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Tras la renovación de Simeone, ¿el Atlético aún podrá competir con Barcelona y Real Madrid?

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Simeone seguirá en el Atlético hasta 2027, pero su renovación abre una incógnita: ¿será el mejor camino para seguir peleando el título al Barcelona y Real Madrid?


MADRID -- La renovación de Diego Pablo Simeone por el Atlético de Madrid ha sentado genial al entorno del club. Primero por la confianza mutua que ambas partes se tienen y, segundo, por la confirmación de un proyecto que ya es historia colchonera y que tiene pinta de seguir más allá de 2027.

Sin embargo, han sido varias las voces críticas sobre el excesivo carácter conservador tanto del Cholo como del propio club en cuanto a objetivos más ambiciosos.

Mientras la gran mayoría de la afición rojiblanca entiende que el Atleti está donde ha de estar, otro sector exige más a un equipo que ha demostrado, en ocasiones puntuales, estar por encima de Real Madrid y Barcelona. ¿Es eso suficiente como para competir contra ellos de forma anual?

El Atlético de Madrid ha ganado dos ligas en la Era Simeone. Cierto. Pero las comparaciones entre los tres son odiosas. El único gasto importante por parte del Atleti en materia de fichajes ha sido João Félix y no ha salido bien.

Los colchoneros no pueden optar a fichar a un Kylian Mbappé de turno, por lo que tienen que centrar sus inversiones en otro tipo de objetivos. En el caso del portugués, y gracias a la buena relación entre Gil Marín y Jorge Mendes, el Atleti se gastó 120 millones de euros con el objetivo de revender a la joya en el medio plazo y amortizar una operación que no ha sido positiva. Al menos de momento. Y ese ha sido el único riesgo que ha tomado el Atleti a la hora de poder comparar grandes operaciones.

Mientras tanto, el Madrid ha pescado a Aurélien Tchouaméni o Eduardo Camavinga, mientras que el Barcelona ha conseguido a Robert Lewandowski, Jules Koundé o Vitor Roque. Y es una realidad. Mientras otros fichan a talentos con un futuro prometedor, el Atleti tiene que buscar cesiones o fichajes de jugadores que no interesen a ambos. Los casos de Álvaro Morata, Sergio Reguilón o Marcos Llorente ahí están: no contaban para los blancos y los colchoneros los repescaron dando un gran rendimiento.

Y en clave Barça, cuando el Atleti estaba trabajando en los fichajes de Marcos Alonso o César Azpilicueta, el interés del Barça provocó que ambas operaciones se truncaran en el verano de 2022. Son detalles que marcan una diferencia importante entre los proyectos.

Además el Atleti sufre mucho para retener a su talento. Porque cuando sus inversiones funcionan, llegan los grandes y se llevan a sus jugadores. Desgraciadamente la historia así lo confirma: Diego Costa, Filipe Luis, Radamel Falcao, Sergio Agüero, Theo Hernández y Lucas Hernández… Cuando alguien destaca, el club apenas puede hacer nada. Porque como ha dicho siempre su presidente Enrique Cerezo “los jugadores juegan donde quieren”, y la imagen que tienen otros clubes es inalcanzable de momento para el Atleti.

Y eso que el club ha crecido una barbaridad. Con Simeone la entidad ha tenido una estabilidad deportiva que ha dado impulso a muchas políticas internas de modernización, lo cual también es mérito de Miguel Ángel Gil Marín y su equipo de confianza. Ahí están los resultados y ahí están los halagos de todo tipo que el club recibe de los grandes clubes europeos. El Atleti es un gigante mundial, cierto, pero todavía le queda algo para estar a la altura deportiva de Barça y Madrid.

Simeone dijo hace un par de meses que el cometido del club es “estar preparado para cuando Madrid y Barça pinchen”. Y así han sido los dos títulos de LaLiga conseguidos. En años en los que Barça y Madrid se despistaron, ahí estuvo el Atleti para ganar. Y con sufrimiento. En LaLiga de 2015 consiguieron el título en el último partido en el Camp Nou, mientras que en 2021 también tuvieron que sufrir en Zorrilla contra el Valladolid para ganar una Liga que casi se les escapa. ¿Es por el sentimiento de sufridores de los colchoneros? No, es porque las plantillas aguantaron hasta el final como pudieron sin tanto fondo de armario como los grandes sí tenían. Pero lo consiguieron, que les quiten lo bailado.

Diego Pablo Simeone y Gil Marín escenificaron una charla para cerrar la renovación que podemos encontrar en las redes sociales del club.

En ella, con un cariño mutuo, destacan todo lo que hicieron en la última década. Ambos se reparten los roles a la perfección y los dos se complementan como nadie. Y Gil Marín, como directivo histórico de la entidad, sabe que el futuro de la entidad pasa por las manos del argentino pero con los pies en el suelo.

Las exigencias están claras, así como las herramientas. Pedir al Atleti luchar de tú a tú con los grandes es complicado cuando en el último día de mercado se va uno de los pilares fundamentales del equipo como Yannick Carraso. Por cosas así es difícil estar, cada año, luchando por todo.

Eso sí, intentar lo intentan y el Atleti tiene el aplauso generalizado gracias a su estabilidad en el banquillo, que es culpa de Gil Marín y del propio Simeone. El resto, lo de siempre: que fallen los dos gigantes para que el Atleti meta la cabeza.