BARCELONA -- Luis Suárez dejó atrás su mala racha y volvió a marcar. A los 39 minutos y aprovechando una medida y perfecta asistencia rasa de Jordi Alba el uruguayo batió a Werner para colocar el 2-1 favorable al Barça frente al Huesca y acabó con 419 minutos de sequía que habían provocado la aparición de las primeras críticas a un anunciado regular estado de forma.
Al 92, el charrúa firmó su doblete, luego de un penalti que le cometieron y que Lionel Messi le cedió para que lo ejecutara, lo cual hizo de forma brillante con un toque a la izquierda del guardameta.
El Barça pasó del susto a la goleada en una tarde entretenida y en la que Suárez tuvo especial incidencia, mostrándose bastante más despierto que en los primeros tres partidos oficiales de la temporada y redondeando su actuación con ese gol providencial que puso en franquicia al campeón después de un comienzo extraño, en que el equipo de Valverde tuvo que remar contra corriente.
El delantero uruguayo marcó su último gol, de penalti, el 13 de mayo en Valencia, en la derrota azulgrana por 5-4 frente al Levante y desde entonces encadenó cuatro encuentros completos sin ver puerta. Ni le marcó a la Real Sociedad en el último partido del pasado curso ni tampoco vio puerta en la Supercopa de España contra el Sevilla ni en las dos primeras jornadas, frente a Alavés y Valladolid.
Completó de esta manera 419 minutos en cuatro partidos completos, 20 minutos finales frente al Levante y los primeros 39 ante el Huesca hasta aprovechar perfectamente la asistencia de Jordi Alba, recuperar sensaciones y dar a entender que su oficio de goleador se mantiene en el plano.