MÉXICO -- Edinson Cavani lo tenía claro: si lograban quitarle el balón al Barcelona podrían neutralizar el peligro. Pero esta es la parte que desconocía: que unos extraños, portando la camiseta blaugrana, iban a quedar lejos del nivel constante de su MSN. Di María advirtió que el tridente de Luis Enrique era el mejor ataque de la historia. Curiosamente fue el ex madridista, el que dio la lección del día: marcó dos de cuatro del PSG en una goleada de escándalo que traslada la cuesta de enero a pleno marzo.
Sí, esos desconocidos. Neymar de lo mejor. Messi ni tocó balón. Lo preocupante no fue el desempeño culé en tarde de Champions, en una competición a la que se han clasificado nueve veces consecutivas a cuartos de final... el problema vino el domingo. El otrora inmaculado centro del campo de los catalanes perdió muchos balones ante el Leganés, que salió envalentonado, a la espera de un contragolpe que hiciera daño.
Tanto así, que el Camp Nou se apresuró a calificar a André Gomes -quien hacía de Busquets una vez que salió del campo- con una pitada monumental. Problemas en la sala de máquinas. El FCB jugó sin corazón, salvados por Messi. Robo de Rafinha, Suárez y ‘La Pulga’. Una resistencia rival que se caía a los 3 minutos, pero ni así. El penalti sin celebración del argentino, cuando olía a empate en la despedida.
Eso sí, el Barça está a acostumbrado a imponer sus récords. Ningún equipo se ha levantado de un 4-0 a domicilio en la Champions para remontar. Y hace pensar que menos esta versión dominguera de los blaugranas. Pero hay precedentes: el Real Madrid remontó un 5-1 en contra ante el Mönchengladbach de Jupp Heynckes, en la Copa de la UEFA 85/86; dos de Valdano, otros dos de Santillana.
Finalizando la vuelta de aquella tercera ronda, Juanito declaraba: "He sido internacional con España, he jugado dos Mundiales, he ganado títulos con el Madrid, pero esta remontada lo supera todo. Es el día más feliz de mi vida", según recoge la UEFA.com. Pero si hay un equipo capaz de superarse es el FCB. Falta saber si podrán arreglar las piezas a tiempo para evitar otra "noche nefasta" como reconocía Luis Enrique. Total, el PSG tiene todo a favor... pero no, no tiene a Messi.