TER STEGEN. Sorprendido. El Inter no le provocó demasiados problemas, más allá de una salida en tromba que en pocos minutos se desvaneció para vivir una noche plácida bajo la lluvia… Hasta que el despiste de sus compañeros le condenó a recibir un gol inesperado y tardío de Icardi.
SERGI ROBERTO. Intermitente. Dando la sensación, en ocasiones, de estorbarse con Dembélé en ataque, no aprovechó su profundidad más que en contadas ocasiones. Se le echó de menos.
PIQUÉ. Calmado. Imponente por arriba y bien colocado al corte, no le hio falta correr más de la cuenta. En la primera mitad Icardi apenas si le causó problemas… pero en la recta final no anduvo atento para enmendar el fallido rechace de Busquets que permitió el empate.
LENGLET. Abrumado. Perdió la posición en un par de internadas del Inter y aunque supo rectificar con rapidez dio la impresión de estar más agobiado de lo habitual.
JORDI ALBA. Profundo. Ocupado de entrada en vigilar las subidas de Vrsaljko, entendió pronto el daño que podía hacer él, obligando al croata a retrasarse y llegando con peligro al área interista. Le faltó algo ce precisión.
BUSQUETS. Señalado. Echó por la borda una actuación magnifica en la primera mitad y solvente en la segunda con un mal rechace que desembocó en el empate del Inter cuando el equipo ya abrazaba la victoria.
ARTHUR. Reivindicado. Inmenso, teniendo en cuenta que es un novato, aparcó la mala sensación que ofreció en Vallecas y le dio ritmo al juego, con una característica hecha para este Barça. Le faltó atreverse más en el disparo y fue sustituido por Arturo Vidal en el minuto 74.
RAKITIC. Barrendero. Apareció en no pocas jugadas de salida del Inter para cortar el balón y devolverlo al poder del Barça. No tuvo demasiada incidencia en ataque, pero fue fundamental para entender las dificultades del rival en salir desde atrás.
COUTINHO. Jefe. Se puso los galones desde el primer minuto, controlando el ritmo ofensivo del Barça con una solvencia que pocas veces se le ha visto desde su fichaje. Asistente y combinativo, tuvo una noche muy destacada aunque acabó pesando el esfuerzo en sus piernas.
DEMBÉLÉ. Insistente. Veloz e inesperado en el cambio de ritmo, lo intentó una y mil veces, aunque le salieron pocas, frenado por la defensa del Inter ante la que, sin suerte, siempre dio la cara. Dejó su puesto a Malcom en el minuto 81.
SUÁREZ. Desafortunado. Peleón, como siempre, y entregado a la causa, como de costumbre, le falló la puntería. Desaprovechó en la primera parte dos ocasiones que en condiciones normales habría podido encaminar la victoria del Barça.
ARTURO VIDAL. Pulmón. Recibido con una gran pitada, que se repitió cada vez que tocó el balón (su pasado en la Juve no se olvida en Milán), se colocó como apoyo de Coutinho en ataque para multiplicarse en evitar la salida de balón local.
MALCOM. Aparecido. Entró en el minuto 81 por Dembélé, reapareciendo después de muchas semanas desaparecido de los planes, sin haber jugado desde la derrota en Leganés y debutando en Champions. A la primera que intervino… Anotó el 0-1 con un gran disparo.