MADRID -- LaLiga ha comenzado con una fuerza inusual en el terreno deportivo y en el terreno mediático. Empecemos con lo primero porque hay luces y sombras muy habituales a estas alturas de temporada que dejan ciertas dudas en forma de ratificaciones y decepciones curiosas.
EL ARRANQUE
El viernes, Almería y Sevilla se encargaron de demostrar que los equipos que siguen configurando sus plantillas en el inicio de la temporada sufren más que el resto. Y que otros en su misma situación, como por ejemplo el Valencia, son capaces de dar una sorpresa que nadie se espera. La lectura es que la igualdad de estas primeras jornadas de agosto es máxima y la competición se asemeja mucho más a un torneo de pretemporada que a LaLiga en sí misma.
LA PROMESA
El sábado, el Real Madrid se antepuso a las dudas generadas en los últimos días con una victoria de prestigio en San Mamés. Con un Jude Bellingham que ya se ha consagrado en apenas mes y medio como el gran estandarte del proyecto 23/24, los blancos ganaron 0 a 2 a un Athletic Club muy flojo. De hecho, los de Ernesto Valverde trajeron de vuelta los fantasmas del último tramo de la competición del año pasado: sin gol, sin individualidades, con poca intensidad y con una falta de idea preocupante. Sin embargo, volvemos a lo de antes: es la primera jornada de la temporada, calma con los diagnósticos.
LO FEO
Hablando de diagnósticos, muchísimo áinimo a Thibaut Courtois y Eder Militao. En una semana para olvidar, ambos se rompieron el ligamento cruzado y estarán de baja, como mínimo, hasta el mes de abril. Un contratiempo importante que ha propiciado la vuelta de Kepa Arrizabalaga en forma de cesión al conjunto blanco.
EL REGRESO
La recuperación de Isco para la causa es una de las mejores noticias del inicio de liga. El malagueño, que en cuestión de meses pasó de jugar en el Sevilla a hacerlo en el Betis, cruzó el Guadalquivir de la mejor manera posible: se le vieron detalles del super clase que es, demostró que tiene ganas y su calidad se antepuso en un partido que el Betis ganó a última hora a un rival directo como es el Villarreal. El 1 a 2 final deja a los de Heliópolis con un halo de optimismo importante para afrontar el resto del mes.
LA POLÉMICA
Sin duda alguna, el debate de la jornada nos lo trajeron José Bordalás, entrenador del Getafe, y Xavi Hernández. El azulón calentó el partido con sus ataques al tiki taka y al juego de posesión del Barça con unas declaraciones a las que Xavi, elegantemente, no quiso entrar. Sin embargo, ya se presagiaba que el Getafe – Barça iba a ser un dolor de muelas complicado. El propio Bordalás, que en una entrevista hace tiempo se había quejado de la falta de ritmo de los partidos de LaLiga y de los continuos parones y pérdidas de tiempo, puso en práctica todo lo contrario: un equipo muy intenso, muy duro, con muchas interrupciones durante el partido que desquició al espectador y al propio Xavi. El mismo que, en rueda de prensa, se quejó de que este tipo de partidos no son lo que LaLiga debería de ofrecer como producto, a lo que el propio Bordalás replicó diciendo que no eran más que justificaciones de Xavi por “no haber conseguido los tres puntos con un plantillón”.
Guerras dialécticas aparte, el partido fue un aburrimiento supino con un Barça lento en la creación y muy previsible en línea de tres cuartos. Y con un Getafe que hizo un partido impecable a nivel defensivo pero que se perdía cuando tenía que atacar porque no sabía cómo. El espactáculo de ambos equipos fue digno de devolver el dinero a los aficionados.
Lo mejor de todo esto es que todavía estamos en la jornada uno y hay un año por delante. La mayoría de equipos tienen que cerrar las plantillas, tener paciencia para crecer y no caer en las habituales prisas que en 2023 tiene el fútbol. Porque si hay nervios en agosto, no quiero ni imaginarme en el mes de abril con la igualdad que hay a todos los niveles en este campeonato.