La carrera de Santiago Giménez está marcada por la adversidad. En Cruz Azul, Selección Mexicana y Feyenoord ha tenido que batallar más de la cuenta para convertirse en titular y demostrar con base en sus goles que es un delantero altamente confiable.
Salvo en su etapa final en La Máquina, cuando a inicios del Apertura 2022 marchaba como goleador del club y del torneo, antes era considerado como un relevo de lujo, relegado a la banca por los extranjeros que ocupaban el eje del ataque.
En el Feyenoord, como era de esperarse, llegó para pelear un lugar y pasaron varios partidos para que le arrebatara la titularidad al brasileño Danilo.
Hizo méritos al maximizar sus minutos y convertir anotaciones cada que ingresó de cambio, hasta que finalmente el entrenador se convenció de que podía ser mucho más que un revulsivo para la parte final de los encuentros.
El tiempo le dio la razón: Santi terminó la temporada como máximo goleador del equipo y convertido en un referente en el ataque, además de favorito de los aficionados del conjunto Rotterdam que se coronó en la Eredivisie.
Qué decir en Selección Nacional, en donde con todo y lo que hizo en Europa, el entonces técnico Gerardo Martino tuvo la osadía de dejarlo fuera de la Copa del Mundo de Qatar para llevar a dos lesionados, Raúl Jiménez y Rogelio Funes Mori.
Y la historia de remar contracorriente sigue: 23 anotaciones en su primera campaña en el Viejo Continente no fueron suficientes para que, primero Diego Cocca, y después Jaime Lozano, le brindaran la titularidad en el Tri en la Nations League y Copa Oro.
Sin embargo, si algo tiene Giménez es espíritu combativo y sobre todo los pies en la tierra para mantenerse en silencio, trabajando para aguardar su oportunidad.
Ayer en la Final de la Copa Oro, ‘Jimmy’ dudó en demasía darle entrada al ‘Chaquito’ porque Henry Martín brindó un partido redondo. Fue hasta el minuto 85’ en el que el técnico tricolor se decidió y Santiago hizo lo que acostumbra: sacarle jugo a cada segundo en la cancha.
En una jugada que se le ha visto una y mil veces en el Feyenoord, recibió un balón de espaldas al marco prácticamente en la mediacancha y fue capaz de girar, arrastrar el balón y a su marcador para plantarse ante la salida del arquero y definir con un toque cruzado. Tenía tres minutos en el terreno de juego.
Eso caracteriza a Santiago, que no es un delantero dependiente y se vale del tranco que poseé para realizar grandes recorridos de cara al gol. Es algo más que un rematador, lo que lo coloca en la línea de los goleadores modernos que ofrecen mucho más que su principal responsabilidad.
Por ahora en Selección Mexicana tiene la etiqueta de ‘suplente de oro’, aunque con toda certeza seguirá reuniendo argumentos para recibir algo más que cinco minutos en una Final.