<
>

Análisis: Al Barça le quema LaLiga

play
Girona consigue una victoria histórica ante Barcelona y recupera el liderato (4:00)

El equipo de Míchel goleó 4-2 a los de Xavi para ponerse en lo más alto de LaLiga, con 2 puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que es segundo. (4:00)

Al Barcelona le quema LaLiga tras caer en casa frente al Girona, el nuevo líder del fútbol español y ha quedado señalado.

Al Barcelona le quema la Liga. Una semana después de sobrevivir ante el Atlético Madrid, el Girona le tumbó por 2-4 y le dejó tan señalado como lo había hecho el Real Madrid. Los dos líderes pasaron por Montjuïc y derrumbaron a un campeón impotente, a un Barça al que le puede la urgencia por encontrar sus raices y que no sabe encontrar el camino.

Ni en juego, demasiado parsimonioso, abusando del pase horizontal, ni en ímpetu y mucho menos vértigo sabe transitar el campeón, al que el rival le dio, más allá del resultado, un repaso. Perdió y quedó señalado en el terreno de juego. No mostró argumentos y menos aún solvencia futbolística.

Salió con decisión el equipo de Xavi al partido. Presionando arriba, sin dar comodidad a la salida del balón y agobiando al Girona, dio la sensación de dar ese paso adelante tan reclamado por el entrenador... Pero la paciencia es una cualidad innata en los jugadores de Michel, que sin perder ni la posición ni los nervios se fueron haciendo al juego. Hasta asestar el primer golpe.

Un lanzamiento en profundidad de Yan Couto por la banda, un error en el corte de Ronald Araújo y la carrera cómoda de Viktor Tsygankov, que entró en solitario en el área para regalar una asistencia mortal a Artem Dovbyk, que remató a placer por delante de todo el mundo, sin oposición.

Un 0-1, a los doce minutos, que rompió esquemas en Montjuïc. No por el gol en sí mismo, sino, más, por la solvencia que comenzó a mostrar el líder. Por su excelente apuesta futbolística y rapidez, que ni se vio empañada con el empate de Robert Lewandowski.

El Barça disfrutó de sus mejores minutos, que ya es mucho decir, dominando el escenario pero abusando del pase, sin imprimir velocidad y llegando al área más por el permiso del rival que por su intensidad y vértigo. Porque el vértigo era, fue, del Girona. Lo era a través de la inmensidad de Iván Martín, de las carreras de Yan Couto y de una rapidez en la combinación, siempre en vertical, que ponía de los nervios a la hinchada local.

Y así hasta que Miguel Gutiérrez, monumental, anotó el segundo, con un obús magnífico y después de una carrera con el balón magnífica. Y permitida por un Barça demasiado deficiente en la conservación y defensa.

Si sufrió en la primera mitad, padeció tanto o más en la segunda el Barça, que atacando cada vez con menos orden se veía expuesto a cada robo de balón de un Girona que tenía las ideas mucho más claras y que cada vez que se acercaba al área de Iñaki Peña provocaba pavor entre la hinchada y nervios cada vez más indisimulados en un Xavi que no encontraba respuesta.

Hasta que Valery Fernandez metió el tercero y destrozó ya por completo a un campeón que pasó de la impotencia a la invisibilidad, entregado a la fatalidad y a un líder que pasó por Montjuïc mostrando los galones que casi nunca enseñó este Barça al que la Liga se le escapa de las manos en pleno mes de diciembre.