<
>

Lewandowski, catapulta a tiempo

play
Barcelona venció 3-0 al Atlético en la Fecha 29 (2:57)

Felix, Lewandowski y López anotaron los goles del Barcelona frente al Atlético de Madrid. (2:57)

Robert Lewandowski guió la victoria del Barcelona sobre el Atlético Madrid con un gol y dos asistencias.

Robert Lewandowski tiene más pasado que futuro en el fútbol de alto nivel. Pero aún le queda presente y aunque pueda enlazar algunos partidos sin luz y con una sensación más pobre que dichosa, cuando tiene la ocasión de brillar lo hace con grandeza. Si el Barça goleó al Atlético Madrid fue en buena medida gracias al delantero polaco, autor de dos asistencias y de un gol, probablemente el gol que definió la victoria del campeón.

Tantas veces criticado por su falta de movilidad, en el Metropolitano dio una auténtica lección cayendo a las bandas del área para despistar a la zaga y así le regaló el 0-1 a João Félix y midió un centro perfecto para el cabezazo del 0-3 que anotó Fermín López. Y entre todo ello, en una jugada imposible, cuando recibiendo de Raphinha no podía pensarse en otra cosa que un control con calma se inventó un remate impensable, cruzado y espectacular.

Fue ese 0-2 el que sentenció al Atlético, ya incapaz de responder a un Barça tan repuesto como despierto. Y fue, por fin, a lomos de un Lewandowski soberbio en las formas y en el fondo.

MARC-ANDRÉ TER STEGEN

Si delante fue definitivo Lewandowski, atrás fue determinante Ter Stegen para evitar que el Atlético, derrumbado pero aún orgulloso con el 0-2 en contra, pudiera volver al partido. Lo hizo con una doble intervención monumental, rechazando primero un disparo cruzado de Marcos Llorente y después el remate a bocajarro de Memphis Depay aún en los primeros minutos de la segunda mitad.

HECTOR FORT

La lesión de João Cancelo provocó su elección para ocupar el carril izquierdo en una noche de alta tensión competitiva y ambiental y el joven canterano cumplió con nota. Comenzó agobiado y nervioso por la presión del Atlético, pero se fue entonando con calma, frialdad y seguridad hasta acabar aburriendo a Molina y Marcos Llorente. Solo una molestia muscular le sacó del partido antes de hora.