BARCELONA -- El Barcelona ha gripado su motor en el peor momento posible. Los cuatro puntos perdidos en las dos últimas jornadas de Liga le han descolgado a seis puntos del Real Madrid, con el Clásico a la vuelta de la esquina y una sensación de agobio que no se respiraba desde la crisis de la pasada primavera.
El Barça, descolgado a seis puntos del Real Madrid, no estaba tan lejos del líder desde el final de la Liga de 2012, cuando el equipo entrenado entonces por José Mourinho se proclamó campeón con nueve puntos de ventaja sobre el de Pep Guardiola.
Presentar el empate en Anoeta como un mal menor, una semana después de ceder otra inesperada y estéril igualada en el Camp Nou frente al Málaga da a entender los malos síntomas que ofrece el campeón, cuyo inicio liguero es el peor desde la temporada 2003-04 igualando los números de 2007.
La última temporada de Rijkaard en el banquillo alcanzó el primer terció de Liga con idénticos 27 puntos, por debajo de los 28 del Villarreal y a dos del Real Madrid, una situación en el momento no tan dramática como la actual… Que recuerda más a la vivida en el otoño de 2003, en el primer curso del holandés al frente del equipo que lideraba Ronaldinho.
El 30 de noviembre de 2003 el Barça empató (0-0) con el Valladolid en el Camp Nou y quedó descolgado tras disputarse 13 jornadas en sexta posición con 20 puntos y a siete de los 27 que acumulaban los dos líderes, Valencia y Real Madrid. Fueron aquellos unos momentos muy complicados, en el nacimiento de la era Rijkaard, que rozaron su destitución, salvada por una recuperación enorme en la segunda vuelta.
El presente del equipo, crítico para los más pesimistas, no alcanza el nivel de dramatismo de hace doce años pero sí invita a una profunda reflexión. La hizo este lunes la plantilla antes del entrenamiento, consciente de la mala imagen ofrecida en Anoeta y la necesidad innegociable, de recuperar juego y resultados en el capital partido frente al líder del sábado.
El Barça, de hecho, no estaba tan lejos de la primera posición liguera desde el final de la temporada 2011-12, cuando Guardiola se despidió cerrando aquella Liga nueve puntos por debajo del Real Madrid. Desde entonces han transcurrido 165 jornadas en que los cuatro puntos (88-84) de desventaja con el Atlético en la fecha 35 de la temporada 2013-14 fue el peor guarismo en la clasificación.
Los 31 puntos en la campaña 2014-15 y 33 en la 2015-16 eran los que sumó en sus dos primeros cursos Luis Enrique como entrenador azulgrana; el primero por debajo de los 33 del Madrid de Ancelotti y el segundo como líder.