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No se mide a los Patriotas con la misma vara

Empiezo esta nota con las palabras que usé hace un año, cuando los Patriotas de Nueva Inglaterra regresaban al Super Bowl por segundo año consecutivo:

“La gran mayoría de “aficionados” a la NFL están molestos y frustrados por el regreso de los Patriotas de Nueva Inglaterra al Super Bowl. Pongo “aficionados” entre comillas porque en realidad no son amantes del futbol americano. Si lo fueran, apreciarían la manera tan eficiente, inteligente y calculadora de los Pats. Los acusan de “tramposos” y de que son favorecidos por los árbitros y el comisionado”.

“¿Hay fallos arbitrales a favor de los Pats? Errores posiblemente, y eso es debatible, ¿pero un complot para favorecerlos? ¡Ridículo! Sería un arreglo que tendría que involucrar a muchas personas. Habría pagos secretos y hasta chantajes. Eso cualquier investigador barato lo podría exponer y se haría multimillonario”.

¿Suena esto parecido a lo que se ha discutido en redes sociales después de los campeonatos de conferencia? El tema del arbitraje está candente, y en general las quejas van en contra de los Pats. Sin embargo, la jugada más controversial y clara del campeonato de conferencia se cometió en Nueva Orleans en contra de los Santos. No escucho el mismo furor de la opinión pública clamando que hubo un “complot” para favorecer al equipo de Los Angeles.

Este fácilmente podría haber sido un juego entre Kansas City y Nueva Orleans, pero sería ridículo decir que no llegaron al Super Bowl los equipos que lo merecían. Tanto Nueva Inglaterra como los Carneros de Los Angeles son dignos representantes de sus respectivas conferencias. Ambos tuvieron que hacer ajustes y enderezar naves que terminaron la temporada navegando a la deriva.

Esta fue una temporada llena de controversia para los Pats. Antes de la temporada, en este espacio, escribí que 2018 representaba la mejor oportunidad para los rivales de división de los Pats para destronarlos. No he cambiado de opinión. Era la mejor oportunidad, pero estuvieron LEJOS de aprovecharla. Los Jets y Bills jugaron muchos de sus partidos con QB’s novatos. Tanto Sam Darnold como Josh Allen dieron muestras de talento y el futuro parece ser prometedor. Los Jets tendrán ahora a Adam Gase como entrenador en jefe. Gase fue despedido por Miami después de tres años a pesar de que llegó a playoffs en 2016. Tendrá en Darnold a un QB con mejor talento que Ryan Tannehill. Miami espera nombrar a Brian Flores como su entrenador en jefe posiblemente el próximo lunes. Volviendo a los Pats, el receso de temporada fue tempestuoso. Tom Brady insinuó que no era “apreciado” por la organización. Tuvo que ver con el contrato que tiene y porque Bill Belichick ya no dejó que su coach personal tuviera acceso a las instalaciones del equipo. Brady, por primera vez en su carrera, no se reportó a los entrenamientos voluntarios (OTAs). No sabíamos si regresaría Rob Gronkowski, quien tampoco se presentó a los OTAs, y estuvo cerca de ser canjeado a Detroit. Salieron en agencia libre jugadores importantes como Nate Solder, Danny Amendola, Dion Lewis y Malcolm Butler.

El cierre de temporada no fue bueno. Perdieron partidos consecutivos en Miami y en Pittsburgh. El de Miami fue importante porque en un raro error de estrategia por parte de Bill Belichick, perdieron el partido de forma dramática en una jugada desesperada. Esa derrota les costó jugar como local durante toda la postemporada.

La NFL es difícil de pronosticar, más que ninguna otra liga. Yo he sido víctima en repetidas ocasiones de la paridad que existe en la liga. Para playoffs, una forma de anticipar los equipos que llegarían lejos, era enfocándose en aquellos que llegaban “enrachados” a la recta final de la temporada. Equipos que cumplían esa norma fueron eliminados en la ronda divisional, Dallas, Filadelfia, Cargadores de LA, e Indianapolis. Pesó más la semana de descanso en donde equipos con entrenadores élite, Sean McVay, Sean Payton, Bill Belichick y Andy Reid, pudieron hacer los ajustes necesarios para corregir deficiencias que habían mostrado. Cabe mencionar que los Carneros, Jefes y Pats terminaron 2-2 la temporada regular, y los Santos 3-2. Parecían que venían a menos, pero la semana de descanso que tuvo cada uno pesó más que las rachas ganadoras de sus rivales. El mérito principal de ambos finalistas es asimilar las derrotas y sacar provecho de ellas. A nadie le gusta perder, pero las derrotas y la adversidad son las mejores maestras si existe el deseo de seguir luchando y APRENDER de los errores.

Los Pats llegan a este partido conscientes que pudieron perder en el último cuarto. Es el mismo caso con Los Angeles. La defensiva de Pats, que había sido brillante durante tres cuartos, permitió 24 puntos en la fase final. El ataque terrestre demoledor que mostraron los Carneros frente a la sólida defensiva de Dallas, fue neutralizado.

El Super Bowl presenta duelos interesantes. ¿Podrá la ahora cotizada línea ofensiva de los Pats contener a una línea defensiva que puede alinear a cuatro jugadores que fueron primeras selecciones? El ataque terrestre de Nueva Inglaterra ha sido devastador en playoffs. ¿Podrán mantener ese ritmo contra una defensiva de los Carneros que había sido vulnerable en este departamento, pero que neutralizó ataques terrestres “top ten” de Dallas y Nueva Orleans? ¿Cuál Todd Gurley veremos el domingo? ¿El que dominó frente a Dallas o el que desapareció frente a Nueva Orleans?

Como suele suceder, el juego se decidirá para el equipo que sea mejor en lo que se denomina “Situational Football” o situaciones especiales. Para mí, estas son las jugadas en 3ª oportunidad, dentro de la yarda 20, en los dos últimos minutos de cada mitad, en corto yardaje y en despejes. Ambos equipos han sido excelentes a lo largo de la temporada y en playoffs.

Finalmente, hay un gran contraste entre Carneros y Patriotas. Por un lado, tenemos a un equipo que gastó millones y millones para ganar esta temporada firmando a Ndamukong Suh, extendiendo el acuerdo de Brandin Cooks, haciendo a Aaron Donald el jugador defensivo mejor pagado de la NFL y reforzando la defensiva secundaria con Aqib Talib y Marcus Peters. Del otro lado están los Pats, que gastan poco y que rescatan a jugadores como Kyle Van Noy, Trent Brown, John Simon de otros equipos y le dan un papel importante a agentes libres novatos como ahora es el caso de JC Jackson. Normalmente, la opinión pública estaría a favor del equipo que gasta menos, pero dudo que este sea el caso para el SB LIII.

Sin más, ¡Rumbo a Atlanta! Si no vuelven a cancelar mi vuelo.