Dentro del plantel del PSG, plagado de estrellas, siempre hay una que brilla más, Zlatan Ibrahimovic.
El delantero sueco tuvo un partido de Vuelta extraordinario que terminó por ayudar de gran manera a que su equipo superara al Chelsea para así avanzar a los cuartos de final de la Champions League.
Un gol y una asistencia fueron suficientes para eliminar por segunda vez consecutiva a los Blues del certamen más importante del continente.
Ibra es un líder natural y en la cancha queda demostrado. Su técnico nunca lo no deja en el banquillo, sus compañeros siempre lo buscan y sus seguidores no pierden detalle de lo que hace dentro y fuera de los campos de juego.
En Stamford Bridge tuvo la noche europea que los dueños del PSG siempre esperaron, aunque es cierto que lo más complicado está por venir.
Al final del partido, Zlatan aseguró que no pueden bajar los brazos y conformarse con lo conseguido. "No podemos parar ahora. Seguiremos a nuestro mejor nivel e intentaremos ganar el resto de partidos".