Un año nuevo siempre llega con abundancia de esperanza y buenos deseos, con la intención de reparar fallas y emprender nuevos caminos. Después de doce meses de lucha acompañados de satisfacciones y frustraciones, es costumbre hacer un recuento de los resultados logrados y las metas que quedan por completar.
Personalmente, empiezo el 2017 en una posición más cómoda que como comencé el 2016, cuando el orgullo personal y la autoestima estaban algo resentidos con mis predicciones para el Super Bowl 50. Ni Philadelphia ni Baltimore calificaron a postemporada hace un año, prueba fidedigna que nadie está exento a los "lapsos brutus" en esta vida. Por lo menos este enero, mis favoritos de septiembre: Kansas City y Seattle figuran entre los últimos doce.
De contar los Jefes con el regreso de Jamaal Charles y Justin Houston, podrían dar la sorpresa. La situación en Seattle se volvió más complicada con la lesión de Earl Thomas en la Semana 13 contra Carolina. La baja de Thomas les costó ser la defensiva más hermética en la NFL, mérito que habían logrado en cuatro años consecutivos. Con Thomas en la alineación eran la que menos puntos permitía. Sin él, cayeron al tercer lugar cediendo el primer puesto a la defensiva de New England.
En septiembre pronostiqué a siete de los doce clasificados: Seattle, Green Bay, NYG, Kansas City, New England, Pittsburgh y Houston. No anticipé la gran temporada que tendrían Oakland, Dallas y Atlanta. Tenía a los Raiders y Miami cerca, pero no adentro de la postemporada. Sinceramente, a Detroit jamás lo consideré. Aun adentro, todo parece indicar que su clasificación fue más resultado de un calendario flojo, que de ser un equipo sólido. Enfrentaron a tres equipos que están en playoffs para finalizar esta temporada y perdieron cada uno de esos partidos.
Lo de Dallas y Atlanta fue una sorpresa agradable. Hace semanas alguien me mandó un mensaje por Twitter aludiendo que había anticipado la gran temporada de Dallas desde el draft cuando vio que habían seleccionado a Ezekiel Elliott y a Dak Prescott. Ni hablar, pero ni los mismos entrenadores de Dallas estaban planeando usar a Prescott este año. Fue una serie de sucesos lo que dio pie a que se convirtiera en titular empezando con la lesión de Kellen Moore a inicios de pretemporada y la baja de Tony Romo. La defensiva que empezaba el año con tres jugadores importantes suspendidos jugó mejor de lo anticipado, lo cual es un gran mérito de Rod Marinelli.
Atlanta se derrumbó en 2015, después de haber comenzado con marca de 5-0. Había tensión entre Kyle Shanahan, el coordinador ofensivo, y Matt Ryan. Me tocó narrar el partido contra Miami en pretemporada y parecía que las diferencias entre Ryan y Shanahan serían aún peores en 2016. Ese día Ryan completó sólo 12 pases de 22 intentos sin touchdown y con una intercepción. Después de esa exhibición tan pobre perdí las esperanzas en los Halcones. Además, empezaron la temporada regular perdiendo contra Tampa Bay en casa, pero de ahí en adelante, mejoraron semana tras semana, principalmente a la defensiva.
Como siempre, el final del año trajo los despidos obligados de entrenadores. Este año ni siquiera esperaron al "Lunes Negro". Fuera de comisión quedaron Gus Bradley y Rex Ryan antes de la última semana y el domingo se anunciaron los despidos de Chip Kelly en San Francisco, Mike McCoy en San Diego y el retiro por cuestión de salud de Gary Kubiak. San Francisco también despidió a Trent Baalke quien empezó a cavar su propia tumba cuando forzó la salida de Jim Harbaugh en 2015.
Fans de los 49’s ya olvidaron que Baalke fue el arquitecto de los trabucos de 2011 a 2013. Jed York, el dueño del equipo, quiere hacer borrón y cuenta nueva con gerente general y entrenador en jefe nuevos. Me pregunto si Chip Kelly tendrá otra oportunidad más en la NFL. En San Francisco tuvo peor temporada que Jim Tomsula, pero tenía una situación imposible con Colin Kaepernick y Blaine Gabbert. Kaepernick fue una distracción en el equipo con sus protestas contra la violencia de la policía, pero demostró su hipocresía cuando reveló que no había votado en las recientes elecciones. Dudo que regrese a San Francisco y que algún otro equipo de la NFL le dé una oportunidad.
Mike McCoy tuvo una situación similar en San Diego a la que tuvo Bill Belichick en Cleveland en 1994. De ninguna manera lo estoy comparando con Belichick, pero pienso que McCoy es buen entrenador en jefe y que además de la inestabilidad por el futuro del equipo, sufrieron baja tras baja a jugadores clave de la ofensiva y la defensiva. Todos los equipos tienen que superar lesiones, pero lo de San Diego fue notable. Todavía espero que ocurra un milagro y de alguna manera los Cargadores sigan en San Diego con un estadio nuevo. Sin duda, es mi sede favorita para el Super Bowl.
No recuerdo un año en el que la decisión para el Jugador Más Valioso haya estado tan cerrada. Se pueden presentar argumentos a favor de varios:
Dak Prescott y/o Ezekiel Elliott: Dallas no habría terminado como el mejor de la conferencia Nacional sin el desempeño de Elliott y Prescott. Lo de Elliott se esperaba, sobre todo jugando detrás de una gran línea ofensiva, pero esa misma línea ofensiva no ayudó de la misma manera a los corredores de Dallas en 2015. Hay precedentes de jugadores que compartieron la designación de Jugador Más Valioso en el pasado. Tanto Elliott como Prescott tienen las estadísticas y los intangibles para ser considerados, pero de faltar en este momento, uno o ambos, Dallas seguiría siendo un rival complicado con Tony Romo y Darren McFadden.
Matt Ryan: estuvo al frente de la ofensiva más prolífica en puntos de 2016, comandando un ataque balanceado que terminó entre los cinco mejores tanto en yardas por tierra como en yardas por pase. Obviamente resolvió sus diferencias con Kyle Shanahan y no sólo asimiló su esquema, lo perfeccionó.
Derek Carr: hace varias semanas escribí en este espacio que Carr no sólo es un QB élite, sino un talento especial en la posición de QB. La semana pasada comenté que su baja era catastrófica y que los Raiders eran él. El desempeño del domingo ante un equipo mediocre de Denver corroboró mis temores. No veo un solo argumento en contra de su designación como el más valioso de la NFL. Sería un digno ganador.
Aaron Rodgers: por ahí de la Semana 6, las estadísticas personales de Rodgers, y el desempeño del equipo, estaban como diría mi padre "por la calle de la amargura". Se especulaba acerca de la tensión entre Rodgers y Mike McCarthy. No ayudaba el hecho que la defensiva no frenaba ni a los zorros de Tequisquiapan. Como han cambiado las cosas a partir de ese MNF contra Philadelphia. Rodgers tiene 15 pases de TD sin intercepción. El equipo tiene un ataque terrestre respetable con Ty Montgomery que promedia 5.9 yardas por acarreo y Jordy Nelson es otra vez la amenaza en pases profundos que lo caracterizó por años antes de su lesión. Sin Rodgers, los Empacadores habrían peleado con Cleveland y San Francisco la primera selección del draft del 2017.
Tom Brady: el ÚNICO argumento en contra de Brady es que haya faltado a los primeros cuatro partidos de la temporada y que el equipo haya terminado con marca de 3-1 en los partidos en los que estuvo ausente. Para mí, ese argumento cimienta su designación como el Jugador Más Valioso de 2016. La ausencia del equipo no le afectó en lo absoluto y ratificó su grandeza. Para Brady la campaña 2016, empezó con la suspensión impuesta por Roger Goodell debido a su posible participación, nunca comprobada, en el escándalo de los balones desinflados ("Deflategate"). Una vez que declinó no apelar la última decisión de la corte, se mantuvo al margen del equipo entrenando por su cuenta con ex jugadores del equipo. Nunca perdió el enfoque y su motivación creció aún más de lo usual. A su regreso no demostró ninguna baja de rendimiento y mantuvo un nivel óptimo a pesar de perder a Rob Gronkowski, su mejor opción en el juego de pase. Brady impuso otra marca más de la NFL con el mejor cociente de TDs a intercepciones. No tengo voto oficial, pero si lo tuviera, iría a favor de Brady. No me incomodaría en lo absoluto que ganara cualquiera de los candidatos mencionados en este espacio.
Sin más, a disfrutar de los playoffs a partir del sábado.