El Barcelona perdió su ADN, aquel que lo hacía único. Hoy está extraviado, confundido, sin reacción, parece un equipo más y solía ser “más que un club”.
A 10 días de que cierren los registros en Europa el conjunto blaugrana solo ha concretado el fichaje del lateral derecho portugués Nélson Semedo (quien ya debutó y mostró buenas cosas), el brasileño Paulinho y el regreso del formado en La Masía, Gerard Deulofeu. Insuficiente a todas luces.
Los nombres de Coutinho, Dembelé, Ángel Di María, Marcos Verratti, Kylian Mbapeé, Paulo Dybala, Íñigo Martínez y algunos más han sonado como candidatos para llegar un equipo que no procuró su renovación a tiempo y hoy sufre los estragos de ese olvido, los cuales se potencializaron con la partida de Neymar.
El presente del Barça lo ejemplifica a la perfección Paulinho, un mediocampista cercano a los 30 años que jugaba en China por el que pagaron 40 millones de euros. Vaya paradoja, el club que por excelencia formaba ‘centrocampistas organizadores’ como Pep Guardiola, Xavi Hernández, Cesc Fábregas o Andrés Iniesta, hoy compra a un brasileño de ‘medio pelo’ en una millonada, y no solo eso, está por concretar el fichaje de otro, Jean Michaël Seri, futbolista marfileño que milita en el Niza y que juega la misma posición que Paulinho…
Bajo este panorama no resulta descabellado darle cierta credibilidad al rumor que indica que Lionel Messi no ha firmado su renovación porque desea conocer cómo quedará conformada la plantilla y si podrá seguir compitiendo al máximo nivel. Y si Leo duda, Cataluña tiembla.
El mismo Andrés Iniesta, capitán y estandarte, dejó entrever en una entrevista reciente que se plantea su futuro en el club, seguir, dar un paso al costado o incluso optar por el retiro. Todo esto hace un año no pasaba, pero la cúpula blaugrana fue incapaz de renovar a una agrupación a partir del éxito, y ahora pretende hacerlo agobiado por la urgencia.
En dos partidos que marcaron el inicio de la temporada, el Real Madrid desnudó con una goleada lo endeble que hoy en día es el Barça, pues sencillamente no hubo clásico, ya que solo jugó un equipo. Y en el debut en La Liga ante el Betis solo jugó Messi o Messi jugó solo, sin siquiera anotar un gol él cargó con un conjunto predecible, carente de profundidad y hasta de identidad.
Coutinho parece misión imposible porque el Liverpool se ha cansado de rechazar las ofertas que han hecho por él. Este brasileño sí sería un gran socio de Messi; sin embargo, resulta evidente que no había ‘plan B’ porque convertir a Paulinho o Seri en prioridades solo habla de la nula planeación de los que deciden los fichajes en el club.
Es lastimosa la actualidad del Barcelona, el club parece haber olvidado una filosofía que lo convirtió en referente del futbol mundial, primero con el ‘Dream Team’ de Johan Cruyff y después con el legendario Barça de Pep Guardiola.
Hoy hay que buscar en ‘Google’ quiénes son los refuerzos del equipo y los nombres de Paulinho y Seri apuntan como ‘solución’ a una crisis que supone el fin de una era, el fin del Barcelona que encantó y marcó un antes y un después en el futbol.
Barcelona está extraviado, confundido, sin reacción, parece un equipo más y solía ser “más que un club”.