En los últimos años, hay un grupo de dueños de la NFL que aboga por incrementar el número de equipos que califican a postemporada de 12 a 14. Este esfuerzo existe además del de incrementar el número de partidos de 16 a 18. Dados los resultados en la Ronda de Comodines, es duramente obvio que el producto que presenta la NFL hoy en día está altamente diluido.
Cierto que en algunas ocasiones varios equipos han ganado el Super Bowl jugando en la Semana de Comodines, pero la realidad que vimos el pasado fin de semana fue otra. Los cuatro partidos estaban decididos al cierre del tercer cuarto. El atenuante principal que mermó a los equipos que fueron eliminados fueron las lesiones, pero las lesiones son producto del desgaste físico que ya tienen los jugadores de la NFL con una temporada de 16 partidos. Oakland fue otro equipo sin Derek Carr. Detroit no ha sido el mismo desde la fractura del dedo de Matthew Stafford, y Miami jugó con tres bajas importantes en la defensiva secundaria y sin su centro de Pro Bowl. Todos los equipos sufren lesiones. Los mejores armados y mejor entrenados se sobre ponen a ellas. En el caso de los Gigantes, simplemente no les alcanzó con tener una buena defensiva. La ofensiva y los equipos especiales los hundieron en Lambeau.
De los eliminados, veo un regreso a la década de los 70s en dos de ellos. Oakland y Miami fueron franquicias que calificaban seguido a postemporada en esos años. Miami llegó al Super Bowl tres años seguidos en los 70s ganando dos veces. Oakland ganó un campeonato y estuvo cerca de varios más. Ambos parecen tener los componentes necesarios para volver a primer plano. A ellos se les unirán Dallas y Pittsburgh y nos remontaremos a la mejor era deportiva que me ha tocado ver.
Los que siguen esta nota ya saben mi admiración y respeto por Derek Carr. Antes de Carr los Raiders eran una franquicia mediocre y ya vimos como terminaron cuando no estuvo presente. No sólo es su calidad de QB. Es también su influencia y liderazgo en todos los aspectos del equipo, el impacto que tiene con los entrenadores y sobre todo, su pasión por ganar. Terminó apenas su tercer año en la NFL. Los Raiders excedieron las expectativas, por lo menos las mías. En mi evaluación previa a la temporada los tenía con marca ganadora, pero no en playoffs debido a su defensiva. El enfoque de su Reggie McKenzie, su gerente general seguramente será reforzar el centro de la línea defensiva a través de la agencia libre o del draft.
El caso de Miami es más complejo. Parecen haber encontrado a un excelente entrenador en jefe en Adam Gase. Durante el partido relaté cómo su trayectoria es similar a la que tuvo Bill Belichick. Es difícil dar detalles durante el partido. En una nota publicada por Dave Hyde del South Florida Sentinel, el autor describe cómo Gase, en preparatoria en el estado de Michigan, era un receptor promedio pero que dejaba jugadas y análisis en el escritorio de su entrenador, Rick Hulkow, el cual las usaba. Dean Pees, coordinador defensivo de Michigan State (MSU), visitó la escuela y Hulkow le mencionó que Gase asistiría a MSU. Pees, hoy en día coordinador defensivo de Baltimore, le dio su tarjeta personal y le dijo que lo buscara cuando llegara a la universidad. Su primera asignación fue usar el sistema de autoevaluación de Cleveland, equipo en el que Nick Saban fue asistente de Belichick, y que con ese ejemplo, preparar una autoevaluación del equipo de MSU. Al ver un reporte muy completo y detallado, Pees recomienda a Saban, el entrenador en jefe, que Gase podría ser asistente/estudiante del equipo. Así Gase entró en contacto con Saban, uno de sus tres mentores junto con Mike Martz y John Fox. Su primer trabajo en la NFL fue como asistente de scout en Detroit. Belichick llegó a Detroit después de estar un año en Baltimore. Gase, al igual que alguna vez lo hiciera Belichick, trabajó con un salario muy bajo y le pidió a Steve Mariucci, entonces coach de Detroit, ser parte del staff de entrenadores aún sin fuera necesario trabajar gratis. El resto, como dicen, es historia. Al igual que Belichick, Gase se distinguió por su análisis profundo y detallado de sus rivales. La historia de Belichick la pueden leer en “The Education of a Coach” escrito por David Halberstam.
La situación para Gase en Miami es diferente y más complicada que la que tiene Belichick en New England, empezando con que Belichick tiene a uno de los dueños más influyentes y conocedores en la NFL en Robert Kraft. Gase tiene a Stephen Ross que aunque no escatima dinero, no conoce la NFL lo suficiente. Ross alienó a Bill Parcells quien lo consideraba un neófito y a quien nunca le ofreció una extensión de contrato. Ross decidió asesorarse con Mike Tannenbaum quien fue un fracaso como gerente general de los Jets. Tannenbaum es vicepresidente de operaciones. La mayor diferencia entre la situación de Belichick y la de Gase es que Belichick tiene la última palabra en cuestiones de personal. Gase no. Gase podrá dar su opinión, pero quién se queda y quién se va lo decidirán Tannenbaum y Chris Grier, el gerente general. Como dato curioso, en 2000, Belichick despidió a Bobby Grier, director de personal de Pats y padre de Chris, y al mismo Chris, que era scout en New England. Ese año Chris llegó a Miami.
Miami parece tener todo para ser contendiente por años empezando con Gase. Hay dudas todavía sobre si Ryan Tannehill podrá ser QB de nivel élite, pero se comprometieron con él al extenderle su contrato en mayo hasta el 2020. Gase tiene la reputación de ser un gurú de QBs. Todos los que han sido sus pupilos, incluyendo Tim Tebow, han dado resultados. La temporada de Tannehill con Gase fue ligeramente mejor a la que tuvo en 2015. Tannehill faltó a los últimos tres partidos de temporada regular y al juego de playoff al lesionarse contra Arizona. La línea ofensiva, si retienen a los cinco que fueron titulares de la Semana 6 a la Semana 10, podría ser de las mejores de la NFL. Encontraron a su corredor en Jay Ajayi y tiene por lo menos tres receptores peligrosos en Jarvis Landry, DeVante Parker y Kenny Stills. Si Jordan Cameron, quien no ha rendido como lo hizo en Cleveland, recupera su nivel, esta ofensiva tiene el potencial para llegar a ser una de las más potentes en la NFL. La defensiva es otro rollo.
Este fue el primer año como coordinador de Vance Joseph y los resultados no fueron buenos a pesar de tener baluartes como Cameron Wake, quien terminó bien el año después de regresar de una lesión en el tendón de Aquiles en 2015, y Ndamukung Suh, quien en mi opinión es el lastre que podría arruinar el futuro de este equipo.
En 2015, Suh fue el agente libre más codiciado en la NFL. Firmó un acuerdo de seis años por 114 millones de dólares con 60 garantizados. En mayo del presente, reestructuraron el acuerdo para reducir su carga en la nómina de 28.6 millones a 12.6 millones. El impacto de Suh en 2017 será de 19.1 millones de dólares. Este salario exorbitante complicará la capacidad del equipo de traer refuerzos que son necesarios para el equipo. A partir de este año, Suh tiene todavía garantizados 41.285 millones, lo cual hace prácticamente imposible un canje o un despido y otra renegociación es poco probable.
En su primer año en Miami, Suh fue un cáncer en el vestidor. No trabajaba bien con los entrenadores y seguido improvisaba, y de acuerdo a Adam Beasley del Miami Herald, dio un discurso negativo a sus compañeros. Su desempeño en 2015, fue aceptable, pero no dominante. Al llegar Gase al equipo habló con Suh y entablaron una buena comunicación, y de acuerdo a Sebastián Martínez Christensen de ESPN, Suh tiene ahora buena relación con sus compañeros a pesar de no haber participado con ellos en OTAs, que son las prácticas y sesiones voluntarias de acondicionamiento y preparación que tienen los equipos.
Los fans de Miami parecen estar satisfechos, y muchos hasta contentos, con el desempeño de Ndamukung Suh. Tuvo una buena temporada y fue nominado al Pro Bowl, pero no jugó a la altura de un jugador que se supone debe dominar partidos. El efecto de Suh en la defensiva de los Delfines ha pasado desapercibido. De hecho la unidad fue peor que el de 2015, en yardas y puntos permitidos. Suh no tuvo el desempeño de otros tackles defensivos como Damon Harrison de los Gigantes, cuyo impacto en la nómina fue la mitad del de Suh en 2016, Aaron Donald de Los Ángeles, quien está todavía en su contrato de novato, o el de Geno Atkins de Cincinnati, que fue de 9.6 millones. Es justo reconocer que hubo otros factores que influyeron en el mal desempeño de la defensiva de Miami como el bajo rendimiento de sus linebackers y lesiones a varios titulares de la defensiva, pero Suh, aunque cumplió, no estuvo a la altura de los arriba mencionados y cobró mucho más. Juega en una línea con dos jugadores que fueron selecciones de segunda ronda como Jordan Phillips y Andre Branch (en Jacksonville), y un excelente ala defensiva en Cameron Wake. El equipo contrató a Jim Washburn como entrenador de línea para implementar el sistema en el que brillaron Suh en Detroit y Mario Williams en Buffalo. Aun así, fueron la tercera peor defensiva contra el ataque terrestre y no presionaron con consistencia a QBs rivales.
Los que apoyan a Suh argumentan que seguido recibía bloqueos dobles o que equipos lo evitaban corriendo a deslizando protecciones al lado opuesto a él. Lo mismo sucede con jugadores de primer nivel e incluso así dominan. En el partido contra Pittsburgh, David DeCastro se encargó, la mayoría de las jugadas, de neutralizar a Suh de manera personal, y lo hizo con gran éxito. El video del partido no miente. Los jugadores grandes se hacen presentes y se hacen sentir en los partidos importantes. Contra Pittsburgh, Suh no lo hizo.
El hecho de que Adam Gase haya influenciado para que Suh sea mejor compañero es muy positivo. Hacer grupo durante la temporada es bueno. Invitar a compañeros a casa a ver juegos de baloncesto crea buenas relaciones. Habrá que ver cómo se comporta durante el receso de temporada, y si se integra al equipo, o si decide entrenar por su parte otra vez.
Las relaciones estrechas dentro de un equipo, las que perduran toda una vida, y los verdaderos líderes se forjan en los cuartos de pesas y en las campos de entrenamiento donde se sudas y te agotas corriendo sprints con tu gente. La verdadera actitud también sale a relucir cuando el equipo pasa por momentos de adversidad. Quiero ver cómo se comportará Suh si Miami entra en alguna racha de crisis.
La situación en Miami es prometedora, pero nada fácil para Gase. Con un contrato como el de Ndamukung Suh, será más difícil traer buenos refuerzos. Tendrán que tomar medidas drásticas. No descarto que den de baja a Mario Williams para crear 8.5 millones de dólares de espacio, pero ¿será suficiente? Kiko Alonso podría cambiar de posición y tendrían que buscar a un MLB natural, pero de estos no hay muchos disponibles.
Sin una buena defensiva, Miami no tiene esperanzas de ir más lejos de donde llegó en 2016.