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Isco deja pasar oportunidad de oro como titular merengue

El mediocampista jugó 68 minutos sin marcar diferencia; dejó la cancha sin cruzar mirada con Solari. EFE

Isco duró 68 minutos en la derrota del Real Madrid por 1-0 ante el Leganés en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, la que fuera apenas su tercer titularidad en los 18 partidos que ha dirigido Santiago Solari.

Tres partidos de ‘trámite’ para el conjunto merengue. La vuelta de los dieciseisavos de final ante Melilla (6-1), el cierre de la fase de grupos de Champions League frente al CSKA Moscú (0-3) y el de este miércoles, al que llegó con la eliminatoria encarrilada tras llevarse la ida por 3-0.

Isco, quien se pasó el último partido frente al Betis en la banca, finalmente, tuvo algo de acción debido a las numerosas bajas: hasta ocho, contando al último jugador importante en caer lesionado, Karim Benzema, aquejado de una fractura en un dedo.

Sin más efectivos para el ataque – Bale, Asensio y Mariano también están en la enfermería – Isco, quien por momentos jugó de ‘falso 9’ tenía una oportunidad de oro para lucir, dar argumentos a su favor como jugador “determinante” ante un técnico que le tiene poca fe y menos paciencia.

Hizo lo contrario.

Dio una gris actuación y el técnico acabó por sacarlo de la cancha para dar entrada al canterano Cristo González. Fue el segundo cambio del técnico después de dar entrada a Ceballos, que se perfila como titular para el fin de semana, en lugar del lateral Sergio Reguilón.

Isco y Solari ni siquiera se miraron cuando el malagueño abandonó la cancha, poniendo en evidencia, de nuevo, la fractura entre jugador y técnico que parece no tener solución – y que, invariablemente, volvió a dominar la breve comparecencia de Solari tras el encuentro.

De nueva cuenta, al entrenador se le preguntó directamente si tiene un problema (personal) con el jugador.

“En absoluto”, respondió secamente.

Pero con el cambio, lo que ha quedado claro es que el jugador no convence al técnico con su juego y actitud dentro de la cancha. Hasta ese momento, sólo había seis jugadores merengues de campo que pueden jactarse de experimentados en el terreno de juego. Uno de ellos Isco. Y sólo uno que podía hacer las veces de mediapunta e intercambiarse con las posiciones de ataque. Isco.

El técnico lo sacó para intentar remontar un 1-0 con un jugador del filial quien apenas ha jugado minutos sueltos en tres partidos con el primer equipo.