BUENOS AIRES -- Luis Suárez no sólo superó en el partido que enfrentó a FC Barcelona con Arsenal (3-1), a su compariota Edinson Cavani como máximo goleador uruguayo en toda la historia de la UEFA Champions League con 18 conquistas.
El delantero del PSG ha firmado 17. ‘Luisito’ disparó la ofensiva del vigente Campeón de Europa con una asistencia perfecta a Neymar a los 18 minutos, y luego, a los 65’, protagonizó una espectacular acción, acrobática, para colocar el segundo tanto azulgrana que acercó la clasificación de los dirigidos por Luis Enrique Martínez a los cuartos de final de la competición.
El killer charrúa se encuentra acaso en el mejor momento de su carrera. Le sale bien casi todo lo que intenta y aparenta ser infalible en cada juego. Se comporte como ariete, o delantero asistidor. Su generosidad le invita a despojarse del egoísmo natural que embarga a cualquier nueve mundano apenas pisa el área.
Poco tiempo después de llegar a Barcelona, Suárez reconoció que su asignatura pendiente como jugador era ganar paciencia y justeza. Un poso que le permitiera encarar con mayor precisión y frialdad las situaciones frente al arco rival. Lo ha conseguido. Quizá por esa razón ello tal vez sería elegido en una compulsa, de forma unánime, como el mejor delantero dentro del mundo.
El de Salto, Uruguay, remató en 4 ocasiones al marco defendido por el colombiano David Ospina. Una se fue afuera. Dos contaron con la intervención de Ospina entre los tres palos. Y la restante se convirtió en el gol del dos a uno transitorio.
“No sé con qué le pegué a la pelota; más o menos con el empeine del pie derecho. Lo importante es que entró, en el momento en que ellos más nos estaban atacando”, puntualizó.
Antes, en la apertura del marcador, arrastró los marcajes de un Arsenal incómodo en la transición defensiva, y después de limpiar el camino le entregó la pelota a Neymar para que el pibe de la baixada santista, con su gol, marcara el rumbo del juego.
Suárez tuvo una efectividad del 76% en el juego de posesión, al completar 34 pases de 45 intentos de pasada de balón. La menor incidencia en ese apartado de todo el equipo, en una noche en la que a los catalanes les hacía falta retener la pelota y encontrar profundidad para poder dañar a un rival con ciertas características de juego similares. Pero ‘El Pistolero’ suplió esa merma con su tesón habitual y una descomunal dosis de acierto en la zona de fuego.
Su constante movilidad, poder de intimidación, seguridad, presión sostenida sobre la defensa adversaria, y grado de eficacia, transformaron a Luis Suárez en el jugador del partido. Nacho Monreal y Koscielny jamás le pudieron neutralizar cuando basculó entre el centro y la derecha del ataque barcelonista.
Así, esta temporada, cuando con 200 minutos menos disputados que en la anterior Liga de Campeones (630’ contra 828’) ya se encuentra a un solo gol de igualar su mejor marca goleadora en la Copa de Europa (en 2014-15 metió 7), Suárez amenaza con romper todos sus mejores registros.
Desde que llegó al Barça, Luis Suárez ha demostrado ser el complemento ideal que en su momento solicitó Lionel Messi para poder liberarse de las obligaciones de centrodelantero natural a fin de participar más de juego, y que también reclamaba Neymar para gozar de mayor libertad de movimiento partiendo desde el flanco izquierdo del ataque.
El uruguayo luce como una máquina incontenible y es uno de los grandes argumentos con los que el FC Barcelona presenta su candidatura a ganar un nuevo triplete histórico para sí.