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¿Remontada? Un espejismo para un Barcelona roto

PARÍS -- Habrá que ver cómo responde el Barcelona al aplastamiento de París, pero se adivina un tortuoso camino el que le queda por delante al equipo de Luis Enrique.

Desde que en las semifinales de la temporada 2012-13 le pasó por encima el Bayern de Heynckes no había sufrido un humillación como esta. Y ahora mismo, en caliente, se hace difícil pensar, imaginar tan solo, la posibilidad de una remontada heroica.

El Barça fue un juguete roto en el Parque de los Príncipes y se arrodilló humillado ante un rival ávido de gloria. Acabó aplastado tras 90 minutos que, en una segunda lectura, provocan una pregunta: ¿hacia donde va este equipo?

Da la sensación de estar tan pendiente, y dependiente, de la MSN que cuando ésta no responde solo queda Messi… Y que cuando Leo no aparece, todo se cae como un castillo de naipes.

¿Catastrofismo? Probablemente no pueda entenderse de otra manera cuando los resultados, no pocas veces, han ocultado la fragilidad del juego colectivo de un equipo que ha pasado de ser referencia a través de su futbol de asociación a ser una simple escena, repetida, de sus goles.

De ese vértigo y espectacularidad de sus delanteros que han apartado del plano la propia personalidad histórica que se disfrutó en un tiempo cada vez más lejano.

Cuando un equipo pierde por 4-0 y el mejor en el campo es el portero la señal de alarma no puede ser más evidente y si a partir del sufrimiento conquistó hace una semana una plaza para la final de la Copa del Rey frente a un Atlético que le pudo eliminar, lo sufrido en París descubre esta realidad incómoda.

El barcelonismo se despertará este miércoles con la palabra ‘Remontada’ repetida hasta la saciedad. El entorno del club azulgrana intentará ocultar la miseria de esta jornada con llamadas a la heroica y recordando gestas de un pasado muy lejano y al que no sospechó debía regresar.

La última vez que fue aplastado de esta manera, la remontada desembocó en una nueva humillación. Del 4-0 en Múnich al 0-3 en el Camp Nou en aquella semifinal que marcó un punto y aparte.

No se podía ni sospechar que dos meses después, el regreso a la Champions League, el primer asalto de los octavos de final, se convirtiera en una pesadilla de tal envergadura. Esperando a un equipo relanzado por el regreso a su mayor sueño, la pesadilla se entendió incluso absurda por cuanto una derrota es explicable e incluso excusable… Pero para nada una humillación así.

Al Barça le queda por delante un martirio, porque en eso amenaza convertirse lo que resta de temporada. Con el Real Madrid pendiente de dos partidos en la Liga, las sensaciones no pueden ser más pesimistas. Tanto que se hace hasta difícil llamar al optimismo.

El PSG tiene hambre de gloria. ¿El Barcelona?… Del Barcelona no hubo noticias. ¿Dónde está el Barcelona?