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Messi: Noches para un sueño

Messi resuelve cualquier puzzle como quien se ata los zapatos. Con una tranquilidad pasmosa, sin necesidad de convertir cada partido en una exhibición, Leo cumple con su papel sin levantar la voz pero bramando en silencio. El Barça está en el momento cumbre de la temporada y ahí está su capitán para impedir cualquier conato de susto. Y cuando hay susto reaparece nuevamente. Como quien no quiere... Pero como nadie.

A las victorias de Atlético y Real Madrid (y Sevilla) respondió el Barça con otro triunfo solvente, y sufrido, ante el necesitado Getafe que disfrutó un cacho de partido del sueño y que despertó de pronto al ritmo del argentino, autor de otros dos goles (suma ya 31 esta temporada) y una asistencia que puso las cosas en su sitio.

Si no tardó apenas nada en mostrarse con un soberbio disparo que se estrelló en el travesaño y botó en la línea, a los siete minutos abrió la lata con un remate suave tras recibir de Busquets. Y poco después de que Sofian Chakla tuviera la desgracia de marcarse en propia puerta el 2-1 anotó el tercero con una facilidad tan simple como excelente, porque su capacidad de concentración y su velocidad de reacción al inicial disparo que estrelló en la madera para rematarlo, casi sin ángulo, a gol fue tan poca cosa a simple vista como soberbia en su ejecución.

No fue la victoria azulgrana un paseo precisamente a pesar del resultado final. Tuvo que trabajarla y durante minutos sufrirla hasta que, claro, Leo convirtió un lanzamiento de esquina en una asistencia para que Araújo olvidase su error en el penalti cometido con un imponente cabezazo a la red. Solo Leo, se entiende, parecería capaz de colocar el balón con tal precisión.

Y solo Leo, nadie más, se contempla listo, preparado y dispuesto a llevar en volandas al Barça plenamente en forma hacia el final de la temporada y en busca de un doblete en el que apenas nadie, probablemente ni él mismo, podía creer hace tres meses.

A la espera

A dos meses y medio para concluir su contrato nadie sabe a ciencia cierta qué resolverá Messi. El Barça confía en convencerle y el propio Joan Laporta, pocos días después de su proclamación oficial, se citó con él en un restaurante para, en un almuerzo íntimo y distendido, charlar sin papeles, ni urgencias ni presiones. Leo, que mantiene una relación cercana con el dirigente desde hace muchos años, agradeció el gesto y simplemente le dejó clara una cosa al presidente: "tanto si me quedo como si me marcho, te lo pondré fácil" le aseguró a Laporta, trasladándole su intención de no convertir su renovación en un culebrón y, más aún, asegurándole que ni quiere ser un problema ni mucho menos abrir una brecha con el club de su vida.

Mientras pasan los días a la espera de que el Barcelona tenga en su poder la auditoría externa que le confirmará el estado certero de su economía, la temporada avanza hacia un final en el que cada error amenaza con pagarse muy caro, tal como le sucedió al Real Madrid en Getafe, y para evitar contratiempos nada mejor que contemplar la versión ultracompetitiva y solvente de su capitán para que Koeman pueda respirar tranquilo en el banquillo.

El Barça global volvió a mostrar la imagen que quiere su entrenador. Enérgico, concentrado, posicionado y rápido en la combinación evidenció a pesar de los veinte minutos de nervios que sufrió que probablemente está en su conjunto un punto por encima de sus dos grandes rivales. Pero, por si acaso, para evitar sustos y lamentos, ahí está Leo Messi para darle el empujón preciso.

El capitán, como siempre, resolviendo. El capitán, como acostumbra, liderando.