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A 25 años del Clausura 1997 y el bicampeonato de River Plate

El 9 de agosto de 1997, River Plate celebraba un nuevo título. En este caso el Clausura de ese año, dentro de lo que sería un triple festejo, ya que venía de ganar el Apertura 1996 y luego conquistaría el Apertura 1997.

Se cumplen 25 años de esa conquista lograda por un verdadero equipazo, que tenía al frente del plantel a Ramón Díaz, dando sus primeros pasos en el banco y mirado de reojo por algunos, y que contaba con futbolistas de lujo.

Alcanza con repasar algunos nombres: Germán Burgos, Celso Ayala, Eduardo Berizzo, Roberto Trotta, Juan Pablo Sorín, Leo Astrada, Marcelo Gallardo, Marcelo Salas y el gran Enzo Francescoli.

El uruguayo fue una de las piezas claves de ese equipo, y en la anteúltima fecha ante Vélez, en Liniers, anotó los dos goles para asegurar el título.

River venía de ser campeón e iba por el bicampeonato. Y había comenzando el torneo a puro triunfo: 2 a 0 a Gimnasia de La Plata 0, 4 a 0 a Unión de Santa Fe, 2 a 0 a Banfield y 3 a 0 a Huracán.

Recién en la quinta fecha llegaría el primer empate, 1 a 1 ante Español, y luego otra igualdad en el Superclásico ante Boca por 3 a 3, en un partido que quedó en la historia.

Es que Boca lo ganaba 3 a 0 en el mismísimo Monumental con goles de Cedrés y dos del Manteca Martínez. Parecía que el conjunto del Bambino Veira iba camino a quebrarle el invicto a River y a lograr una victoria para el recuerdo.

Pero con mucho coraje el Millonario comenzó una remontada histórica y con tantos de Sergio Berti, Facundo Villalba y Celso Ayala lo terminó empatando 3 a 3. Un empate que se celebró como una victoria y donde pasó de todo: Boca falló un penal estando 2 a 0 arriba y el partido tuvo tres expulsados (Cedrés y Martínez en Boca, y Berizzo en River).

Luego River volvió a ganar ante Platense 2 a 1, aunque enseguida llegaría una racha sin victorias que puso en duda el título: 1 a 1 ante Gimnasia de Jujuy y dos goleadas muy duras: 4 a 1 ante Estudiantes y 5 a 1 ante Colón.

La recuperación definitiva vendría en la fecha 11, con un 3 a 0 ante Lanús. Y a partir de ahí el equipo iba a ser una máquina de ganar: 3 a 2 ante San Lorenzo 2, 3 a 1 a Huracán de Corrientes, 2 a 1 a Racing, 2 a 0 a Ferro, 1 a 0 a Newell's y la victoria que le dio el título por 2 a 0 ante Vélez. La despedida iba a ser con un empate sin goles frente a Independiente. En medio de tanto triunfo apenas hubo un empate por 1 a 1 frente a Rosario Central.

Esa tarde de la consagración en Liniers, el equipo del Pelado formó con: Germán Burgos, Hernán Díaz, Celso Ayala, Eduardo Berizzo y Juan Pablo Sorín; Roberto Monserrat, Leonardo Astrada, Marcelo Gallardo, Sergio Berti; Enzo Francescoli y Marcelo Salas.

Vélez lo hizo con Jose Luis Chilavert, Claudio Husain, Mauricio Pellegrino, Javier Sotomayor, Raúl Ernesto Cardozo; Marcelo Gómez, Carlos Compagnucci, Cristian Bassedas, Marcelo Herrera; Patricio Camps y Martín Posse, dirigidos por Osvaldo Piazza.

River logró ponerse rápido en ventaja (12 minutos de juego) con un gran cabezazo del Enzo que dejó parado a Chilavert. El centro fue de Marcelo Gallardo, una dupla que hoy está haciendo historia en River desde otro lugar: el Muñeco como DT y el Príncipe como mánager.

Luego, en el complemento, a los 18 minutos, River iba a asegurar el título con un gran gol de Francescoli de contra: tras un gran pase de Gallardo, el uruguayo dejó en el camino a Sotomayor entrando al área por la banda izquierda, amagó y sacó un gran remate para el 2 a 0 definitivo.

Sobre el final del primer tiempo, Chilavert, que luego se iría expulsado por Javier Castrilli, le atajó un penal a Francescoli, que con 35 años tuvo un partido inolvidable.

Ramón Díaz analizaba tras la conquista: “No jugamos como en el Apertura, creo que en ese torneo tuvimos un nivel más alto. Pero sabíamos que no iba a ser fácil igualar el nivel del campeonato pasado. Fuimos un equipo muy sólido, sabemos a qué jugamos, los muchachos juegan de memoria”, decía el riojano.

Lo cierto es que el equipo no brilló como otros, pero supo sobreponerse a los resultados adversos (sobre todo a las goleadas ante Estudiantes y Colón) , se apoyó en sus individualidades y mostró firmeza en el tramo más caliente del campeonato. Otros resultados, también, lo acompañaron.

Desde Rosario llegó una mano inesperada para que River fuese campeón a una fecha del final: Ferro le ganó a Newell's (peleaba mano a mano con los de Núñez) en el Parque de la Independencia por 4 a 1 y allanó el camino.

La campaña de River no dejó margen para la duda: terminó primero con 41 puntos, con 12 partidos ganados, cinco empatados y dos perdidos. En total convirtió 37 tantos (la delantera más efectiva) y le anotaron 20 (la defensa menos vencida).

El próximo torneo iba a tenerlo nuevemamente como gran protagonista, y en una etapa fantástica del club, llegaría un tricampeonato para seguir haciendo historia dentro del fútbol argentino.