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Osorio, ante la prueba que siempre pidió en la Selección Mexicana

Getty Images

KAZÁN -- Cuando llegó al timón de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio insistió una y otra vez en la importancia de jugar contra rivales incómodos y en condiciones adversas. Eso implicaba jugar lejos de casa, sin el acostumbrado apoyo de la afición azteca y en situaciones apremiantes. Ese tipo de encuentros son los que realmente deseaba el entrenador. Frente a Rusia, en Kazán y en un torneo oficial, tiene su examen. Uno de los más importantes desde que llegó al Tri a finales de 2015.

El entrenador colombiano ha conseguido unos números impecables al frente del Tri, por más que se cuestione su sistema de rotaciones o en muchos casos, el estilo de juego del combinado nacional: en 26 juegos, ha ganado 19, empatado cinco y suma solo dos derrotas. Su porcentaje de efectividad es del 79 por ciento. Ningún otro entrenador en la historia del combinado azteca ha tenido un salgo siquiera parecido.

La prueba de Rusia, sin embargo, representa más que un porcentaje de efectividad o un gran número de victorias. Osorio ha reconocido que pasar esta misión implicaría “demostrar la capacidad que tiene el futbol mexicano”. Es un reto y lo toma como tal.

La prueba de esta ocasión es distinta a cualquier otra que ya haya pasado y tiene su razón en el tipo de torneo que enfrenta, justo a un año del Mundial. Si en la Copa América, certamen en el que igualmente que tenía marcado como parámetro, el resultado quedó muy lejos de lo esperado, sobre todo por la manera en la que quedó eliminado, ahora en Rusia busca ese golpe sobre la mesa que dé muestras de evolución de un futbol mexicano que sigue con ese deseo de llegar a la hora en las citas importantes.

En las eliminatorias el paso es inmaculado y se camina con una tranquilidad como no ocurría desde hace más de 10 años. El parámetro, sin embargo, reconocido por el propio Osorio, es un torneo como la Copa Confederaciones, donde se mide a lo más selecto de cada continente.

Un simple empate valdría para avanzar de fase. Los cuatro puntos ya sumados en los primeros dos encuentros, dejan al Tri en una posición en la que dos resultados le son favorables, pero el otro implicaría automáticamente un regreso a casa de nueva cuenta con los bolsillos vacíos y los cuestionamientos por doquier de por qué en dos torneos importantes, en años consecutivos, la Selección Mexicana no cumplió con sus propias expectativas.

Entre el grupo de jugadores es común escuchar que esta generación es de las más completas en la historia del futbol mexicano. Se basan por la mayoría de futbolistas que ya militan en Europa y por la cantidad de procesos que se juntan, que han destacado en juveniles, como pueden ser los campeones del mundo Sub-17 en 2005 o los ganadores de la medalla de oro en Londres 2012. El examen del combinado absoluto tendría que llegar hasta el Mundial del año entrante, pero los antecedentes de Copa América y Copa Confederaciones, igualmente son valorados como antesala a lo que se aproxima.

El reto actual, frente a una Rusia llena de dudas y desconfianza de sus propios aficionados, también lleva consigo el hecho de que nunca en la historia de la Copa Confederaciones, la Selección Mexicana ha derrotado a un combinado europeo. En ediciones recientes se recuerdan derrotas ante Italia, Alemania y Francia, además de empates contra Grecia o el más reciente ante Portugal.

Osorio y sus pupilos, por ende, tendrán una nueva oportunidad para dejar de lado ese dato negativo, mientras cabalgan con seguridad y convicción a la siguiente fase.

La misión Rusia está en juego para un equipo mexicano combativo, que se sabe reponer de las adversidades y que buscará un paso más a esa trascendencia de la que está tan ávido. El proceso de Juan Carlos Osorio está ante un nuevo reto con las condiciones siempre deseadas por el entrenador y el equipo. Ahora todo se definirá sobre el campo.