EINDHOVEN -- Cuatro victorias y un empate. 13 puntos de 15 para asegurarse el pase a octavos de final de la Champions como campeón de un grupo que ha dominado con suficiencia. El resumen no podría ser más optimista y, sin embargo, no lo es. El Barça está ahí, sí… pero ofrece síntomas preocupantes.
Ter Stegen atajó y Messi desatascó a un equipo alejado peligrosamente de su razón de ser en Eindhoven. Apoyado en la fortuna, mostró una imagen descabezada, sin dominar el juego por más que dominase el partido pero sin ofrecer lo esperado. Pero ganó…
¿Está contento? Se le preguntó a Valverde. “Sí, estoy contento” respondió lacónico el entrenador azulgrana en la sala de prensa. Entendió rápido que a ojos de los periodistas, a ojos del barcelonismo, el equipo no había dado, otra vez, la imagen esperada. Repitiendo síntomas como en el Metropolitano, el resultado esta vez acompañó por la electricidad del capitán y la magnificencia del portero. Entre uno y otro salvaron la papeleta.
Nada oculta, sin embargo, que el Barça llega a diciembre lejos de su mejor momento. Conquistó el primer objetivo continental entrando en los octavos de final de la Champions como campeón de grupo pero los síntomas colectivos del equipo son muy distintos al mes de octubre, cuando supo responder con magnificencia a la ausencia del 10 y a través del grupo vivió sus mejores momentos.
Quedan por delante cuatro partidos hasta la pausa navideña y en ellos deberá dar un paso adelante este Barça que responde a empujones pero sin continuidad y que obligado a dar un paso adelante en la Liga aparcará hasta febrero la Champions después de recibir al Tottenham con el ánimo de entrar en el momento de la verdad con mayor ímpetu que el mostrado en Eindhoven.
Messi, que se presentó en el Philips Stadion con un golazo, vuelve a ser el punto cardinal del Barça. Sigue siendo quien solventa las dificultades pero se adivina un socavón colectivo a su alrededor que precisa ser solucionado más pronto que tarde.
Porque a partir de los octavos de final Europa no permitirá ni un solo error. Y obligará al equipo de Valverde a dar la mejor imagen de sí mismo.