MADRID -- Dicho y hecho: llegan los últimos dos meses de competición y los jugadores y el entorno del Real Madrid saben que se juegan el ser o no ser en la temporada.
Como si se tratara del estudiante que deja sus tareas para el último día y que tiene una noche por delante para aprobar varias asignaturas. Pues ese estudiante se llama Real Madrid y, en vez de una noche, tiene 12 días por delante para salvaguardar un año que, de momento, está siendo irregular.
Y es que el hecho de llegar a este tramo del año en tercer lugar de LaLiga, recientemente superado por el Atlético de Madrid en la tabla y a 14 puntos del Barcelona no hace más que aumentar una presión complicada que diferencia a los jugadores normales de los ganadores. Porque en el Madrid nadie espera por los títulos, tienen que llegar ya.
Carlo Ancelotti sabe esa lección como nadie. Volviendo al símil inicial, sabe que tiene que sacar este examen adelante con la mejor nota posible. Por eso toma, más importancia todavía, la final de Copa del Rey contra Osasuna. El sábado, el italiano y los suyos tienen la oportunidad de hacer buena la eliminación del Barcelona en aquella remontada de la vuelta de las semifinales que tanto marcó el devenir blanco en los últimos 15 días.
Los blancos llegan a Sevilla tras perder sus últimos dos partidos fuera. Las sensaciones contra Girona y Real Sociedad no han hecho más que acrecentar el nerviosismo en torno a un equipo que este año ha intercalado momentos muy buenos con una irregularidad marcada por el Mundial de Qatar.
La Champions League también puede servir como vía de escape para la plantilla. Pase lo que pase contra Osasuna, el Real Madrid es favorito. Pero en la Champions es distinto. La vitola de principal favorito la tiene un Manchester City que, como el año pasado, asusta a todo el mundo. Y, además, hay que añadirle a un cyborg noruego que no para de meter goles. El factor Erling Haaland aumenta el favoritismo en las apuestas frente a un Madrid que se aferra a lo que pasó hace justo un año: cuando todos lo daban por perdido, resurgió de sus cenizas y se coló en la final contra el Liverpool.
Por eso al Madrid siempre hay que esperarlo. Es un estudiante tozudo y cabezón que sabe que le cuesta hacer las tareas a tiempo, pero cuando las hace demuestra que es el mejor. De ahí que todos los estamentos pidan paciencia de cara a lo que pueda ocurrir en las dos próximas semanas. Hay mucho en juego, empezando por la continuidad de Ancelotti y terminando por la renovación de los Toni Kroos, Luka Modric, Marco Asensio o Dani Ceballos, entre otros.
El Madrid es especialista en estas situaciones y espera pasar de curso con la mejor nota posible. A ver si le da tiempo estudiando, otro año más, la noche anterior...