BARCELONA -- El Barcelona goleó al Espanyol sin despeinarse y llegará como líder a la última jornada para revalidar un título de Liga al que aún aspirarán Atlético y Real Madrid.
Apoyado en un Messi soberbio, que condujo el ritmo del partido como quiso, el campeón no le dio ni un ápice de esperanza al Espanyol, cuyo muro se mantuvo firme apenas ocho minutos, hasta que Leo transformó genialmente un libre directo.
Gol rápido, como respuesta a la diana supersónica de Fernando Torres ante el Levante, para que el Barça diera a entender al equipo de Constantin Galca que no le iba a dar ningún respiro.
Y no se lo dio. En absoluto. Sin que fuera un choque especialmente brillante, el campeón redondeó una actuación notable, con un trabajo coral más que destacable en que fue especial la participación de Alves, de Rakitic, de Piqué o de Suárez.
Los periquitos sufrieron y pelearon como buenamente pudieron, abusando en ocasiones de la dureza que pudo provocar alguna amonestación de más que en los casos de Diop y Hernán Pérez habría significado su expulsión.
Con el balón, el Espanyol fue apenas nada. Hasta cerca del descanso no llegó con cierto peligro a la meta de Ter Stegen pero llegó a ese intermedio con un mínimo 1-0 que era, incluso, una bendición.
SIN MÁS
Salir. Y decidir. Así debió interpretar en el camerino Leo Messi la continuación del derbi para evitar sorpresas. Si en el primer tiempo se anuló erróneamente un gol a Rakitic y se pudo señalar un penalti a Suárez, en el inicio del segundo se certificó el resultado.
Una recuperación excepcional de Alves, una aparición de Messi con asistencia mayúscula y remate a la red de Luis Suárez. En el octavo minuto de la primera mitad dio el primer paso y en el séptimo de la segunda el definitivo para certificar el triunfo.
El Barça ya tenía el partido, lo trascendental, y podía rebajar el nivel de tensión en el campo. Seguía el Atlético sin ganar, lo hacía con alguna que otra polémica el Real Madrid y, en el fondo, todo se iba a dirigir, con alguna variación, a la jornada final.
A un corner botado por Neymar respondió Suárez con un excelente testarazo para marcar el 3-0 a la hora de partido y con el Espanyol rendido llegó el 4-0 de Rafinha gracias al error monumental de Pau, probablemente el periquito más pitado por la hinchada del Camp Nou.
La tarde se redondeó con el quinto de Neymar, a puerta vacía tras asistencia de Suárez y después de otra excelsa actuación de Dani Alves, que probablemente completó su mejor partido.
Y con ambiente de fiesta, pendiente del transistor con los finales del Ciutat de València, donde el Atlético de Madrid se despidió de la Liga y el Bernabéu, se acabó la última tarde de futbol de la temporada en el Camp Nou... Con nada acabado porque el Valencia no logró empatar ante el Real Madrid.
El Barça volvió a dar muestras de excelencia. Lo hizo más allá del tridente, por más que interviniera la MSN en todos los goles, y demostró que llega al fin de curso en buena sintonía.
Faltará, sin embargo, rematarlo en Granada, donde el equipo andaluz tras su victoria en Sevilla ya no se jugará nada.