Si alguna vez pasan por una casa en construcción, cuando apenas están colocando los cimientos, les llamará la atención lo pequeño que parecen ser el lote, los espacios para sala, comedor, habitaciones, etc. Más tarde, cuando se empiezan a erigir los muros, y al final cuando la casa está completa, la percepción de las dimensiones será muy diferente. Una casa sin cimientos fuertes no sobrevive, aunque en el momento de construirlos no sé aprecie la importancia de su función.
La NFL es similar. A partir del 14 de marzo los equipos empiezan a fijar los cimientos que los llevarán a participar en la postemporada, o a quedar fuera de ella. La importancia de una directiva se refleja más en esta era de la agencia libre en la que los equipos cambian de fisonomía de un año para otro.
En la NFL hay que renovar o morir. Es posible mantener el núcleo de jugadores de un lado del balón. Seattle, por ejemplo, buscó una continuidad defensiva para poder repetir, al igual que lo intentó Denver. Los Patriotas, con Tom Brady, mantienen continuidad ofensiva, pero reconfiguran a su defensiva. El turno es de Philadelphia para tratar de establecer una dinastía que pueda darles más títulos. Por lo visto hasta el momento, no sé están durmiendo en sus laureles.
El arquitecto de las Águilas es Howie Roseman, degradado de puesto por Chip Kelly, quien le quitó la potestad de seleccionar el personal del equipo. Como es del dominio común, el experimento Kelly fracasó después de tres años. Jeffrey Lurie mantuvo a Roseman en la organización y lo restableció como gerente general al salir Kelly. Su responsabilidad fue limpiar una nómina sobrepasada y armar un equipo de campeonato.
En notas pasadas escribí acerca de las maniobras que hicieron posible seleccionar a Carson Wentz con la segunda selección global y rodearlo de talento ofensivo, además de tener debatiblemente la mejor línea ofensiva de la NFL con cuatro jugadores de Pro Bowl. A Nick Foles no le llegaron durante el Super Bowl por eso pudo ejecutar la ofensiva de Doug Pederson a la perfección.
Del lado defensivo, la filosofía de Roseman ha sido armar una línea defensiva que presione a quarterbacks y que frenen el juego por tierra mediante talento y rotación. Hace unos días concretó el canje por Michael Bennett de Seattle para reforzar esta unidad. Roseman también ha buscado, sin éxito, la defensiva de pase. El año pasado hizo un canje por Ron Darby, firmó a Patrick Robinson como agente libre.
Tom Brady hizo lo que quiso contra esta unidad cuando le dieron tiempo para lanzar. Recién acaba de canjear a Torrey Smith, liberando 5 millones de dólares en la nómina, por Daryl Worley de Carolina, posiblemente para que tome el lugar de Robinson. Aún con los canjes recientes, Philadelphia está aproximadamente 10 millones arriba del tope salarial para 2018. Dos jugadores que posiblemente salgan de Philly, por canje, o por despido después del 1 de junio, serán Vinny Curry y Jason Peters. Ambos representan 21.6 millones de dólares en la nómina. Si salen después del 1° de junio, ahorrarían 16 millones. Dudo que haya mercado para Peters porque viene de una lesión seria en la rodilla y su salario es muy alto.
Hablando de directivas que han tenido iniciativa, ninguna como la de los Carneros de Los Angeles. Hasta el momento han completado cuatro canjes con equipos como Kansas City, Miami, Denver, y Gigantes de NY, y no estamos hablando de “pedacería” sino de jugadores de impacto. Marcus Peters, Robert Quinn, y Aqib Talib son jugadores de Pro Bowl, y Alex Ogletree tiene talento para serlo. Con Peters y Talib, Wade Phillips espera tener una defensiva secundaria como la que comandó en Denver. Robert Quinn no rindió como se esperaba en el esquema 3-4 de Phillips ni tampoco Ogletree. Las cualidades de ambos van más con un sistema 4-3 como los que tendrán en Miami y NYG respectivamente, pero el valor obtenido por Quinn, selecciones de tercera y cuarta ronda, y por Ogletree, de cuarta y sexta vuelta, dejan mucho que desear.
Para lograr resultados que se acerquen a los que tuvo en Denver en 2015, Phillips necesita jugadores capaces de presionar al quarterback como lo hicieron en ese entonces Von Miller, DeMarcus Ware, Shane Ray y Shaq Barrett. Ya no tendrán a Trumaine Johnson. Talib y Peters le dan a LA la posibilidad de tener dos esquineros estelares, pero ambos llegan con antecedentes disciplinarios negativos. Equipos no sueltan jugadores de excelente nivel tan fácilmente.
En Cleveland también ha habido mucha actividad, pero me cuesta trabajo entender los objetivos. Fueron por Jarvis Landry, uno de los mejores receptores internos de la liga. Landry mueve las cadenas, pero no es un jugador que le quite el sueño a coordinadores defensivos rivales. El costo por él fue bajo, una selección de cuarta ronda en 2018 y una de sexta en el 2019, más no así la de tercera vuelta que usaron para obtener a Tyrod Taylor.
La llegada de Taylor abre la posibilidad de que vayan por Saquon Barkley con la primera selección global, y usen la N° 4 en uno de los cuatro pasadores mejor clasificados en el draft. Yo habría pensado que alguien como AJ McCarron, a quien buscaron en octubre, les habría dado mejores posibilidades que Taylor. Obtuvieron a Damarious Randall de Green Bay por DeShone Kizer además de intercambiar selecciones de cuarta y quinta ronda. Finalmente, regalaron a Danny Shelton a los Pats por selección de quinta ronda. Shelton no rindió en 2017, y no tuvo la entrega que esperaban de un jugador con su talento, pero Bill Belichick sabe cómo exprimir ese tipo de naranjas.
La mentalidad en Seattle ha sido de borrón y cuenta nueva. Por varios años tuvieron la defensiva N° 1 en puntos permitidos, pero terminaron el 2017 con la N° 13. A la legión en su secundaria le hicieron “boom” con el despido de Richard Sherman. Es muy probable que Kam Chancellor no esté en condiciones de volver a jugar. Sólo queda Earl Thomas a quien aparentemente están ofreciendo en canje, pero con precio caro.
Mencionamos ya la salida de Michael Bennett, otro de los referentes de la unidad que los llevó al campeonato en 2013. Otro, Cliff Avril, podría también terminar su carrera por lesión. Si a esto le sumamos la salida del coordinador Kris Richard, vemos una reconstrucción total de una defensiva que fue intimidante por varias temporadas.
Estos, y muchos otros canjes que se han dado desde el Super Bowl, tendrán un gran impacto en el período de la agencia libre que inicia el miércoles 14, a las 4 pm, tiempo del este. Entre el lunes 12, y el inicio de la agencia libre, agentes libres sin restricciones, han podido negociar con posibles postores. Ningún acuerdo podrá ser oficial hasta el inicio oficial, a las 4 pm, tiempo del Este del miércoles.
Es curioso que este lunes Miami despidió a Ndamukung Suh, el jugador más cotizado de la agencia libre en 2015, y a Lawrence Timmons, otro que no fue tan buscado, pero que recibió un contrato atractivo en 2017. Si Miami designa a Suh como corte después del 1° de junio, liberarán 17 de los 26 millones de dólares que Suh habría representado en la nómina en 2018.
Mi argumento es que ningún jugador, incluyendo los que tienen mayor impacto en un partido como lo son quarterbacks, receptores, corredores, “presionadores” y esquineros, debe de representar más de un 12 por ciento de la nómina de un equipo.
Como ejemplo incluyo la siguiente gráfica con los últimos 10 campeones de Super Bowl:
El impacto en la nómina incluye no sólo el salario anual del jugador, sino también todo tipo de ingreso en la temporada respectiva. Uso el porcentaje del jugador en la nómina, más que el salario del año correspondiente, para tomar en cuenta los incrementos anuales del límite.
Es más claro que el agua de manantial que ningún jugador justifica representar más del 12 por ciento de la nómina total de un equipo. No es coincidencia que NINGÚN QUARTERBACK que ha firmado un contrato de 100 millones de dólares o más ha ganado el Super Bowl DESPUÉS de firmar dicho acuerdo. Ejemplos de campeones que no han ni siquiera regresado al juego final incluyen a Drew Brees, Aaron Rodgers, Joe Flacco, y Russell Wilson. Están también Cam Newton, el único que llegó, pero perdió, Matthew Stafford y Derek Carr.
El turno ahora parece que le corresponderá a Kirk Cousins. Cousins es muy buen quarterback, pero dista mucho de ser élite. No lo incluiría entre los 10 mejores mariscales de campo de la liga. El mercado dicta que recibiría alrededor de 30 millones por temporada. Usando este número, su porcentaje de la nómina sería del 17 por ciento en 2018, y me parece demasiado. Minnesota tendría un plazo de un año, cuando mucho dos, para ganar un campeonato antes de empezar a desmantelar a su núcleo de jugadores importantes.
Washington cometió un gran error con Cousins, pero fue hace dos años cuando lo pudieron amarrar por mucho menos. La decisión de dejarlo ir esta temporada fue prudente. En mi opinión estarán mejor con Alex Smith. Cousins es mucho mejor pasador que Smith. De eso no hay duda, pero Smith es mejor quarterback. Dos cualidades distinguen a los grandes quarterbacks, liderazgo y toma de decisiones. En ambas Smith ha demostrado ser mejor.
Otro caso a seguir es el de Le'Veon Bell, quien fue designado como jugador franquicia de Pittsburgh por segundo año consecutivo. Bell busca un contrato a largo plazo con ciertas garantías que lo lleven a terminar su carrera con los Acereros. La designación representa un acuerdo de un año por 14.55 millones de dólares, que viene siendo el 8.2 por ciento de la nómina. Es un porcentaje alto, pero no oneroso siendo Bell el enfoque de la ofensiva de Pittsburgh. Todo dependerá de la estructura del acuerdo, pero me parece factible el que puedan arreglarse antes del inicio de la próxima temporada.
Muchos de los acuerdos entre jugadores y equipos en la próxima agencia libre ya están pactados, pero no se pueden hacer oficiales hasta el 14 de marzo. La historia nos dice que la agencia libre puede ser arma de dos filos tanto para jugadores como los equipos. Jacksonville tuvo buenos resultados en 2016 y 2017, con jugadores muy caros, Miami no. Normalmente los mejores resultados se dan con agentes libres no tan cotizados, pero que funcionan bien en el sistema del equipo. Philadelphia tuvo resultados positivos con Alshon Jefferey, Torrey Smith, Brandon Brooks, Stephen Wisnewski y Patrick Robinson. Minnesota pudo reforzar su línea ofensiva. New England renueva su plantel, principalmente a la defensiva, año tras año, con agentes libres menos cotizados. Será en los próximos 10 días, cuando equipos con directivas capaces puedan establecer los cimientos de un equipo de playoff.
Feliz inicio de temporada, y ¡suerte para sus equipos!!
Sin más, ¡rumbo a Atlanta!!!
Nota: Hoy martes, se anunció que New Orleans y Drew Brees llegan a un acuerdo de 50 millones por dos años. Se anticipa que el impacto en la nómina de Brees sea de sólo 18 millones en 2018, o el 10 por ciento. Este acuerdo abre la posibilidad de adquirir refuerzos para la defensiva y mantener algunos agentes libres. El espacio actual de New Orleans bajo el tope salarial es de aproximadamente 30 millones de dólares. Apúntenlos como serios contendientes para llegar al Super Bowl en 2018.