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Real Madrid y el 'colmillo' que le ayudó a ganar el Clásico

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Jude Bellingham se adueña del Clásico y el Madrid se lleva la victoria en Montjuic (4:24)

El Real Madrid venció 2-1 al Barcelona con doblete de Jude Bellingham y es sigue líder en LaLiga. (4:24)

Mientras el Barcelona no supo aprovechar su momento para definir el Clásico, el Real Madrid resurgió y con Bellingham como figura pegó en los momentos clave para ganar.


MADRID -- El Clásico de Montujic dejó claro que el futbol es de momentos y que, como tal, hay que saber aprovecharlos. El FC Barcelona lo tuvo en su mano con la ventaja inicial tras el gol de Gundogan y con un Madrid que no compareció hasta los cambios de la segunda parte. Sin embargo, los locales echaron de menos el mordisco final que no hace mucho tiempo sí tenían los culés.

Y es que la primera parte del Madrid fue indigna. Un equipo desdibujado, sin orden, desbordado en cada ataque culé y sin un plan de ataque más que depender de la inspiración de los de arriba. Que, por cierto, salvo Bellingham, que es centrocampista, empieza a preocupar. Vinicius estuvo más pendiente de sus guerras personales con todo lo que no era el balón, mientras que Rodrygo Goes volvió a ser un jugador más del montón a pesar del gol en Braga.

El propio Carlo Ancelotti reconoció que, en el descanso, le dijo a los suyos que podían perder el clásico, pero no de esa forma. Además, el italiano también comentó que están esperando los goles de los brasileños citados en el párrafo anterior. Cierto es que lo dijo en tono constructivo, pero el creado público ahí está.

Por eso el Barça lo tuvo todo a favor en el primer tiempo: se puso por delante, tuvo ocasiones, hacía más daño en ataque y tuvo oportunidades. Pero faltó el colmillo. O, si ustedes quieren, ese hambre, ese mordisco, ese zarpazo para destrozar a un Madrid que tenía pinta de salir trasquilado del estadio olímpico de Montjuic.

Hace unos años, hubiera sido el típico partido con goleada local, pero en 2023 la cosa no fue así. Ante la atenta mirada de Mick Jagger y Ronnie Wood, los Stones no le ganaron la partida a unos Beatles que dejaron su mejor tema para el final. El “Hey Jude” sonó con fuerza en el vestuario visitante gracias a los dos goles de Bellingham.

Lo comentamos en el segundo párrafo, pero lo volvemos a recordar: Bellingham es centrocampista. Sí, centrocampista. Más que nada, para contextualizar por si algún lector ha estado todo este tiempo en Marte y acaba de volver a la Tierra: un centrocampista es el máximo goleador de La Liga con 10 goles en 10 partidos del campeonato. Como lo leen. Y encima sólo costó 103 millones de euros.

Y es que, hablando de colmillo, el Madrid sí que lo tuvo. Olió miedo en el Barça, lo cual acompañado por dos cambios lógicos de Ancelotti que dio entrada a Camavinga y a Modric por Rodrygo y Kroos, permitieron que los blancos empezaran a creer en una remontada que completó el internacional inglés.

Ahí, justo cuando Bellingham marcó el primero de sus dos goles, la cara de Ter Stegen denotó que, quizá, el Madrid podía hacer una remontada que muchos temían tras no cerrar el partido en la primer aparte. Y así fue.

Con suerte, con pegada, con acierto, con Bellingham. Da igual. El Madrid ganó, que es lo que la afición le pide al equipo desde su fundación. Y para la historia quedará que, en el primer clásico como local para el Barça en Montjuic, la victoria fue para un Real Madrid que cambiará su nombre al de Real Bellingham como el inglés siga en estado de gracia.

Porque Bellingham tuvo el colmillo que le faltó al Barça. Y ya está.