Dice un dicho que “a la oportunidad la pintan calva”. Para mí no tiene mucho sentido dicha expresión. Conozco su origen en la Diosa de la Ocasión que tenía pelo por el frente pero era calva por detrás, pero no me acaba de convencer ese refrán. Hago referencia al respecto porque esta temporada no hay mejor oportunidad para los equipos de la AFC Este de destronar a los Pats.
Este receso de temporada ha sido tumultuoso. Empezó con la decisión de Bill Belichick de no usar a Malcolm Butler en el Super Bowl a pesar de que su defensiva de pase estaba “haciendo agua” ante la potente ofensiva de Filadelfia. Muchos jugadores, incluyendo Tom Brady, cuestionaron a Belichick. En los 19 años al frente de los Pats, Belichick ha tenido control absoluto del equipo y nunca nadie había cuestionado sus decisiones, menos en público. Veremos si mantiene la credibilidad que lo ha hecho el entrenador más exitoso en la historia de la NFL. Brady además se quejó, también públicamente, de que no es “apreciado” por la institución. Fue una forma sutil de comunicar su descontento con su salario. Por primera vez en su carrera no se presentó a entrenamientos voluntarios. Siguen las tensiones con Belichick que no le da acceso a las instalaciones a su preparador físico privado. Para complicar las cosas, salieron del equipo jugadores importantes como Nate Solder, Danny Amendola, Dion Lewis, Brandin Cooks y Butler. Como es su costumbre firmaron jugadores que no han rendido en otros equipos y confían integrarlos a sus sistema, como es el caso de Danny Shelton y Jason McCourty. Otro que llega es Trent Brown, quien será el primero en intentar reemplazar a Solder. Brown es mejor como tackle derecho. La puerta está entreabierta para quien quiera aprovechar la oportunidad, ya sea en la división o en la conferencia.
Queda por ver si el resto de la división aprovecha esta situación. El candidato más viable es Buffalo quien calificó a playoffs en 2017. Tendrán QB nuevo en AJ McCarron y tres jugadores nuevos en la línea ofensiva. Brian Daboll será el nuevo coordinador ofensivo y deben mejorar sobre lo que hizo Rick Dennison el año pasado. La defensiva quedó a deber en el primer año de Sean McDermott, pero adquirieron refuerzos que van bien con el sistema Tampa 2 que usan Leslie Frazier y McDermott. Star Lotulelei y Tremaine Edmunds, junto con Micah Hyde y Jordan Poyer les dan un centro más que sólido. Dudo que Jets y Miami sean capaces de pelear por un puesto en playoffs, mucho menos el título de la división.
Pocas divisiones tienen entrenadores en jefe con tanta presión como los cuatro que residen en la AFC Norte. Para Mike Tomlin será posiblemente la gran ÚLTIMA OPORTUNIDAD de ganar un título. Durante su gestado se ha beneficiado de tener a un futuro miembro del Salón de la Fama como QB. Es posible que Ben Roethlisberger juegue más allá del 2018, pero seguramente no contará con los servicios de Le’Veon Bell. El corredor y su agente no llegaron a un acuerdo con la directiva que no quiso garantizar más de 30 millones en un contrato de cinco años. La barrera de los 30 años influenció la decisión. Grandes corredores han declinado al llegar a esa edad, pero Bell apenas cumplió 26. El gresado de Michigan State es uno de los jugadores ofensivos más desequilibrantes de la liga, tanto en acarreos como en recepciones. No hay indicaciones que la defensiva será mejor que en 2017, con Keith Bulter de coordinador. De no ganar en 2018, la directiva de Pittsburgh, que es más que paciente con sus entrenadores en jefe, podría despedir a Tomlin.
John Harbaugh estuvo cerca de ser despedido al final de la temporada pasada. Son ya tres años sin calificar a playoffs y cuatro de los últimos cinco. El campeonato de 2012, es un recuerdo lejano. Marvin Lewis tiene más vidas que un gato, pero debe llegar el momento en que Mike Brown se harte de tanto fracaso. Fue un gran logro llegar a playoffs en siete ocasiones. Hay equipos que pasan lustros sin calificar, pero su marca de 0-7 habla por sí sola. En 2017, se quedaron en la orilla. De suceder otra vez, Lewis ya no tendrá argumentos a su favor. Es difícil defender una marca de 1-31 en dos años, pero por alguna razón John Dorsey le dio otra temporada a Hue Jackson. A menos que ganen siete ó más juegos, dudo que Jackson regrese el próximo año. Dorsey buscará un entrenador con mentalidad ofensiva, al estilo Sean McVay, para que trabaje con Baker Mayfield y poder justificar haber usado la primera selección global cuando lo pudieron haber seleccionado con la cuarta.
El común denominador de los cuatro equipos en la AFC Sur es la inestabilidad en la posición de QB. Sin duda, el de más calidad y experiencia es Andrew Luck quien tuvo tres temporadas consecutivas con 11 victorias y llegó a un campeonato de conferencia, antes de sucumbir a lesiones. Reforzaron la línea ofensiva con seleccionando a Quenton Nelson en la primera ronda. Tendrán tres primeras selecciones y una segunda en esa unidad, pero no tienen un juego por tierra confiable y la defensiva tiene muchos huecos. Jugar en desventaja los forzará a pasar, lo cual pondrá en peligro a Luck quien aparentemente no lanzó pases antes de la pretemporada. En Tennessee y Houston hay QBs que han mostrado destellos de grandeza. Marcus Mariota y DeShaun Watson han tenido grandes partidos, en particular este último antes de su lesión el año pasado. Watson lanzó 18 TDs en un lapso de cinco partidos antes de quedar fuera. Mariota llevó a su equipo a playoffs y fue clave en la victoria que tuvieron ante Kansas City. Ambos tendrán jugar con consistencia a lo largo de la temporada. A Blake Bortles le extendieron el contrato en lugar de buscar una mejor opción de varias disponibles en la agencia libre. Bortles es sin duda el eslabón más débil en una cadena muy fuerte en los demás aspectos.
En la AFC Oeste hubo cambios drásticos en todos los equipos menos en los Cargadores. Oakland vio la llegada de su hijo pródigo en Jon Gruden. “Chucky” se tendrá que adaptar a una NFL a la cual no está acostumbrado. Su estilo áspero y la intensidad de sus prácticas son métodos que ya no se aplican en la NFL. Los jugadores simplemente no los aceptan. Puede dar la sorpresa, pero un miembro del Salón de la Fama como Joe Gibbs no pudo darle un título a Washington cuando regresó. Los llevó a playoffs pero nada más. Kansas City le dio las riendas de la ofensiva a Patrick Mahomes quien tendrá excelente apoyo de una línea ofensiva sólida y baluartes como Travis Kelce, Kareem Hunt, Tyreek Hill y Sammy Watkins. La defensiva, que fue oportunista pero mediocre en 2017, se deshizo de jugadores de impacto como Marcus Peters y Derrick Johnson. Mahomes tiene todo el talento del mundo físicamente, pero nunca ha demostrado tener el factor “it” que distingue a los QBs trascendentales.
Me sorprendió que Denver le haya dado otro año a Vance Joseph. Quizás John Elway confíe en que crezca como head coach, pero Joseph no demostró el temple ni la capacidad necesarias para triunfar en la NFL. Case Keenum tendrá el siguiente turno en la posición de QB. Veremos si el éxito en Minnesota fue debido a un esquema que aprovechó al máximo su talento limitado. Una defensiva que les dio el campeonato en 2015, ha venido mucho a menos. No tendrán ya a Aqib Talib, quien fue fundamental para poder jugar con agresividad. La llegada de Bradley Chubb les podría dar un par de presionadores temibles y tendrán que refrendar el dominio en el juego por tierra que tuvieron el año pasado. Lo que nos lleva al equipo que nadie quería enfrentar al final de 2017, los Cargadores de Los Angeles.
El sistema de desempate de la NFL los dejó fuera de los playoffs, pero ganaron seis de sus últimos siete partidos. Fallas de sus pateadores, tuvieron cuatro, les costaron por lo menos tres partidos. Tienen a Phillip Rivers que no recibe el reconocimiento que se merece. Pocos equipos mostraron la fortaleza mental de los Cargadores que tuvieron que jugar en un estadio que tiene cupo para sólo 30,000 aficionados, los cuales en su mayoría apoyaban al rival en turno. Anthony Lynn, quien para mí debió haber sido el entrenador del año, mantuvo al equipo enfocado a pesar de abrir la temporada con cuatro derrotas. Terminaron con la mejor ofensiva de pase y la tercera mejor defendiendo el juego aéreo. El talón de Aquiles fue la defensiva terrestre, pero se reforzaron con Derwin James y Uchenna Nwosu en el draft.
La oportunidad de terminar con el dominio de los Pats es más grande que nunca. Pittsburgh, Houston, y Los Angeles se perfilan como los candidatos más viables a hacerlo. ¿Podrán Bill Belichick y los Pats refrendar su hegemonía?
La semana próxima un vistazo a la NFC.
Sin más por el momento, ¡rumbo a Atlanta!