MÉXICO -- Dicen que después de la tempestad viene la calma. Hace poco menos de un mes que empezó el período de la agencia libre y como es costumbre, las organizaciones mediocres y sin estrategia procedieron a despilfarrar. En mi nota anterior elaboré acerca de cómo, equipos que hipotecan su futuro con contratos millonarios a agentes libres, raramente logran el objetivo principal --ganar un título.
La fórmula que ha funcionado en los últimos 10 años ha sido obtener a jugadores productivos de bajo costo, ya sea a través del draft, o con agentes libres que no rindieron en su equipo anterior, pero cuyas cualidades van con el sistema del equipo interesado. Los Denver Broncos fueron capaces de comprar un campeonato en el 2015, al haber firmado un año antes a DeMarcus Ware, Aqib Talib y a T.J. Ward, para complementar las contratación de Peyton Manning en el 2012. Como dicen en Estados Unidos, Denver fue la excepción, no la regla, y pasó un año hasta que los jugadores firmados marcaran la diferencia.
En el período actual de la agencia libre, los agentes libres de más renombre y calidad fueron etiquetados como jugadores franquicia: Le'Veon Bell con los Pittsburgh Steelers, Melvin Ingram (Los Angeles Chargers), Kirk Cousins (Washington Redskins), Jason Pierre-Paul (New York Giants), Kawann Short (Carolina Panthers) y Chandler Jones (Arizona Cardinals). Otro de primer nivel, Eric Berry, extendió su contrato por seis años con los Kansas City Chiefs. Al no estar disponibles estos jugadores, el mercado no tuvo el mismo interés de otros años. Algunos jugadores de impacto cambiaron de equipo --A.J. Bouye de los Houston Texans y Calais Campbell de los Arizona Cardinals firmaron con los Jaguars de Londres y DeSean Jackson llegó a reforzar el juego de pase de los Tampa Bay Buccaneers. Bouye y Jalen Ramsey podrían formar la mejor mancuerna de esquineros en la NFL si juegan al nivel de sus expectativas. Todavía falta un tercer esquinero que no desentone. En la NFL de hoy en día, el tercer esquinero, ese que marca al receptor interno, es tan o aún más importante que los que se alinean por afuera.
Un caso que será interesante seguir es el de Mike Glennon, suplente en Tampa Bay, quien firmó un contrato de tres años con los Chicago Bears. El impacto en la nómina que tendrá Glennon no es grosero: 14 millones de dólares en el 2017, 16 millones en el 2018, y 15 millones en el 2019, y tendrá la oportunidad que no tuvo en Tampa Bay, pero la historia no está a su favor. Muchos mariscales de campo suplentes que han firmado como agentes libres con equipos diferentes han sido fracasos rotundos. Los ejemplos más recientes fueron Brock Osweiler y Matt Flynn, ambos jugadores que brillaron cuando entraron de relevo, Osweiler con Denver en el 2015, y Flynn con los Green Bay Packers en el 2011.
Brock firmó con los Houston Texans y Flynn con los Seattle Seahawks. Ninguno funcionó. Brock espera revivir su carrera con los Cleveland Browns. En realidad, pocos han brillado a lo largo de los años: Jeff Hostetler con Los Angeles/Oakland Oakland Raiders es un ejemplo, pero fue titular con los New York Giants en 1991-92. Brett Favre y Steve Young fueron suplentes que llegaron al Salón de la Fama con otros equipos, pero ambos llegaron a Green Bay y San Francisco 49ers respectivamente a través de canjes. Rich Gannon llegó a ser el Jugador Más Valioso de la NFL en el 2002, pero había sido titular con Minnesota Vikings, Washington y Kansas City antes. La realidad es que equipos de la NFL no suelen desprenderse de jugadores que consideran valiosos, mucho menos de mariscales de campo.
Todavía hay jugadores de renombre disponibles. Adrian Peterson es posiblemente un futuro miembro del Salón de la Fama de la NFL. No ha sido un corredor que se pueda considerar completo. No bloquea bien en protección de pase y nunca ha sido buen receptor, pero antes de sus lesiones en el 2016, era una fuerza avasalladora corriendo con el balón. Esta semana estuvo de visita con los New England Patriots. Queda por ver si acepta el "Patriot Way", que consiste en tener un papel específico y en muchas ocasiones sacrificarse por el equipo. Peterson tomaría el lugar de LeGarrette Blount, quien anotó 18 touchdowns en acarreos en una ofensiva netamente pasadora. En el sistema de los Pats, un jugador diferente tiende a ser protagonista de acuerdo al plan de juego diseñado para atacar al rival. En los playoffs recientes vimos a Dion Lewis anotar tres touchdowns contra Houston, a Chris Hogan completar nueve pases para 180 yardas con 2 anotaciones en el Juego de Campeonato de la AFC contra Pittsburgh y a James White, anotar tres touchdowns y una conversión clave de dos puntos en el Super Bowl.
¿Aceptaría Peterson ser espectador en algunos partidos a cambio de ganar un anillo? ¿Aceptaría un salario menor al que piensa que es el justo? Lo dudo. Cuando Adrian Peterson brilló, lo hizo en un sistema en el cual ÉL, era el enfoque de la ofensiva. Contaba con una buena línea ofensiva y el mejor fullback de la liga en Tony Richardson. Pocos equipos usan bien al fullback hoy en día en la NFL. Uno de ellos es Oakland con Jamize Olawale. Otro que lo usará será San Francisco, quien firmó al mejor de la NFL en Kyle Juszczyk (que alguien le regale otra vocal por favor), los equipos de Kyle Shanahan siempre han corrido bien. Houston con Jay Proschpodría ser otra posibilidad. Peterson creció en Palestine, Texas, a sólo dos horas y media al norte de Houston.
Al igual que Peterson, Jamaal Charles es otra posibilidad intrigante. También ha sufrido lesiones en años recientes, pero cuando ha estado disponible, ha sido un jugador explosivo capaz de anotar en cada jugada. A diferencia de Peterson, Charles es un excelente receptor y gran bloqueador. Su estilo de juego va más con los sistemas ofensivos que se usan en la NFL. Algún equipo arriesgará a firmarlo. Green Bay no suele firmar agentes libres, pero su estilo ofensivo sería ideal para Jamaal. Ty Montgomery, quien fue convertido a corredor por necesidad en 2016, será el titular. Otras posibilidades para Charles son Indianapolis Colts, Broncos, Giants y New Orleans Saints.
Hablando de los Raiders, no acabo de digerir el hecho que se llamarán los Raiders de Las Vegas o Las Vegas Raiders. Vaya situación tan incómoda para el equipo y sobro todo para sus aficionados. Es como pedir un divorcio sólo para seguir viviendo y exigiendo derechos al cónyuge. ¿Seguirán yendo los fans al hoyo negro? ¿Apoyarán con la misma pasión a su equipo cuando jueguen en casa? Pocos grupos de aficionados son tan leales y apasionados como los fans de Raiders.
Dudo que el equipo tenga ese apoyo cuando emigren a Las Vegas, y no veo cómo, después de una puñalada trapera como la que recién dio Mark Davis, los vayan a apoyar los próximos dos o tres años en Oakland. Es una gran pena, porque si veo a un equipo con posibilidades de desbancar a los Pats es el de los Raiders. Derek Carr es la próxima gran estrella de la NFL. Es sin lugar a dudas un mariscal de campo élite que apenas estará en su cuarto año en la liga. Tienen un roster joven con estrellas como Khalil Mack y Amari Cooper. Tienen espacio de sobra en la nómina en el 2017 y 2018 para reforzarse aún más. Les falta un buen corredor, pero este draft está repleto de excelentes prospectos. Recuerdo cómo se desmoronó anímicamente el equipo de Cleveland en 1995 tan pronto se anunció que se mudarían a Baltimore.
Hace un año un equipo que se perfilaba como serio candidato a representar a la NFC en el Super Bowl era Minnesota. En un período de sólo días perdieron a su mariscal de campo titular, Teddy Bridgewater, y a su tackle izquierdo Matt Kalil. Peterson sufrió otra lesión en la rodilla y sólo participó en tres partidos. El lunes se publicó que la carrera de Sharrif Floyd, su joven y brillante tackle defensivo quien también se lesionó a principios de 2016, corre peligro debido a daño en un nervio en la rodilla. Para compensar la baja de Bridgewater cedieron su primera en el 2017, y su cuarta selección del 2018.
La idea de obtener a Sam Bradford era ganar en el 2017. Bradford fue mediocre. No calificaron a postemporada y Norv Turner, su exitoso coordinador ofensivo, renunció durante la temporada. Firmaron a Latavius Murray para tomar el lugar de Adrian Peterson, algo así como Trevor Siemian tomando el lugar de Peyton Manning. Llegan Mike Remmers y Riley Reiff como tackles a reforzar a una de las líneas ofensivas más flojas de la liga. La defensiva sigue siendo muy buen nivel, pero los Vikings son un ejemplo de qué tan rápido puede cambiar el rumbo de un equipo.
Finalmente, dos mariscales de campo mencionaron que han contemplado sus respectivos retiros de la NFL, Ben Roethlisberger y Tony Romo. En el caso de Big Ben sería un evento catastrófico para Pittsburgh quien no tiene un suplente ni siquiera de nivel promedio para tomar su lugar. Busqué noticias recientes sobre la situación de Ben y no hay nada que confirme su regreso o su retiro. Asumo que antes del draft, el equipo le exigirá una decisión. El caso de Romo lo evalué en la nota anterior y el 24 de marzo en SportsCenter. Se anunció que Dallas lo daría de baja, pero siempre tuve mis dudas al respecto debido al tremendo impacto que tendría en la nómina de los Cowboys despedirlo ANTES del 1° de junio.
Tony representaría cerca de 19 millones en la nómina como salario muerto con sólo 5 millones de ahorro. Los números cambiarían a 10.7 millones de impacto y un ahorro de 14 millones si lo despiden DESPUÉS del 1° de junio. Jerry Jones quiere mucho a Tony, pero no tanto. Dudo mucho que Dallas lo despida antes del 1° de junio. De ahí el comentario de Jerry de que el caso se resolvería antes del inicio de la pretemporada. Otros equipos tienen ya permiso de hablar con Tony y con su agente, pero sería ilógico de Dallas tomar una decisión antes de junio.
Si Tony se retira antes del 1° de junio, le daría cachetada con guante blanco a Jerry ya que el impacto sería el mismo en la nómina. ¿Lo hará? Hay rumores de que ya tiene ofertas para ser analista de televisión.
Nota del editor: Esta columna se redactó antes de darse a conocer el retiro de Tony Romo.