La primera definición de “consistencia” de la Real Academia Española de la Lengua nos da tres palabras: “duración, estabilidad y solidez”; la segunda: “coherencia entre los elementos de un conjunto”. Después de tres jornadas de la Temporada 2017-18, no encuentro muchos equipos que demuestren "duración, estabilidad y solidez", ni mucho menos "coherencia entre los elementos de un conjunto".
Es evidente que la mayoría de los equipos están todavía en un período de gestación, resultado de la falta de actividad durante la pretemporada. Entiendo y respeto el razonamiento de los entrenadores en jefe de no querer exponer a titulares frente a muchos agentes libres y novatos que quieren ganarse una reputación golpeando, legal o ilegalmente, a estrellas de la NFL. Lo vimos con los Gigantes con las lesiones sufridas por Odell Beckham Jr. y Brandon Marshall, quienes se lesionaron en pretemporada.
Apenas, ante Philadelphia, ambos empezaron a mostrar señales de que pueden ser factor. Pero las lesiones, por duras que son, pueden traer algo positivo. Kansas City perdió a su corredor titular, Spencer Ware, en el tercer partido de pretemporada y decidieron usar a Kareem Hunt. Después de tres semanas, Hunt es líder de la NFL en yardas por tierra, yardas totales y está empatado con Todd Gurley en touchdowns con seis.
Las lesiones son parte del juego y los gerentes generales y entrenadores en jefe no deben ser pusilánimes. Soy de los pocos que abogan por mantener la pretemporada. Pienso que los equipos que arriesguen, porque definitivamente hay riesgo, a jugadores en esas semanas, van a llegar a la temporada regular con una ventaja competitiva.
Lo más evidente en la consistencia, o falta de ella, es el nivel de juego de las líneas ofensivas. Es debatiblemente la unidad que requiere más trabajo y coordinación en el fútbol americano. La comúnmente designada como la mejor línea ofensiva de la NFL, la de Dallas, ha mostrado inconsistencia, y eso se ha visto reflejado en los resultados de las primeras semanas. Los equipos cuyas líneas ofensivas están jugando mejor son, simple y sencillamente, líderes de sus respectivas divisiones.
Empecemos con la que en este momento considero la mejor línea ofensiva de la NFL. No está en Dallas. Está en Tennessee. Quizás individualmente los Vaqueros tengan a tres exponentes en Tyron Smith, Travis Frederick y Zack Martin que son jugadores de Pro Bowl, y posiblemente los mejores en sus respectivas posiciones. Pero el desempeño de una línea se refleja en su trabajo en equipo. Los Titanes son el segundo mejor equipo en la NFL corriendo con el balón y han permitido sólo dos capturas. En porcentaje de capturas por jugadas de pase son el mejor grupo en la NFL. Abrieron la temporada perdiendo contra Raiders. Luego dominaron al esquizofrénico Jacksonville y el domingo derrotaron convincentemente a Seattle sumando 195 yardas por tierra. A Tennessee le falta una mejor defensiva, en particular en el juego de pase, pero una buena línea ofensiva contrarresta este tipo de males. Este domingo tendrán una prueba de fuego cuando enfrenten a Houston, cuyos siete frontales incluyen a J.J. Watt, Jadeveon Clowney y Whitney Mercilus.
En Kansas City y en Washington han tenido continuidad en esta unidad. Los cinco titulares en Washington regresan intactos, y cuatro de ellos están en su tercer año juntos. Tienen además al mejor coach de línea en la NFL en Bill Callahan. Dominaron la línea de golpeo contra Oakland controlando el tiempo de posesión 38 minutos. El equipo no ha corrido con consistencia debido principalmente a lesiones de Rob Kelley y Samaje Perine. Chris Thompson ha sido productivo en relevo y en situaciones especiales, pero no tiene la constitución física para asumir el papel principal de corredor. Las estadísticas generales del equipo no reflejan el excelente nivel de esta unidad.
Kansas City sufrió la baja de su centro Mitch Morse, en el partido contra Philadelphia. La protección a Alex Smith vino a menos desde entonces, pero han podido mantener un ataque terrestre que es el mejor de la NFL con Kareem Hunt. El año pasado, los Jefes fueron mi candidato a representar a la AFC en el Super Bowl. Los que siguen este espacio, recordarán que califiqué esa predicción con base al regreso de Jamaal Charles a su nivel anterior. Charles regresó sin estar al 100 por ciento y sufrió otra lesión. Lo que están haciendo ahora con Hunt en el lugar de Charles era lo que había anticipado hace un año. Ha sido, sin lugar a dudas, el único equipo consistente en la NFL hasta el momento.
Atlanta también tiene marca 3-0, pero estuvieron a punto de perder los dos partidos que jugaron como visitante ante Chicago y Detroit en la última jugada del encuentro.
Otros cuyas líneas ofensivas están tomando forma y habrá que seguir de cerca son Philadelphia, Denver y Chicago. Las Águilas no tienen a un corredor dominante, pero sí a varios que han contribuido como son LeGarrette Blount, Wendell Smallwood y Corey Clement. Su filosofía ofensiva es lanzar, pero no hay que descartar su capacidad de jugar por tierra.
Contra Buffalo vimos a un Jamaal Charles muy cerca del nivel de sus mejores años. Me sorprendió un plan de juego que incluyó 40 pases de Trevor Siemian cuando tienen a dos corredores dinámicos. A diferencia de Washington y Kansas City, Denver tiene a tres jugadores nuevos en su línea.
Chicago sorprendió a un Pittsburgh que tiene marca 2-1, pero que no ha jugado al nivel del que son capaces. Los Osos pelearon hasta el final contra Atlanta. Con Jordan Howard y una línea que quizás no tiene grandes estrellas, pero que da resultados, podrían ser un hueso duro de roer.
¿Y Dallas, se preguntarán? Quizás vuelvan a tomar su lugar como la mejor de la liga, pero hasta el momento su desempeño ha dejado mucho que desear. Dallas ganó su juego contra Arizona por el gran partido que tuvo Dak Prescott. Zeke Elliott tuvo una escapada de 30 yardas y un touchdown en un acarreo de 8 yardas, pero no ha sido el jugador que vimos en 2016. En parte se debe al plan de juego que ha enfatizado más los pases, pero también a una línea que ha quedado a deber.
Pasando a otro tema, hubo varios detalles que me llamaron la atención en la tercera semana.
Empecemos con las derrotas de los cuatro equipos de la División Norte de la Americana. No sorprenden las derrotas de Cleveland frente a Indy y de Cincinnati ante Green Bay, aunque Cincinnati le dio pelea a un mermado Green Bay, pero ¿la paliza que recibió Baltimore frente a Jacksonville y la ya citada derrota de Pittsburgh contra Chicago?
La semana pasada mencioné que no me convencían del todo los inicios de Pittsburgh y Baltimore. Los Acereros tienen supuestamente la segunda mejor defensiva de pase, pero esto se debe a su pésima defensiva terrestre. Equipos no lanzan mucho contra ellos. Chicago sumó 220 yardas por tierra. El único rival que se pueda considerar como contendiente es Minnesota y en ese partido jugaba Case Keenum por primera vez como titular de los Vikingos. No me convence todavía la defensiva de pase de los Acereros al no haber enfrentado todavía a un buen equipo pasador. Ahora tengo dudas sobre su defensiva terrestre.
Es posible que a Baltimore le haya afectado más de la cuenta el viaje a Londres. Jacksonville ya está acostumbrado a jugar allá y tiene una rutina. Podría ser otro ejemplo de un partido que fue más la excepción que la regla, pero su defensiva, que es la base del equipo, fue dominada por un ataque de Jacksonville que no ha demostrado ser consistente y un quarterback como Blake Bortles que ha sido mediocre. Esta semana reciben a Pittsburgh en un partido que mostrará el nivel más real de ambos.
La sorpresa más grande de esta temporada ha sido el bajo nivel de la defensiva terrestre de Seattle. Permitieron 196 yardas a Tennessee y la semana anterior 159 en sólo 19 acarreos a San Francisco. Tienen el peor promedio de yardas permitidas por acarreo en la NFL. La fórmula que usó Pete Carroll para llegar a dos Super Bowls en años consecutivos y ganar uno fue un ataque terrestre devastador y una defensiva terrestre asfixiante. Hicieron el canje por Sheldon Richardson con Jets lo cual parecía, en teoría, que los haría aún más fuertes. Todavía tienen a Bobby Wagner y a K.J. Wright. No han jugado bien. No han tenido ayuda de su ofensiva y han pagado caro la desventaja en tiempo de posesión. Tampoco ayudó, como fue también el caso de Denver y Oakland, el cambio de horario de viajar del Oeste al Este el pasado fin de semana.
Son apenas tres juegos. Los equipos empezarán a tomar consistencia y mostrar su verdadero nivel a partir de la próxima jornada. Seattle va a mejorar como siempre lo hacen en la segunda mitad de la temporada. Le'Veon Bell volverá a tomar su paso y tendrán a una ofensiva dominante. Por mi parte, ya estoy anticipando el gran partido que nos tocará en el "Monday Night Football" de la Semana 4 cuando Washington visite a Kansas City.
Sin más, ¡rumbo a Minnesota!