salvó su trabajo por un año, al contratar a Damon Harrison, Olivier Vernon, Janoris Jenkins y Keenan Robinson. Harrison es, debatiblemente, el mejor tackle defensivo o tackle nariz, en contra del juego por tierra en la NFL. Equipos han tenido dificultades corriendo contra los Gigantes recientemente, incluyendo Pittsburgh y Dallas, con dos de los mejores corredores en la liga. Ambos superaron las 100 yardas por tierra contra Gigantes, pero no dominaron la línea de golpeo ni el flujo del partido. En ambos juegos terminaron con más pases que acarreos a pesar de estar entre los cinco mejores equipos corriendo con el balón. La línea ofensiva de los Gigantes está entre las peores de la NFL. Esto les podría costar caro ahora que visitan a Philadelphia y Washington. En el frío es difícil lanzar con efectividad semana tras semana.

Alguien que sí puede lanzar en el frío es Aaron Rodgers. Después de que muchos (yo no) descartaban las posibilidades de calificar de Green Bay en 2016, se encuentran como el segundo comodín y en control de su propio destino para ganar su división. A pesar de un tirón en la pantorrilla, no tan severo como el de 2014, Rodgers está volviendo a ser Rodgers. En gran parte se debe a que Jordy Nelson está volviendo a ser Jordy Nelson, la amenaza profunda que afloja a las defensivas rivales. Davante Adams está sido la revelación que esperaban cuando lo seleccionaron con la segunda ronda de 2014. Pero quizás le decisión más productiva fue usar a Ty Montgomery como corredor. Lo hicieron por necesidad debido a las lesiones de Eddie Lacy, quien quedó fuera el resto del año y James Starks, que ha faltado a partidos. Montgomery promedia 6.5 yardas por acarreo con tres TDs. La defensiva no acaba de convencer, especialmente después que permitieron 17 puntos a Chicago en el último cuarto del partido.

Finalmente, no podía terminar la nota sin hablar del tema del año y es Dak Prescott. La semana pasada escribí acerca de los problemas que tuvo frente a los Gigantes y de cómo respondería a la adversidad. La respuesta fue un desempeño en el que completó 32 pases en 36 intentos. Dak demostró el carácter y temperamento de un triunfador. Mucho ayudó un plan ofensivo más favorable a sus facultades y el hecho de que Dallas dominó por tierra. Pero Dak no es un producto terminado. Está en proceso de desarrollo. Es indispensable para su éxito que Ezekiel Elliott tenga un gran día, y no me refiero a partidos de 110 a 120 yardas que son buenos, pero que no se comparan con las 169 yardas y dos TD que tuvo contra Tampa Bay.

Dak se ha ganado a pulso el derecho de ser titular. Ha remontado marcadores en lugares inhóspitos y en situaciones complicadas, pero no está listo todavía para dominar un partido en el que su ataque terrestre sea contenido, como sucedió en las dos derrotas de Dallas contra NYG. Esta situación se dará en postemporada, y Jason Garrett tendrá que decidir si juega o no Tony Romo si el resultado llega a estar de por medio. No es el momento de alinear a Romo, pero es un lujo tenerlo disponible si el momento lo amerita.