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Uno por uno del Barcelona

En los últimos minutos del juego, gracias a Suárez, el club mantuvo su dominio en casa. AFP

TER STEGEN. Solvente. Firme, como acostumbra, no pudo hacer nada, a las primeras de cambio, en el remate cruzado de Lautaro, al que después le salvó un cabezazo envenenado. Sufrió, mucho, con las contras del Inter.

SERGI ROBERTO. Sufrido. Combinó con problemas, aunque llegó con peligro a la línea de fondo, y le costó horrores recuperar la posición en las matemáticas subidas del Inter.

PIQUÉ. Preocupado. Lo pasó mal, defendiendo muy arriba, para correr hacia atrás. Bien en jugada parada, le costó mucho cerrar huecos y apenas recuperó, algo, la tranquilidad, en la segunda mitad gracias a que el Inter se fue muy atrás.

LENGLET. Señalado. Lautaro le ganó la espalda en el primer ataque del Inter que desembocó en el 0-1. A partir de ahí se notó nervioso, lento a la hora de recuperar la posición e intranquilo a cada llegada de delanteros del Inter.

SEMEDO. Desplazado. Descontrolado en ataque, en defensa salvó hasta dos remates envenenados del Inter en la primera parte. Rápido a la hora de recuperar la posición, fue de lo mejor del equipo azulgrana en defensa.

BUSQUETS. Agobiado. Cuando el Inter se retrasaba disfrutaba de calma para combinar con acierto, pero cuando presionaba en alto tuvo más problemas, sufriendo en faceta defensiva. Le sustituyó Arturo Vidal al poco de comenzar la segunda mitad.

DE JONG. Equilibrado. Magnífico en el posicionamiento y en la conducción y combinación, fue de lo más destacado del equipo, sabiendo siempre hacia donde dirigir la jugada, buscando a sus compañeros y actuando con gran precisión.

ARTHUR. Intermitente. Mezcló buenas intervenciones en ataque con minutos invisibles, no sabiendo presionar la salida del Inter desde su área. Con el crecimiento del Barça, en la segunda mitad, mejoró sus prestaciones, enlazando su tercer partido completo.

GRIEZMANN. Perdido. Escorado a la banda izquierda, buscó sin descanso la combinación rápida y el disparo con atrevimiento... Pero con escasa fortuna. Fue sustituido por Dembélé mediada la segunda mitad.

SUÁREZ. Explotado. Peleón como siempre, apenas si disfrutó de ocasiones para hacerse notar en el primer tiempo. Un solo remate a puerta, dos combinaciones acertadas y diversas pérdidas que le pusieron de los nervios… Hasta que, ya en la segunda mitad, cazó una volea mayúscula, desde la frontal del área, para empatar y cambiar la suerte del partido y la suya propia, cerrando la noche con otro gol, magnífico, que sentenció la remontada.

MESSI. Mágico. Notó la inactividad en el plano físico a pesar de tomar desde el primer minuto el papel de líder. Condujo, dirigió, combinó y disparó sin pensárselo. Se le vió lejos de su mejor forma... Hasta que en la segunda mitad pareció despertar del letargo a lo bestia hasta acabar asistiendo a Suárez en el 2-1.

VIDAL. Impactante. Entró por Busquets apenas comenzar la segunda mitad, provocando un cambio de sistema en el Barça, multiplicando la intensidad del equipo, asistiendo a Suárez en el 1-1 y mostándose tan incansable como trascendente en el agobio azulgrana que acabó por darle el premio final.

DEMBÉLÉ. Fresco. Entró por Griezmann y le dio un nuevo empuje al equipo, con su rapidez en banda, atrevimiento en el uno contra uno y el remate.